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Macao

La encrucijada entre Oriente y Occidente

Macao

Macao, esa pequeña península y sus islas adyacentes, es un lugar que te atrapa nada más llegar. Antiguamente una colonia portuguesa, hoy en día es una Región Administrativa Especial de China que conserva un encanto único.

Sus calles estrechas, su arquitectura colonial y sus templos chinos crean un contraste fascinante que te transporta a través de siglos de historia y culturas entrelazadas.

Ruinas de San Pablo #

Las Ruinas de San Pablo son, sin duda, el símbolo más reconocible de Macao. Cuando las vi por primera vez, me quedé impresionado por la majestuosidad de esa fachada que se alza solitaria hacia el cielo. Es lo único que queda en pie de lo que una vez fue la Iglesia de San Pablo, destruida por un incendio en 1835.

Lo curioso es que, a pesar de ser solo una fachada, tiene una presencia imponente. Los intrincados detalles tallados en piedra cuentan historias de santos y símbolos cristianos mezclados con motivos orientales. Me pasé un buen rato observando cada detalle, imaginando cómo debió ser la iglesia en su época de esplendor.

Desde la pequeña colina donde se encuentran las ruinas, las vistas de la ciudad son espectaculares. Es un lugar perfecto para sentarse un rato y observar el ir y venir de la gente, turistas y locales por igual, que se acercan a contemplar este icono de Macao.

Fortaleza do Monte #

Muy cerca de las Ruinas de San Pablo se encuentra la Fortaleza do Monte, un antiguo fuerte militar que ahora alberga el Museo de Macao. La subida hasta allí puede ser un poco empinada, pero te aseguro que merece la pena el esfuerzo.

Lo que más me gustó de este lugar fue la mezcla de historia y vistas panorámicas. Las murallas del fuerte ofrecen una perspectiva única de la ciudad, con el contraste entre los edificios coloniales y los modernos rascacielos de fondo. Es como tener toda la historia de Macao desplegada ante tus ojos.

El museo en sí es bastante interesante si quieres profundizar en la historia y cultura de Macao. Tiene exposiciones sobre la vida cotidiana, las tradiciones y el desarrollo de la ciudad a lo largo de los siglos. Aunque, si soy sincero, lo que más disfruté fue pasear por los jardines y las murallas, imaginando cómo debió ser la vida de los soldados portugueses que una vez custodiaron este lugar.

Templo de A-Ma #

El Templo de A-Ma es uno de esos lugares que te transportan a otro mundo. Dedicado a la diosa del mar Mazu, este complejo de templos es considerado el más antiguo de Macao, y se dice que la ciudad debe su nombre a este lugar.

Lo que más me llamó la atención fue cómo el templo se integra perfectamente en la ladera de la colina. A medida que subes por los diferentes niveles, descubres nuevos pabellones y altares, cada uno con su propio encanto. El olor a incienso te envuelve mientras observas a los fieles realizar sus ofrendas y rituales.

Me encantó la tranquilidad que se respira en este lugar, a pesar de estar en plena ciudad. Los jardines y los caminos serpenteantes entre los diferentes edificios crean una atmósfera de paz y recogimiento. Es un sitio perfecto para escapar del bullicio de las calles y sumergirte en la espiritualidad china.

Paseo por la Avenida de Almeida Ribeiro #

La Avenida de Almeida Ribeiro, también conocida como San Ma Lo, es como la arteria principal que atraviesa el corazón de Macao. Este paseo es una experiencia en sí misma, una forma perfecta de sumergirte en el ambiente único de la ciudad.

Lo que más me fascinó fue el contraste entre los edificios de estilo colonial portugués y los neones de los comercios chinos. Es como si dos mundos completamente diferentes se hubieran fusionado en una sola calle. A cada paso, descubres algo nuevo: desde tiendas de antigüedades hasta puestos de comida callejera que te tientan con sus aromas.

Recuerdo especialmente una parada que hice en una pequeña pastelería tradicional. El olor a "pastéis de nata", esas deliciosas tartaletas de crema tan típicas de la cocina portuguesa, me atrajo como un imán. No pude resistirme a probar una, aún caliente, mientras continuaba mi paseo. Es en momentos como ese cuando realmente sientes la fusión única de culturas que caracteriza a Macao.

Plaza del Senado #

La Plaza del Senado, o Largo do Senado, es como el corazón palpitante del casco antiguo de Macao. Nada más llegar, me quedé maravillado por el suelo empedrado con sus ondulaciones en blanco y negro, un estilo que me recordó mucho a las calles de Lisboa.

Este espacio abierto está rodeado de edificios coloniales de colores pastel que parecen sacados de un cuento. El edificio del Leal Senado, que da nombre a la plaza, es especialmente impresionante con su fachada neoclásica. Me encantó sentarme en uno de los bancos y observar el ir y venir de la gente, desde turistas tomando fotos hasta locales haciendo sus compras.

Lo mejor de esta plaza es que sirve como punto de partida para explorar las callejuelas cercanas. Cada callejón esconde alguna sorpresa, ya sea una tienda de antigüedades, un pequeño templo o un restaurante tradicional. Es el lugar perfecto para perderse y dejarse llevar por el encanto del casco antiguo de Macao.

Iglesia de San Domingos #

La Iglesia de San Domingos es uno de esos lugares que te sorprenden por su belleza serena. Situada cerca de la Plaza del Senado, esta iglesia del siglo XVII destaca por su fachada de color crema y verde pastel, un ejemplo perfecto de la arquitectura barroca colonial.

Lo que más me impresionó fue el interior. Nada más entrar, te envuelve una atmósfera de paz y recogimiento. La luz que se filtra por las ventanas crea un ambiente casi mágico, iluminando suavemente los altares barrocos y las estatuas de santos. Me llamó especialmente la atención el contraste entre la sobriedad exterior y la riqueza decorativa del interior.

En el momento de mi visita, tuve la suerte de coincidir con un pequeño concierto de música clásica que se celebraba en la iglesia. La acústica era increíble, y la experiencia de escuchar música en ese entorno tan especial fue realmente memorable. Es uno de esos recuerdos que se quedan grabados y que hacen que un viaje sea único.

Jardines de Lou Lim Ieoc #

En medio del bullicio de la ciudad, los Jardines de Lou Lim Ieoc son como un oasis de tranquilidad. Nada más atravesar la puerta de entrada, con su característico arco circular, sientes que has entrado en otro mundo, más sereno y pausado.

Lo que más me cautivó de estos jardines fue su diseño, típico de los jardines clásicos chinos del sur. Los caminos serpenteantes, los estanques con peces de colores, los pabellones tradicionales... todo está pensado para crear un ambiente de armonía y contemplación. Me encantó especialmente el puente de las nueve curvas que atraviesa el estanque principal; dicen que los espíritus malignos solo pueden viajar en línea recta, así que este puente los confunde y no pueden cruzar.

Pasé un buen rato sentado en uno de los pabellones, observando a los locales practicar tai chi o simplemente disfrutando de la paz del lugar. Es un sitio perfecto para desconectar del ritmo frenético de la ciudad y recargar energías. Además, si te gusta la fotografía, encontrarás rincones preciosos en cada esquina.

Pasear entre los casinos alucinando con los edificios #

Una de las experiencias más surrealistas de Macao es, sin duda, pasear entre sus famosos casinos. Aunque no soy muy aficionado al juego, no pude evitar quedarme boquiabierto ante la grandiosidad y extravagancia de estos edificios.

Lo que más me impresionó fue cómo cada casino intenta superar al anterior en diseño y espectacularidad. Recuerdo caminar por la avenida principal del Cotai Strip, sintiéndome como si estuviera en una versión asiática de Las Vegas. Las fachadas de estos gigantes del juego son auténticas obras de arte moderno, con luces, colores y formas que desafían la imaginación.

Una de las cosas que más me gustó fue observar cómo estos edificios cambian con la luz del día. Al atardecer, cuando se encienden todas las luces, el espectáculo es realmente impresionante. Es como si toda la ciudad se transformara en un enorme escenario de neón y cristal. Aunque no entré en ninguno de ellos, el simple hecho de pasear entre estos colosos del entretenimiento fue una experiencia inolvidable.

Mención especial para el Casino Grand Lisboa #

Entre todos los casinos de Macao, hay uno que destaca por encima del resto: el Grand Lisboa. Este edificio es, sin duda, el más icónico del skyline de la ciudad, y no es para menos. Su forma única, que me recordó a una enorme flor de loto dorada o quizás a una piña futurista, es imposible de pasar por alto.

Durante el día, sus paneles dorados reflejan la luz del sol, creando destellos que se pueden ver desde casi cualquier punto de la ciudad. Pero es por la noche cuando realmente cobra vida. Miles de luces LED cubren su superficie, creando patrones y animaciones que convierten el edificio en un espectáculo en sí mismo.

Aunque no entré en el casino, pasé un buen rato simplemente contemplando el edificio desde diferentes puntos de la ciudad. Es curioso cómo esta estructura tan moderna y llamativa se ha convertido en un símbolo de Macao, conviviendo con los edificios históricos y las calles coloniales. Para mí, el Grand Lisboa representa perfectamente esa mezcla de tradición y modernidad, de Oriente y Occidente, que hace de Macao un lugar único en el mundo.

Foto de perfir de Juanjo Marcos

Juanjo Marcos

Desarrollador y diseñador web actualmente afincado en Bilbao. Desde que tengo uso de razón viajar es una de mis grandes pasiones, junto a la tecnología, la fotografía y los largos paseos sin rumbo definido.

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