Imagina pasear por una concurrida plaza en el centro de Bilbao, rodeado de edificios modernos y el bullicio de la vida urbana. Ahora, imagina que bajo tus pies se esconde un tesoro histórico que abarca más de cinco siglos de la historia de la ciudad. Esto es exactamente lo que ocurre en la Plaza del Corazón de María, hogar de uno de los yacimientos urbanos más fascinantes de Euskadi.
Este espacio arqueológico, gestionado con esmero por el Museo de Reproducciones de Bilbao, no es solo un conjunto de piedras antiguas. Es una ventana al pasado, un portal que nos permite viajar en el tiempo y experimentar la evolución de Bilbao desde la época medieval hasta los albores del siglo XX.
Un viaje en el tiempo: del convento al cuartel #
Cuando los arqueólogos comenzaron a excavar en 2006, poco imaginaban la riqueza histórica que estaban a punto de desenterrar. Lo que empezó como una simple remodelación de la plaza se convirtió en un descubrimiento que cambiaría nuestra comprensión de la historia de Bilbao.
El yacimiento revela dos capítulos principales de la historia de la ciudad: el Convento de San Francisco y el Cuartel Príncipe Don Alfonso. Cada piedra, cada resto, cuenta una historia de transformación y adaptación.
El Convento de San Francisco, fundado en 1475, no era un simple edificio religioso. Era el corazón palpitante de la vida espiritual y social de Bilbao durante siglos. Imagina los pasos de los frailes resonando en el claustro, sus voces elevándose en oración en la iglesia gótica. Los jardines del claustro, con sus senderos de cantos rodados, habrían sido un oasis de paz en medio de la bulliciosa villa medieval.
Pero la historia no se detiene, y el convento evolucionó con el tiempo. De su fase gótica original pasó por una etapa clasicista, reflejando los cambiantes gustos arquitectónicos. Incluso tuvo un breve período como cuartel militar, antes de ser finalmente abandonado y demolido en 1856.
Sin embargo, el espacio no permaneció vacío por mucho tiempo. En 1861, sobre los cimientos del antiguo convento, se alzó el imponente Cuartel Príncipe Don Alfonso. Este edificio de tres pisos, construido con la piedra del antiguo convento, simbolizaba una nueva era para Bilbao. Ya no era el centro espiritual de la ciudad, sino su bastión militar.
La preservación de un legado #
El destino tiene formas curiosas de preservar la historia. Cuando el cuartel fue demolido en 1930, nadie imaginaba que este acto de destrucción sería, paradójicamente, el que preservaría los restos arqueológicos para las generaciones futuras. Los escombros, utilizados para elevar la cota de la plaza, crearon una cápsula del tiempo involuntaria, protegiendo los vestigios del pasado bajo una gruesa capa de tierra y piedra.
Décadas más tarde, cuando los arqueólogos comenzaron su trabajo, se encontraron con un tesoro histórico sorprendentemente bien conservado. Pero desenterrar el pasado es solo el primer paso. La verdadera labor comienza con la preservación y la interpretación de estos hallazgos.
Un equipo multidisciplinar de expertos se embarcó en la titánica tarea de conservar y restaurar los restos. Cada material, desde la piedra hasta los revestimientos pictóricos, requería un cuidado especializado. No se trataba solo de preservar objetos, sino de salvaguardar la historia misma de Bilbao.
Un museo al aire libre #
Hoy, gracias a un innovador proyecto de musealización, el yacimiento de la Plaza del Corazón de María no es simplemente un sitio arqueológico. Es un museo vivo, integrado en el tejido urbano de la ciudad moderna.
Desde 2016, visitantes de todo el mundo pueden pasear por este espacio y sentir cómo la historia cobra vida bajo sus pies. Las visitas guiadas, organizadas por el Museo de Reproducciones de Bilbao, ofrecen una experiencia inmersiva. Los guías, verdaderos narradores de la historia, tejen relatos que conectan los restos físicos con las vidas de quienes una vez habitaron estos espacios.
Para aquellos que prefieren explorar por su cuenta, los paneles informativos y las recreaciones virtuales permiten un viaje autoguiado a través de los siglos. Y en ocasiones especiales, las jornadas de puertas abiertas brindan la oportunidad de descubrir este tesoro de forma gratuita, democratizando el acceso a la historia de la ciudad.
Más que piedras: un reflejo de la sociedad #
El yacimiento de la Plaza del Corazón de María es mucho más que un conjunto de ruinas antiguas. Es un espejo que refleja los cambios sociales, políticos y culturales que ha experimentado Bilbao a lo largo de los siglos.
En sus estratos podemos leer la transición de una sociedad profundamente religiosa a una más secular. Vemos cómo el poder eclesiástico cedió paso al militar, y cómo finalmente la ciudad moderna engulló ambos, preservándolos como testimonio de su pasado.
Cada piedra, cada fragmento de cerámica, cada resto de pintura mural nos cuenta una historia. Nos habla de los artesanos que construyeron estos edificios, de los frailes que rezaron en sus claustros, de los soldados que marcharon en sus patios. Es un recordatorio tangible de que la historia no es algo distante y ajeno, sino que está literalmente bajo nuestros pies, formando los cimientos de nuestra vida cotidiana.
Visitar el yacimiento de la Plaza del Corazón de María no es solo una lección de historia. Es una experiencia que nos conecta con nuestras raíces, que nos hace reflexionar sobre el paso del tiempo y sobre cómo las decisiones del pasado han moldeado nuestro presente. Es, en definitiva, una oportunidad única para sumergirse en la rica y fascinante historia de Bilbao, y para apreciar cómo una ciudad puede honrar su pasado mientras mira hacia el futuro.
Juanjo Marcos
Desarrollador y diseñador web actualmente afincado en Bilbao. Desde que tengo uso de razón viajar es una de mis grandes pasiones, junto a la tecnología, la fotografía y los largos paseos sin rumbo definido.
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