Centre Excursionista de Catalunya
Donde el tiempo se detiene entre columnas romanas
Hay lugares en Barcelona que te hacen sentir como un arqueólogo accidental, como si hubieras tropezado con un secreto que la ciudad ha guardado durante siglos. El Centre Excursionista de Catalunya es exactamente ese tipo de lugar. Mientras caminaba por el carrer del Paradís, en pleno Barri Gòtic, nunca habría imaginado que tras una discreta puerta medieval se escondía uno de los vestigios más impresionantes de la Barcino romana: cuatro columnas corintias de casi nueve metros de altura que formaron parte del templo dedicado al emperador Augusto.
La visita durante el Open House Barcelona me permitió acceder a este espacio normalmente reservado a los socios del centro excursionista, una entidad que lleva casi 150 años en activo y que ha convertido estas ruinas milenarias en su hogar. La experiencia de estar frente a estas columnas, en un patio interior protegido por una claraboya, fue como asomarse a un abismo temporal que conecta directamente con el siglo I antes de Cristo.
Un templo en la cima de Barcino #
El templo de Augusto se construyó en el siglo I aC en el punto más alto de la antigua Barcino, en la cumbre del Mons Tàber, una pequeña elevación de apenas 16 metros sobre el nivel del mar que marcaba el corazón geográfico y simbólico de la ciudad romana. Hoy, una piedra de molino incrustada en el suelo frente a la entrada del número 10 del carrer del Paradís marca exactamente ese punto: la cota máxima de la Barcelona romana.
El templo era una construcción imponente para su época, con 37 metros de largo y 17 de ancho. Su fachada principal contaba con seis columnas, y el edificio completo estaba rodeado por un total de 28 columnas de orden corintio que sostenían el entablamento. Durante más de cuatro siglos, este templo presidió el foro de Barcino, el espacio público donde se concentraba la vida política, religiosa y comercial de la ciudad. El culto al emperador era oficial y estaba ligado a las estructuras de poder, con cargos públicos específicos dedicados a mantener las ceremonias y el templo.
Con la llegada del cristianismo en el siglo IV, el templo perdió su función religiosa y poco a poco fue cayendo en el abandono. La decadencia del foro romano fue progresiva, y muchos de sus elementos arquitectónicos fueron reutilizados como material de construcción para las nuevas edificaciones cristianas. El centro de poder de la ciudad se desplazó hacia el ángulo norte, junto a la muralla, donde se formó el núcleo cristiano primitivo alrededor de la catedral y el palacio episcopal.
Columnas escondidas en un edificio medieval #
Lo fascinante de estas columnas es que sobrevivieron precisamente porque fueron absorbidas por las construcciones medievales. Durante siglos permanecieron ocultas, embebidas entre los forjados de una casa gótica del siglo XV que había sido residencia de los canónigos de la catedral. Los capiteles corintios emergían tímidamente en algunos rincones del edificio, pero nadie imaginaba la magnitud de lo que se escondía bajo el suelo y entre los muros.
A mediados del siglo XIX, cuando se derribaron algunas casas antiguas del Barri Gòtic, aparecieron fragmentos del templo entre los escombros. En 1879, una columna completa fue rescatada y expuesta en la Plaça del Rei, donde permaneció durante décadas como testigo solitario de la grandeza romana de Barcelona. Pero las tres columnas que seguían dentro del edificio medieval del carrer del Paradís permanecían prisioneras de la arquitectura gótica, invisibles para el público.
El edificio había sido alquilado en 1877 por la recién fundada Associació Catalanista d'Excursions Científiques, que más tarde se convertiría en el Centre Excursionista de Catalunya. Los socios de esta entidad excursionista trabajaban literalmente rodeados de historia romana sin ser plenamente conscientes de ello, aunque los capiteles visibles ya eran considerados un símbolo especial de la sede.
La historia del Centre Excursionista de Catalunya #
El Centre Excursionista de Catalunya nació en 1876 en pleno contexto de la Renaixença catalana, el movimiento cultural que buscaba revitalizar la lengua, la historia y las tradiciones catalanas. Josep Fiter i Inglés, junto con un grupo de amigos apasionados por conocer el territorio catalán, fundó la Associació Catalanista d'Excursions Científiques con el objetivo de realizar salidas para estudiar las riquezas de Cataluña desde una perspectiva científica, literaria y artística.
No se trataba solo de hacer excursiones por placer, sino de documentar el patrimonio cultural, recopilar costumbres populares, estudiar la geología y la botánica, y descubrir restos arqueológicos. Entre los primeros socios destacaron figuras fundamentales de la cultura catalana como Àngel Guimerà, Jacint Verdaguer, Santiago Rusiñol y Miquel Utrillo. La asociación se convirtió rápidamente en un centro neurálgico del catalanismo cultural.
En 1878 se produjo una escisión y nació la Associació d'Excursions Catalana, pero ambas entidades compartían muchos de sus socios y sus objetivos eran similares. En 1891, bajo la presidencia del historiador Antoni Rubió i Lluch, las dos asociaciones se fusionaron dando origen al Centre Excursionista de Catalunya tal como lo conocemos hoy. Desde ese momento, la entidad se consolidó como la pionera del excursionismo organizado en España y como un espacio fundamental para la cultura catalana.
El Centre Excursionista de Catalunya fue mucho más que una asociación deportiva. En sus locales se impartieron las primeras clases regulares de lengua catalana, se organizaron conferencias de Pompeu Fabra sobre ortografía catalana, y en 1907 se fundó el Institut d'Estudis Catalans en su sala de actos. La entidad también fue pionera en la espeleología catalana, en la popularización del alpinismo y los deportes de nieve, y en la creación de una red de refugios de montaña en los Pirineos.
La intervención magistral de Domènech i Montaner #
A principios del siglo XX, el espacio social del Centre Excursionista de Catalunya se había quedado pequeño para la intensa actividad que desarrollaba. La idea de abandonar el edificio y buscar otra sede era rechazada unánimemente por razones sentimentales, ya que aquellas columnas romanas representaban un símbolo identitario para la entidad. César August Torras, uno de los socios más destacados, lo expresó claramente en 1903: "Aquellas columnas representan para nosotros un símbolo".
La solución llegó de manera providencial cuando en 1902 el editor Ramon de Montaner, tío del arquitecto Lluís Domènech i Montaner, compró el edificio completo. Se encargó entonces a Domènech, que ya era un arquitecto de prestigio y socio del Centre Excursionista de Catalunya, que diseñara una reforma integral que permitiera ampliar el espacio y, sobre todo, poner al descubierto las columnas romanas que seguían ocultas entre forjados.
La intervención de Domènech i Montaner entre 1903 y 1905 fue espectacular. En lugar de hacer una restauración arqueológica ortodoxa, el arquitecto rehízo completamente el edificio añadiendo dos plantas nuevas en la parte superior, pero manteniendo el aspecto gotizante del conjunto. Su misión principal era dejar las tres columnas romanas completamente visibles dentro del edificio, creando un patio interior que las acogiera con dignidad.
Domènech diseñó un patio con una claraboya que ilumina las columnas desde arriba, creando un efecto casi teatral. Trasladó elementos góticos originales del edificio, como una ventana coronela que colocó sobre la puerta de entrada, y creó una galería con arcos góticos que rodea el patio y conecta las diferentes estancias del Centre Excursionista. La escalera de piedra que conduce al piso principal aporta una sensación de nobleza, mientras que los vitrales y los detalles decorativos mezclan referencias góticas con toques modernistas.
La cuarta columna, la que había estado expuesta en la Plaça del Rei desde 1879, fue finalmente incorporada al conjunto en 1956, cuando el Ayuntamiento de Barcelona compró ese espacio y la trasladó al lugar que Domènech ya había previsto para ella en su proyecto original. Hoy las cuatro columnas se alzan majestuosas en ese patio interior, con sus fustes estriados de nueve metros de altura y sus capiteles corintios ricamente decorados.
La experiencia de la visita durante el Open House #
Acceder al Centre Excursionista de Catalunya durante el Open House Barcelona fue como entrar en un club privado donde el tiempo se ha detenido. La puerta del carrer del Paradís, con su arco de dovelas de piedra, no deja presagiar lo que espera dentro. Atravesar el vestíbulo y encontrarse de repente con el patio de las columnas es un momento de asombro genuino.
Las columnas emergen del suelo con una presencia física abrumadora. Desde abajo, mirando hacia arriba, es fácil imaginar cómo debía ser el templo completo, con todas sus columnas rodeando el edificio y creando ese bosque de piedra característico de los templos romanos. Los capiteles corintios conservan su decoración de hojas de acanto, y sobre ellos aún se pueden ver fragmentos del entablamento original.
La luz que entra por la claraboya cambia según la hora del día, creando juegos de sombras sobre las columnas y las paredes medievales que las rodean. El contraste entre el orden corintio romano, la arquitectura gótica del edificio medieval y los toques modernistas de Domènech i Montaner genera una superposición temporal fascinante. Son tres épocas arquitectónicas conviviendo en un mismo espacio, cada una aportando su propia narrativa.
Durante la visita también se puede acceder a otras estancias del Centre Excursionista de Catalunya, como la biblioteca con su impresionante fondo documental de montaña, la sala de actos y algunas de las salas históricas con sus artesonados de madera policromados y sus vitrales medievalistas. Todo el edificio respira historia excursionista, con fotografías antiguas de expediciones pirenaicas, mapas topográficos y objetos que testimonian casi 150 años de exploración de las montañas catalanas.
Un testimonio de la Barcelona multicapa #
Lo que hace especial al Centre Excursionista de Catalunya no es solo la belleza de sus columnas romanas o la calidad de la intervención de Domènech i Montaner, sino la manera en que este espacio encapsula la historia de Barcelona como una ciudad multicapa. Es un lugar donde puedes leer literalmente la historia urbana como si fuera un libro abierto: la capa romana del siglo I aC, la capa medieval del siglo XV, la capa modernista de principios del siglo XX, y la capa contemporánea de una asociación excursionista viva y activa.
El hecho de que este espacio no sea un museo sino la sede de una entidad cultural y deportiva en pleno funcionamiento le da una dimensión especial. Las columnas no están muertas en un recinto arqueológico, sino que forman parte del día a día de los 4.000 socios del Centre Excursionista de Catalunya. Son testigos silenciosos de las reuniones, las conferencias, las presentaciones de libros y las conversaciones sobre rutas de montaña que llenan estas salas.
La visita al Centre Excursionista de Catalunya durante el Open House Barcelona es una de esas experiencias que justifican ampliamente el esfuerzo de hacer cola y madrugar para conseguir una plaza. Es un viaje en el tiempo condensado en unos pocos metros cuadrados, una lección de historia arquitectónica y urbana que te hace entender Barcelona de una manera completamente nueva. Y sobre todo, es un recordatorio de que a veces los tesoros más extraordinarios se esconden detrás de las puertas más discretas, esperando pacientemente a que alguien los descubra.
Información práctica #
El Centre Excursionista de Catalunya y el MUHBA Temple d'August se encuentran en el carrer del Paradís, 10, en pleno Barri Gòtic. Durante el Open House Barcelona, el edificio abre sus puertas al público general con visitas guiadas que permiten acceder a las zonas normalmente reservadas a los socios. Fuera del festival, las columnas romanas son accesibles de forma gratuita en el horario del MUHBA, aunque el acceso se limita al patio de las columnas sin poder visitar el resto de las instalaciones del Centre Excursionista.
La visita no es accesible para personas con movilidad reducida, ya que el recorrido transcurre por diferentes niveles a través de escaleras sin alternativa de ascensor. El espacio es relativamente pequeño, lo que hace que las visitas durante el Open House se organicen en grupos reducidos con horarios específicos. Es recomendable reservar con antelación a través de la web del festival para asegurar la plaza.
Para los interesados en profundizar en la Barcelona romana, el MUHBA tiene su sede principal en la Plaça del Rei, a pocos minutos a pie del Centre Excursionista de Catalunya. Allí se pueden visitar las excavaciones del subsuelo del Barri Gòtic, donde se conservan calles, casas y edificios públicos de la antigua Barcino. La combinación de ambas visitas ofrece una visión completa del pasado romano de Barcelona.

Juanjo Marcos
Desarrollador y diseñador web actualmente afincado en Bilbao. Desde que tengo uso de razón viajar es una de mis grandes pasiones, junto a la tecnología, la fotografía y los largos paseos sin rumbo definido.
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