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Día 3. Cerrando el círculo

26 abril 2015

Día 3. Cerrando el círculo

El domingo llegó con esa mezcla de tranquilidad y melancolía que caracteriza a los últimos días de un viaje corto. Tenía la mañana libre antes de comer y emprender el regreso a Bilbao, así que decidí aprovecharla para ver un par de cosas que me habían quedado pendientes.

Bajo tierra: las Termas Romanas #

Comenzé la mañana visitando las Termas Romanas de Campo Valdés, en pleno centro de la ciudad. Es uno de esos hallazgos arqueológicos que aparecen de casualidad y que luego se conservan con cariño. Las termas están bien presentadas, con paneles explicativos claros y un recorrido que te permite entender cómo funcionaba el complejo.

No son las termas romanas más espectaculares que he visto, pero tienen su interés. Es curioso pensar que hace casi dos mil años ya había gente que había elegido este rincón asturiano para establecerse y disfrutar de ciertos placeres de la vida. Los romanos sabían elegir ubicaciones.

La visita no lleva mucho tiempo, pero está bien como complemento cultural para conocer los orígenes históricos de Gijón. Es patrimonio bien conservado y bien explicado, sin grandes pretensiones pero cumpliendo su función educativa.

Las Termas Romanas Las Termas Romanas
Las Termas Romanas

Paseo por el centro #

Desde las termas di un paseo por el centro de la ciudad, explorando calles que no había recorrido en los días anteriores. Gijón tiene un centro urbano agradable, con esa mezcla de comercio local y cadenas nacionales que caracteriza a las ciudades medianas españolas.

Me acerqué a la Basílica del Sagrado Corazón de Jesús, más por completar el reconocimiento de la ciudad que por especial devoción religiosa. Es un templo correcto, sin ser extraordinario, pero que cumple su función como referente arquitectónico en el paisaje urbano gijonés.

El domingo por la mañana es buen momento para caminar por el centro. Hay menos bullicio comercial y puedes apreciar mejor los espacios y la arquitectura. Gijón tiene un centro que funciona bien, ni demasiado grande ni demasiado pequeño para una ciudad de su tamaño.

Basílica del Sagrado Corazón de Jesús
Basílica del Sagrado Corazón de Jesús

Poniente de día: cerrando el círculo #

Uno de los momentos que más me apetecía del último día era volver a la playa de Poniente, pero esta vez de día. Quería comparar las sensaciones con esa primera noche del viernes, ver qué diferencias percibía en el mismo espacio bajo condiciones diferentes.

Poniente de día es más expansiva, más luminosa, obviamente. Se aprecia mejor la relación con el resto de la ciudad, la extensión real de la playa, los colores del mar bajo la luz solar. Es la misma playa pero con personalidad diferente.

Me gustó esa sensación de círculo que se cierra. Empezar y terminar el viaje en el mismo lugar, pero con la perspectiva que dan dos días de exploración por la ciudad. Es una forma bonita de poner punto final a una escapada.

Últimos paseos por Gijón Últimos paseos por Gijón
Últimos paseos por Gijón

Balance antes del regreso #

Después de comer era hora de recoger la mochila y emprender el regreso a Bilbao. Mientras guardaba la mochila en el maletero, hacía balance mental de estos tres días.

Gijón había cumplido las expectativas. Es una ciudad que se deja querer, con espacios agradables para pasar el tiempo y suficientes atractivos como para justificar una visita de varios días. La Laboral había sido el plato fuerte, pero el conjunto funcionaba bien: playas, patrimonio, gastronomía, ambiente urbano...

¿Me plantearía vivir aquí? Es una pregunta que me había hecho antes del viaje y que sigue sin tener una respuesta clara. Gijón me gusta, pero no hasta el punto de plantearme un cambio de vida. Quizás el hecho de que Bilbao y Gijón compartan ese carácter cantábrico hace que no sienta una diferencia lo suficientemente grande como para justificar un traslado.

Disfrutando la gastronomia gijonesa Disfrutando la gastronomia gijonesa
Disfrutando la gastronomia gijonesa

El regreso: kilómetros de reflexión #

El viaje de vuelta transcurrió sin incidencias, con esa sensación agradable de fin de semana bien aprovechado. Gijón se alejaba por el retrovisor, pero sin drama ni nostalgia excesiva. Había sido un buen viaje, punto.

Al llegar a casa tenía la sensación de haber completado algo que tenía pendiente. Gijón ya no era una curiosidad por resolver, sino una ciudad que conocía razonablemente bien. Una ciudad que me gusta y a la que seguramente volveré alguna vez en el futuro.

Foto de perfir de Juanjo Marcos

Juanjo Marcos

Desarrollador y diseñador web actualmente afincado en Bilbao. Desde que tengo uso de razón viajar es una de mis grandes pasiones, junto a la tecnología, la fotografía y los largos paseos sin rumbo definido.

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