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Día 2. Descubriendo el corazón de Oporto

30 mayo 2022

Día 2. Descubriendo el corazón de Oporto

El lunes 30 de mayo nos despertamos con la energía renovada y las ganas de sumergirnos por completo en Oporto. Después de un desayuno sencillo en el apartamento, decidimos comenzar nuestra jornada explorando la imponente Avenida dos Aliados y la Plaza da Liberdade, el verdadero centro neurálgico de la ciudad, donde late el corazón administrativo y social de la urbe portuguesa.

La majestuosidad de Avenida dos Aliados: un museo arquitectónico al aire libre #

La Avenida dos Aliados, concebida a principios del siglo XX por el arquitecto británico Barry Parker, representa el mejor ejemplo del urbanismo portuense de influencia francesa. Esta amplia y señorial avenida, de casi 300 metros de longitud, estaba parcialmente afectada por las obras de ampliación del metro durante nuestra visita. Andamios, vallas y maquinaria pesada rompían un poco la armonía del conjunto. Sin embargo, ni siquiera estas intervenciones urbanas conseguían eclipsar la grandeza de este espacio flanqueado por edificios elegantes que muestran diferentes estilos arquitectónicos, desde el neoclásico hasta el Art Nouveau.

La avenida está coronada en su extremo norte por el magnífico Ayuntamiento (Câmara Municipal do Porto), un edificio monumental de estilo neobarroco, construido entre 1920 y 1957, cuya torre central alcanza los 70 metros de altura. Su fachada, elaborada en granito, muestra la solidez y elegancia característica de la arquitectura institucional portuguesa de la primera mitad del siglo XX. En su interior, aunque no pudimos visitarlo en esta ocasión, se encuentra el famoso Salão Nobre con sus techos decorados y la impresionante escalera de mármol que conecta las diferentes plantas del edificio.

A pesar del ruido y el polvo de las obras, la plaza conservaba ese aire majestuoso tan característico. Los portuenses pasaban de largo, acostumbrados ya a las eternas obras, mientras nosotros nos deteníamos para admirar cada detalle: las esculturas, los elaborados frontispicios de los edificios, las fuentes... Todo ello formando un conjunto arquitectónico que habla de una época en que Portugal quería mostrar al mundo su esplendor tras la proclamación de la República en 1910.

Avenida dos Aliados
Avenida dos Aliados

Las iglesias de azulejos: tesoros en cerámica azul del barroco portugués #

Desde Aliados nos dirigimos hacia la Iglesia de San Ildefonso, una de las joyas barrocas de Oporto. Construida en el siglo XVIII (1739), este templo presenta una fachada completamente revestida de aproximadamente 11.000 azulejos azules y blancos, instalados en 1932 y elaborados por el famoso ceramista Jorge Colaço. Los paneles cuentan historias bíblicas y escenas de la vida de San Ildefonso, patrono de la iglesia. El contraste entre la cerámica azul y la piedra dorada resulta hipnótico, especialmente cuando el sol incide directamente sobre ella, haciendo brillar los azulejos como si estuvieran recién pintados.

Esta técnica decorativa, tan característica de Portugal, no solo cumple una función estética sino también didáctica, ya que en épocas de analfabetismo generalizado, estas "biblias de azulejos" permitían a los fieles visualizar las historias sagradas. Además, el revestimiento de azulejos proporciona un excelente aislamiento térmico a los edificios, protegiéndolos de la humedad tan característica del norte portugués.

En el camino pasamos frente al Teatro Nacional São João, otro edificio neoclásico que aporta distinción cultural a esta zona de la ciudad. Reconstruido en 1920 tras un devastador incendio que destruyó el original de 1798, este teatro se inspira claramente en la Scala de Milán. Su fachada, decorada con estatuas que representan a la Tragedia y la Comedia, refleja la importancia que Oporto ha dado históricamente a las artes escénicas. No pudimos visitarlo por dentro, pero su imponente presencia exterior ya justifica una parada en el recorrido.

Continuamos nuestra ruta hasta la Capilla de las Almas (Capela das Almas), otra maravilla azulejada que no deja indiferente a nadie. Conocida también como Capela de Santa Catarina, esta iglesia del siglo XVIII viste su exterior con más de 15.800 azulejos que cubren completamente su fachada y laterales. Estos paneles, también obra de Eduardo Leite y fabricados en la Fábrica de Cerámica Viúva Lamego de Lisboa, representan escenas de la vida de varios santos, especialmente de San Francisco de Asís y Santa Catalina. La predominancia del azul cobalto en su gama más intensa hace que el edificio destaque en el entorno urbano como una joya incrustada en la piedra gris de la ciudad, convirtiéndose en uno de los puntos fotográficos más buscados de Oporto.

Iglesia de San Ildefonso, Teatro Nacional São João y Capela das Almas Iglesia de San Ildefonso, Teatro Nacional São João y Capela das Almas Iglesia de San Ildefonso, Teatro Nacional São João y Capela das Almas Iglesia de San Ildefonso, Teatro Nacional São João y Capela das Almas
Iglesia de San Ildefonso, Teatro Nacional São João y Capela das Almas

La curiosidad de los Carmelitas: un edificio extremadamente estrecho que desafía la lógica #

Una de las paradas más curiosas de nuestro recorrido fue el conjunto formado por la Iglesia del Carmen (Igreja do Carmo) y la Igreja dos Carmelitas. La primera, construida en el siglo XVIII, es un espléndido ejemplo del barroco tardío portugués, con una fachada lateral completamente revestida de azulejos que narran la fundación de la Orden de los Carmelitas. La segunda, más antigua, data del siglo XVII y presenta un estilo más sobrio.

Lo fascinante de este complejo, sin embargo, no son solo los templos en sí, sino lo que hay entre ellos: probablemente la casa más estrecha de Portugal. Entre ambas iglesias se erigió un edificio de aproximadamente un metro de ancho en su punto más estrecho que servía para separar físicamente los conventos masculino y femenino, evitando cualquier contacto entre monjes y monjas. Esta peculiar construcción, conocida como "Casa Escondida", permaneció vacía durante siglos y solo recientemente ha sido abierta como espacio visitable, revelando su interior que consiste en un pasillo estrechísimo que conecta las dependencias de ambos conventos.

Mientras observábamos esta curiosidad urbanística, un guía local contaba la historia a otro grupo de turistas, añadiendo que esta separación física no solo respondía a preceptos morales dictados por el Concilio de Trento, que exigía estricta separación entre religiosos y religiosas, sino también a una cuestión legal, ya que existía una prohibición municipal de tener dos iglesias compartiendo paredes. La solución fue construir esta casa estrecha, que técnicamente convertía a ambos templos en edificios independientes. ¡Qué forma tan ingeniosa de respetar la letra de la ley mientras se burla completamente su espíritu!

La Igreja do Carmo y la Igreja dos Carmelitas La Igreja do Carmo y la Igreja dos Carmelitas La Igreja do Carmo y la Igreja dos Carmelitas La Igreja do Carmo y la Igreja dos Carmelitas
La Igreja do Carmo y la Igreja dos Carmelitas

Un paseo por el tiempo: Centro Portugués de Fotografía en la antigua cárcel #

Siguiendo con nuestro recorrido, pasamos por delante del Centro Portugués de Fotografía, instalado en la antigua Cadeia da Relação, una prisión que funcionó desde el siglo XVIII hasta 1974. Este imponente edificio neoclásico, de aspecto severo y sobrio como corresponde a su función original, albergó entre sus muros a presos políticos durante la dictadura de Salazar y a figuras históricas como el escritor Camilo Castelo Branco, que inmortalizó su experiencia carcelaria en su obra "Memorias del Cárcel".

El contraste entre la severidad del edificio carcelario y la libertad creativa que alberga ahora como centro dedicado al arte fotográfico resulta fascinante. La reconversión respetó elementos originales como las celdas, las escaleras de piedra y las pesadas puertas metálicas, creando un diálogo entre el pasado represivo y la expresión artística contemporánea. Aunque no entramos en esta ocasión, tomé nota mental para una futura visita, especialmente después de ver algunos carteles que anunciaban exposiciones interesantes sobre fotografía documental portuguesa del siglo XX.

Centro Portugués de Fotografía
Centro Portugués de Fotografía

Armazén: un viaje nostálgico entre antigüedades en el antiguo barrio industrial #

Desde allí decidimos descender hacia la ribera del Duero para visitar uno de mis descubrimientos favoritos de mi anterior viaje a Oporto: Armazén. Ubicado en lo que antiguamente fue un almacén industrial en el barrio de Miragaia, este espacio único nació como proyecto de recuperación urbana en una zona previamente degradada de la ciudad.

Este espacio único es difícil de describir para quien no lo ha visitado. Imagina un enorme almacén de más de 4.000 metros cuadrados donde se agrupan decenas de tiendas de antigüedades, objetos vintage, discos de vinilo, ropa de segunda mano y curiosidades varias, todo ello ambientado con un bar que parece sacado de una película de Wes Anderson. La estructura original del edificio industrial se mantiene intacta, con sus vigas de hierro vistas, grandes ventanales y suelos de madera desgastada que crujen bajo los pies, aportando autenticidad y carácter al conjunto.

Entrar en Armazén es como activar una máquina del tiempo. Cada rincón guarda tesoros inesperados: desde gramófonos del siglo pasado hasta cámaras fotográficas Leica y Rolleiflex que ya nadie utiliza, pasando por muebles restaurados de mediados de siglo, juguetes que despiertan nostalgia y lámparas Art Déco que parecen obras de arte. Los vendedores, en su mayoría coleccionistas apasionados, conocen la historia detrás de cada objeto y están dispuestos a compartirla, convirtiendo cada compra potencial en una lección de historia cotidiana.

Decidimos hacer una pausa en el bar central, decorado con piezas rescatadas de antiguas cafeterías portuguesas, rodeados de objetos que contaban historias de otras épocas. La música de fondo, apropiadamente retro con vinilos de jazz y bossa nova, y la clientela, mezcla de turistas curiosos y locales bohemios, completaban la atmósfera única del lugar. Tomamos una limonada casera servida en jarras de cristal tallado mientras hojeábamos algunos libros antiguos disponibles para los clientes en las estanterías circundantes.

Armazén, un lugar con muchísimo encanto Armazén, un lugar con muchísimo encanto Armazén, un lugar con muchísimo encanto Armazén, un lugar con muchísimo encanto
Armazén, un lugar con muchísimo encanto

La animada ribera: el pulso histórico de la ciudad junto al Duero #

Tras esta pausa tan especial, continuamos nuestro paseo por la ribera del Duero. Esta zona, llamada Ribeira, fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1996 y es probablemente el área más fotografiada de Oporto, y con razón. Sus casas de colores apretujadas, con fachadas que datan principalmente de los siglos XVII y XVIII, con ropa tendida entre balcones, los callejones empinados que suben hacia la ciudad alta, los restaurantes con terrazas junto al río... Todo conforma un conjunto pintoresco que parece sacado de una postal.

La historia de la Ribeira está íntimamente ligada a la actividad comercial del puerto fluvial. Durante siglos, este fue el punto donde se cargaban los famosos barriles de vino de Oporto en los barcos rabelos para su transporte y exportación. Estos barcos tradicionales, de vela cuadrada y fondo plano, fueron diseñados específicamente para navegar el traicionero cauce del Duero y transportar las preciadas barricas desde los viñedos del Valle del Duero hasta las bodegas de Vila Nova de Gaia, en la orilla opuesta.

La ribera bullía de actividad: turistas sacando fotos del icónico conjunto urbano, camareros atareados entre las mesas de los restaurantes que ofrecen pescados frescos y el tradicional bacalhau, vendedores ofreciendo recuerdos y artesanía local, músicos callejeros interpretando el melancólico fado portugués... y todo ello con el majestuoso puente Luis I como telón de fondo y los barcos rabelos, ahora reconvertidos en embarcaciones turísticas, meciéndose suavemente en el agua.

El puente Luis I, diseñado por el ingeniero Théophile Seyrig (discípulo de Gustave Eiffel) e inaugurado en 1886, es una estructura de hierro de doble tablero que constituye uno de los símbolos indiscutibles de la ciudad. Con sus 395 metros de longitud y 8 metros de ancho, este puente conecta Oporto con Vila Nova de Gaia, permitiendo el tráfico de vehículos en su nivel inferior y el paso del metro y peatones en el superior, desde donde se obtienen algunas de las panorámicas más impresionantes de la ciudad.

Ribeira do Porto Ribeira do Porto Ribeira do Porto Ribeira do Porto
Ribeira do Porto

Últimas paradas: del Palacio de la Bolsa a la Torre de los Clérigos #

Desde la ribera ascendimos de nuevo hacia la parte alta de la ciudad, pasando por el Palacio de la Bolsa, antiguo centro financiero de Oporto cuya arquitectura neoclásica impresiona incluso desde el exterior. Construido entre 1842 y 1910 por la Asociación Comercial de Oporto sobre las ruinas del convento de San Francisco, este palacio burgués refleja el poderío económico de la ciudad durante el siglo XIX, época en que el comercio del vino de Oporto vivía su edad dorada.

Aunque en esta ocasión no entramos, es bien conocido su interior, especialmente el espectacular Salón Árabe, una sala inspirada en la Alhambra de Granada, decorada con asombrosos motivos geométricos en pan de oro, que servía como sala de recepciones para dignatarios extranjeros y negociaciones comerciales importantes. El patio central, cubierto por una impresionante cúpula de cristal y hierro, es otro de los espacios destacados que ejemplifican la influencia de la arquitectura internacional en el Portugal decimonónico.

Justo al lado, visitamos el Mercado Ferreira Borges, una elegante estructura de hierro rojizo construida en 1885, representativa de la arquitectura industrial europea de la época. Diseñado originalmente como mercado municipal, hoy alberga el Hard Club, un espacio cultural y sala de conciertos que ha sabido respetar y poner en valor la estructura original del edificio, adaptándola a nuevos usos sin perder su esencia histórica.

Palacio de la Bolsa y Mercado Ferreira Borges Palacio de la Bolsa y Mercado Ferreira Borges Palacio de la Bolsa y Mercado Ferreira Borges Palacio de la Bolsa y Mercado Ferreira Borges
Palacio de la Bolsa y Mercado Ferreira Borges

Continuamos nuestro recorrido pasando por delante de la mítica Librería Lello, famosa por haber inspirado supuestamente a J.K. Rowling para ciertos espacios de Harry Potter durante su estancia en Oporto como profesora de inglés a principios de los años 90, aunque ella ha negado en más de una ocasión conocer siquiera dicha librería. Fundada en 1906 por los hermanos Lello, esta librería es considerada una de las más bellas del mundo por su espectacular escalera roja de doble hélice, sus estanterías de madera oscura que llegan hasta el techo y su impresionante vidriera en el techo que inunda el espacio de luz natural. La cola para entrar es siempre kilométrica, así que decidimos contentarnos con admirar su fachada neogótica, con sus figuras alegóricas que representan el Arte y la Ciencia.

Finalizamos nuestra ruta frente a la Torre de los Clérigos, el símbolo por excelencia de Oporto. Diseñada por el arquitecto italiano Nicolau Nasoni e inaugurada en 1763, esta torre barroca de granito de 76 metros de altura domina el horizonte de la ciudad y sirve como punto de referencia para orientarse en el laberinto de calles que es el centro histórico portuense. Durante casi dos siglos fue la estructura más alta de Portugal, y sus 240 escalones conducen a un mirador desde donde se obtiene una vista panorámica de 360 grados sobre Oporto, el río Duero y el océano Atlántico en la lejanía.

La torre forma parte de la Iglesia de los Clérigos, un templo barroco cuya planta ovalada resulta bastante inusual en la arquitectura religiosa portuguesa. El interior de la iglesia, aunque modesto en dimensiones, sorprende por la riqueza de sus tallas doradas, sus mármoles policromados y la luminosidad que se filtra por sus ventanales.

Librería Lello y Torre de los Clérigos Librería Lello y Torre de los Clérigos
Librería Lello y Torre de los Clérigos

El final de un día intenso: reflexiones sobre una ciudad de contrastes #

Con los pies cansados pero el alma llena de imágenes y sensaciones, regresamos a nuestro apartamento. Había sido un día intenso, recorriendo buena parte del centro histórico de Oporto y descubriendo tanto lugares emblemáticos como rincones menos conocidos que revelan el verdadero carácter de esta ciudad fascinante.

Oporto conserva una identidad fuerte y reconocible, alejada del turismo masificado y homogeneizador que afecta a otros destinos europeos. Sus habitantes, los "tripeiros" (término que alude a una antigua historia sobre el sacrificio de los portuenses, que cedieron toda su carne para provisionar a la flota que partía a conquistar Ceuta, quedándose ellos solo con las tripas), mantienen ese carácter orgulloso y trabajador, amable pero no servil, que hace que la experiencia de visitar la ciudad resulte tan auténtica.

Mientras repasaba mentalmente el recorrido del día, ya empezaba a planificar la jornada siguiente: una excursión a Braga, ciudad de gran importancia religiosa y cultural que prometía mostrarnos otra faceta de Portugal, más allá de la bulliciosa Oporto. Pero eso es otra historia que merece su propio capítulo.

Foto de perfir de Juanjo Marcos

Juanjo Marcos

Desarrollador y diseñador web actualmente afincado en Bilbao. Desde que tengo uso de razón viajar es una de mis grandes pasiones, junto a la tecnología, la fotografía y los largos paseos sin rumbo definido.

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