Barcelona: cuando los primeros viajes en pareja se convierten en aventura
Cómo nació la idea de nuestro primer viaje largo juntos
Hay momentos en una relación que marcan un antes y un después. Pequeños hitos que, sin darnos cuenta, van definiendo el rumbo de lo que vendrá después. Nuestro viaje a Barcelona en diciembre de 2021 fue precisamente uno de esos momentos. Después de varios meses compartiendo escapadas de un día con Rafa, había llegado el momento de dar el paso hacia la primera aventura de varios días juntos.
La génesis de una escapada perfecta #
La idea surgió de forma natural, casi orgánica. Llevábamos tiempo hablando de hacer algo más ambicioso que nuestras habituales excursiones de jornada completa, pero las circunstancias tenían que ser las adecuadas. Barcelona se presentó como la opción perfecta por una combinación irresistible de factores prácticos y emocionales.
El elemento más decisivo fue contar con una de mis mejores amigas viviendo allí. Idoia lleva ya muchos años instalada en la ciudad condal, y cada vez que hablábamos me insistía en que quería conocer a Rafa. Tener alojamiento gratuito en su casa no solo aliviaba considerablemente el presupuesto del viaje, sino que añadía esa dimensión personal que convierte un simple turismo urbano en algo mucho más auténtico y cálido.
Barcelona como escenario ideal #
La elección de Barcelona tenía además otras ventajas evidentes. Se trataba de una ciudad que yo conocía relativamente bien después de múltiples visitas anteriores, lo que me daba la confianza necesaria para hacer de cicerone improvisado. Había callejado lo suficiente por sus barrios como para saber moverme sin perdernos, pero no tanto como para que hubiera perdido su capacidad de sorprenderme.
Para Rafa sería su primera vez en Barcelona. De origen brasileño y aún en proceso de descubrir los rincones más especiales de España, la ciudad condal se presentaba como una oportunidad perfecta para que conociera una de las urbes más emblemáticas del país. Me emocionaba la perspectiva de poder enseñarle todos esos lugares que yo había ido descubriendo a lo largo de los años, de ver Barcelona a través de sus ojos y redescubrirla yo mismo en el proceso.
Planificando la logística #
Los vuelos desde Bilbao encajaban perfectamente en nuestros planes. El sábado 4 de diciembre saldríamos en un vuelo de la mañana, aterrizando sobre las 89 de la mañana en Barcelona. Esto nos daría prácticamente un día completo para empezar a explorar. El regreso estaba programado para el miércoles 8 por la noche, lo que nos proporcionaba casi cinco días completos en la ciudad.
Ya desde la planificación habíamos decidido que queríamos un viaje que combinara los clásicos imprescindibles de Barcelona con esos momentos más íntimos y auténticos que solo se pueden vivir cuando tienes la suerte de contar con amigos locales. La mezcla perfecta entre el turismo cultural que tanto nos gusta y esa experiencia más doméstica de compartir tiempo con personas queridas.
Expectativas y nervios #
Reconozco que tenía cierta expectación ante este primer viaje largo juntos. Las escapadas de un día habían funcionado estupendamente, pero compartir varios días seguidos, con todo lo que eso implica de rutinas, espacios y ritmos diferentes, era territorio inexplorado para nosotros. Por otro lado, tenía muchísimas ganas de poder enseñarle una ciudad que me resulta tan familiar y especial.
Barcelona en diciembre tiene además ese encanto particular del invierno mediterráneo. Temperaturas suaves, menos masificación turística que en temporada alta, y esa luz especial que tienen las ciudades costeras cuando el sol de invierno se refleja en el mar. Era el momento perfecto para disfrutar de la ciudad sin prisas, callejeando sin rumbo fijo y dejándose llevar por los descubrimientos.
Lo que vendría después #
Este diario recogerá día a día todo lo que vivimos durante esos cinco días intensos. Desde el aterrizaje matutino del sábado hasta el vuelo de regreso del miércoles por la noche, pasando por encuentros con amigos, conciertos inesperados, paseos nocturnos, patinaje sobre hielo y excursiones familiares que nos permitieron ver Barcelona desde una perspectiva completamente diferente.
Cada jornada tuvo su propia personalidad, sus propios descubrimientos y sus momentos especiales. Algunas fueron más turísticas, otras más íntimas, pero todas contribuyeron a crear un viaje que sigo recordando con especial cariño. Era el principio de muchas aventuras juntos que estaban por venir.

Juanjo Marcos
Desarrollador y diseñador web actualmente afincado en Bilbao. Desde que tengo uso de razón viajar es una de mis grandes pasiones, junto a la tecnología, la fotografía y los largos paseos sin rumbo definido.
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