Para esta duodécima jornada del viaje por la Bretaña francesa, hay poco que añadir a modo de descubrimientos o visitas. Este día estuvo dedicado exclusivamente al regreso, cerrando así nuestro periplo por una de las regiones más fascinantes de Francia.
El último trayecto: de Nantes a París #
La mañana comenzó en Nantes, ciudad que nos había cautivado con su extraordinaria Isla de las Máquinas, una de las experiencias más sorprendentes e innovadoras del viaje. Nos esperaban algo más de 350 kilómetros por delante hasta el aeropuerto Charles de Gaulle, en las afueras de París.
El trayecto transcurrió sin incidentes, aunque como siempre que me toca ponerme al volante durante largas distancias, resultó algo tedioso. Los kilómetros de autopista se sucedían mientras dejábamos atrás la región bretona que nos había acogido durante casi dos semanas.
Vuelta a casa #
Una vez en el aeropuerto Charles de Gaulle, devolvimos el coche de alquiler que había sido nuestro fiel compañero durante todo el viaje. Nuestro vuelo hacia Bilbao salía a las tres de la tarde y, afortunadamente, no experimentó retrasos. Aterrizamos en casa un poco después de las 16:30, cerrando así esta aventura bretona.
Reflexiones sobre la ruta bretona #
Ahora que el viaje ha concluido, es buen momento para hacer balance. La Bretaña francesa ofrece contrastes interesantes, aunque debo admitir que algunos tramos costeros pueden resultar algo monótonos debido a la similitud entre varios pueblos y paisajes marítimos.
Los desplazamientos largos también fueron un aspecto a considerar, ya que numerosos días implicaron trayectos de más de 100 kilómetros. Para quienes, como yo, no disfrutan especialmente conduciendo, esto puede resultar un pequeño inconveniente en la planificación.
Los imprescindibles del viaje #
A pesar de estos pequeños matices, el viaje nos dejó momentos verdaderamente memorables y lugares que califico sin duda como imprescindibles:
- Mont Saint-Michel: se revela como una auténtica maravilla que sobrepasa cualquier expectativa. Su silueta emergiendo entre las mareas y su ambiente medieval te transportan a otra época.
- Saint-Malo: fue una grata sorpresa con sus imponentes murallas y su atmósfera corsaria que mantiene intacto el espíritu aventurero de la región.
- Locronan: destacó por su belleza inmaculada, uno de esos pueblos que parecen detenidos en el tiempo y donde cada rincón merece una fotografía.
- Conjunto megalítico de Carnac: impresiona por su magnitud y misterio, dejando patente el legado prehistórico de esta tierra.
- Isla de las Máquinas en Nantes: supone una experiencia inolvidable que combina arte, ingeniería y fantasía de un modo único en Europa.
Consejos prácticos para futuros viajeros #
Antes de concluir, quiero compartir algunas recomendaciones basadas en nuestra experiencia:
- Planificar descansos: Si no eres aficionado a conducir largas distancias como yo, planifica paradas cada 1-2 horas para hacer el trayecto más llevadero.
- Temporada ideal: Agosto nos ofreció un clima bastante agradable, aunque con algunos días de lluvia típicos de la región. Para evitar aglomeraciones, considerad visitar la zona en junio o septiembre.
- Gastronomía: No dejéis de probar las crepes y galettes bretonas, el kouign-amann (un delicioso postre caramelizado) y los mariscos frescos de la zona.
- Reservas anticipadas: Para visitas como el Mont Saint-Michel, recomiendo reservar alojamiento cercano con meses de antelación si queréis disfrutar del amanecer o atardecer cuando la mayoría de turistas se han marchado.
Balance final #
Si tuviera que resumir la experiencia, diría que no todos los puntos de la ruta bretona son imprescindibles, pero los destacados que hemos mencionado hacen que todo el viaje merezca sobradamente la pena. La Bretaña es una región con personalidad propia, marcada por su herencia celta, su gastronomía, sus paisajes costeros y su rica historia.
Regresar a Bilbao después de estas casi dos semanas de exploración deja ese agradable sabor de haber descubierto un destino con carácter, de esos que dejan huella más allá de las fotografías y los recuerdos. Si estás buscando un destino que combine naturaleza, cultura e historia con un toque diferente al del Mediterráneo, la Bretaña francesa bien merece un lugar en tu lista de viajes pendientes.

Juanjo Marcos
Desarrollador y diseñador web actualmente afincado en Bilbao. Desde que tengo uso de razón viajar es una de mis grandes pasiones, junto a la tecnología, la fotografía y los largos paseos sin rumbo definido.
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