Si estás planeando un viaje a Bilbao, no puedes dejar de visitar el Centro Municipal de Basurto, un edificio que combina historia, arquitectura y funcionalidad en pleno corazón de la ciudad. Este centro cívico, ubicado en la calle Zankoeta 1, es un ejemplo fascinante de cómo una ciudad puede reinventar sus espacios históricos para adaptarlos a las necesidades del siglo XXI.
Una historia centenaria #
El edificio que hoy alberga el Centro Municipal de Basurto tiene una historia rica y variada que se remonta a principios del siglo XX. Fue construido originalmente en 1918 como Centro de Desinfecciones de Bilbao, en respuesta a las epidemias que azotaron la ciudad a finales del siglo XIX, especialmente las cuatro epidemias de cólera que afectaron a Bilbao en la segunda mitad del siglo XIX.
En aquella época, Bilbao era una ciudad en pleno crecimiento industrial, lo que provocó un aumento significativo de la población y, con ello, problemas de hacinamiento y salubridad. El Centro de Desinfecciones surgió como una respuesta vanguardista a estos desafíos, equipado con los medios más avanzados de la época para combatir enfermedades infecciosas.
Del combate a las epidemias a la atención ciudadana #
Durante sus primeras décadas de existencia, el edificio de Zankoeta fue un bastión en la lucha contra las enfermedades infecciosas. Sus instalaciones incluían lavadoras industriales, cámaras de formol, estufas de vapor y lejiadoras capaces de tratar desde personas hasta muebles y enseres de gran tamaño. Incluso contaba con un horno crematorio para la incineración de materiales altamente infectados, cuya chimenea aún se conserva como testigo silencioso de aquellos tiempos.
En 1919, apenas un año después de su inauguración, el centro amplió sus funciones. El Ayuntamiento de Bilbao decidió disolver el cuerpo de camilleros y encomendar el servicio de ambulancias al Centro de Desinfecciones. Esta decisión marcó el inicio de una nueva era para el edificio, que pasó a llamarse "Ambulancias y Desinfecciones", reflejando su doble función en el cuidado de la salud pública de la ciudad.
Con el avance de la medicina y la mejora de las condiciones sanitarias a lo largo del siglo XX, la necesidad de desinfecciones masivas fue disminuyendo gradualmente. Sin embargo, el servicio de ambulancias ganó importancia y se convirtió en la actividad principal del centro. Este cambio en las prioridades refleja la evolución de las necesidades sanitarias de la sociedad bilbaína a lo largo de las décadas.
Transformación y renacimiento #
A medida que avanzaba el siglo XX, el papel del edificio como centro de desinfección fue perdiendo relevancia. En la década de 1980, la actividad de desinfección se había vuelto marginal, limitándose a tareas en locales municipales y vía pública. Finalmente, en febrero de 2009, el servicio de desinfección cerró definitivamente sus puertas, marcando el fin de una era en la historia sanitaria de Bilbao.
Sin embargo, este cierre no significó el final para el emblemático edificio de Zankoeta. Entre 2009 y 2011, el Ayuntamiento de Bilbao emprendió una ambiciosa rehabilitación para darle una nueva vida como centro cívico. El proyecto, liderado por el arquitecto José María Menchaca, se enfrentó al desafío de adaptar un edificio histórico a las necesidades del siglo XXI, respetando al mismo tiempo su valor arquitectónico y cultural.
El 24 de marzo de 2011, el edificio reabrió sus puertas con una nueva identidad: el Centro Municipal de Distrito de Basurto-Zorroza. Esta transformación simboliza la capacidad de Bilbao para reinventarse y adaptar su patrimonio histórico a las necesidades contemporáneas de sus ciudadanos.
Arquitectura que fusiona pasado y presente #
Lo que hace especial a este edificio es su estilo arquitectónico modernista, uno de los pocos ejemplos que quedan en Bilbao. Su fachada, con un uso magistral del ladrillo y la cerámica, evoca directamente al convento de las Teresianas de Barcelona, obra del genial Antoni Gaudí. El arquitecto original, Ricardo Bastida, diseñó el edificio con tres cuerpos principales: un cuerpo central de dos alturas flanqueado por dos laterales de una planta. Esta disposición respondía a las necesidades del proceso de desinfección, con calles interiores que separaban las zonas "sucias" de las "limpias".
La rehabilitación llevada a cabo por José María Menchaca logró un equilibrio perfecto entre la preservación del legado histórico y la adaptación a las necesidades modernas. El edificio original se mantiene intacto en su planta baja, mientras que la ampliación en la primera planta se presenta como un elemento diferenciado y contemporáneo.
Un detalle que no pasa desapercibido es el nuevo volumen añadido en la parte superior, de un intenso color verde y con forma de pieza de Lego. Este elemento no solo aporta un toque lúdico y moderno al conjunto, sino que también simboliza la idea de adaptabilidad y cambio que ha experimentado el edificio a lo largo de su historia. Es un guiño a la capacidad de Bilbao para combinar tradición e innovación en su paisaje urbano.
Un centro para la comunidad #
Hoy en día, el Centro Municipal de Basurto es mucho más que un edificio bonito. Se ha convertido en un espacio vivo que late al ritmo de las necesidades de los vecinos del distrito Basurto-Zorrotza. Sus instalaciones albergan una variedad de servicios que reflejan la diversidad de la comunidad a la que sirve.
En su interior encontramos una Oficina de Atención Ciudadana, donde los residentes pueden realizar trámites y obtener información sobre los servicios municipales. El centro también cuenta con un salón de actos polivalente que acoge desde conferencias hasta espectáculos culturales, convirtiéndose en un punto de encuentro para la vida cultural del barrio.
Las aulas y salas multiusos del centro son testigos diarios de la vitalidad de la comunidad. En ellas se imparten talleres, se reúnen asociaciones vecinales y se desarrollan actividades para todas las edades. El gimnasio y los espacios dedicados a la tercera edad promueven un estilo de vida activo y saludable entre los residentes, mientras que la Haurreskola (guardería) para niños de 0 a 2 años simboliza el compromiso del centro con las nuevas generaciones.
En el ámbito tecnológico, el aula wifi y el KZGunea (centro público para el aprendizaje y uso de nuevas tecnologías) juegan un papel crucial en la reducción de la brecha digital, ofreciendo formación y acceso a las herramientas digitales que son cada vez más esenciales en nuestra sociedad.
Un viaje al pasado #
Para los amantes de la historia y aquellos curiosos por conocer el pasado de Bilbao, el Centro Municipal de Basurto ofrece una experiencia única. En su interior se conserva una exposición permanente que nos transporta a los tiempos en que el edificio era el bastión de la lucha contra las enfermedades infecciosas en la ciudad.
Los visitantes pueden admirar paneles explicativos que narran la historia del centro y su papel en la salud pública de Bilbao. Pero lo más fascinante es, sin duda, la maquinaria original del antiguo Servicio de Desinfecciones que se exhibe. Estas piezas, que incluyen partes de las antiguas lavadoras, estufas y otros equipos utilizados en las labores de desinfección, son testigos silenciosos de una época en la que la lucha contra las enfermedades era mucho más rudimentaria pero no menos importante.
Recorrer esta exposición es como hacer un viaje en el tiempo. Nos permite comprender los desafíos sanitarios a los que se enfrentaba Bilbao hace un siglo y valorar el enorme progreso que hemos logrado en materia de salud pública. Es una oportunidad única para reflexionar sobre cómo ha evolucionado no solo la medicina, sino también la forma en que la sociedad afronta las crisis sanitarias.
Cómo visitarlo #
El Centro Municipal de Basurto es fácilmente accesible gracias a su céntrica ubicación. Los visitantes pueden llegar cómodamente en metro (bajando en la estación de San Mamés) o en tranvía (parada de Basurto). Una vez allí, el edificio es fácilmente reconocible por su característica fachada modernista y su peculiar ampliación verde en forma de pieza de Lego.
El centro está abierto al público durante su horario de funcionamiento, lo que permite a los visitantes explorar sus instalaciones y disfrutar de su arquitectura única. Sin embargo, para aprovechar al máximo la visita, es recomendable estar atento a la programación de actividades culturales que se organizan periódicamente en el centro.
Estas actividades, que van desde exposiciones temporales hasta conciertos y talleres, ofrecen una excelente oportunidad para sumergirse en la vida cultural de Bilbao y experimentar de primera mano cómo este edificio histórico sigue siendo un punto focal de la comunidad. Participar en uno de estos eventos no solo enriquecerá tu visita, sino que te permitirá conectar con la vibrante escena cultural de la ciudad de una manera única y auténtica.
Juanjo Marcos
Desarrollador y diseñador web actualmente afincado en Bilbao. Desde que tengo uso de razón viajar es una de mis grandes pasiones, junto a la tecnología, la fotografía y los largos paseos sin rumbo definido.
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