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Día 1. Rennes, la capital de Bretaña

17 agosto 2016

Día 1. Rennes, la capital de Bretaña

El primer día de viaje lo dedicamos a ir desde Bilbao a Rennes (avión + coche de alquiler) y visitar la capital de Bretaña por la tarde.

Comenzamos el viaje a las 5:30 de la mañana rumbo al aeropuerto de Bilbao. El amanecer aún era una promesa lejana mientras la ciudad dormía. Sin problemas ni retrasos, llegamos al aeropuerto de París Charles de Gaulle antes de las 9 de la mañana. ¡No es mala hora para empezar las vacaciones! El vuelo desde Bilbao a París fue cómodo y puntual, ofreciéndonos una vista espectacular de los Pirineos al despegar.

Llegada al aeropuerto de París Charles de Gaulle
Llegada al aeropuerto de París Charles de Gaulle

Recogida del coche de alquiler #

Una vez en el aeropuerto nos dirigimos a por el coche de alquiler que habíamos reservado con anterioridad. El proceso fue sorprendentemente ágil para tratarse del siempre concurrido Charles de Gaulle. Optamos por un modelo compacto pero cómodo, perfecto para recorrer las carreteras bretonas.

Antes de las 10:00 ya teníamos todo listo para salir rumbo a Rennes. El trayecto de aproximadamente 350 kilómetros nos llevaría por autopistas bien señalizadas y con excelente pavimento, atravesando paisajes de la campiña francesa que bien merecen alguna parada para fotografiar.

Llegada a Rennes y alojamiento #

Llegamos a la capital de Bretaña sobre las 13:30, tras un trayecto por autopista que nos permitió disfrutar de los verdes paisajes del norte de Francia. La entrada a Rennes es bastante sencilla, aunque como en muchas ciudades europeas, hay que prestar atención a las zonas de tráfico restringido en el centro histórico. Afortunadamente, seguimos las indicaciones del GPS sin problemas y encontramos fácilmente nuestro alojamiento.

Nuestro hotel para esta noche era el Apartahotel Access Rennes Centre, ubicado estratégicamente a unos 10 minutos a pie del casco antiguo. La elección de este establecimiento se basó en la buena relación calidad-precio y en la disponibilidad de aparcamiento, algo no siempre fácil de encontrar en ciudades históricas. Aunque llegamos un poquito antes de la hora del check-in, el personal de recepción fue extremadamente amable y no hubo ningún problema para que nos asignaran la habitación inmediatamente, poder dejar la maleta y salir a comer algo.

El apartamento era espacioso, con una pequeña cocina equipada que no llegamos a utilizar dado el corto tiempo de nuestra estancia, pero que sería muy útil para viajeros que planeen pasar más días en la ciudad. El baño estaba impecablemente limpio y la cama resultó cómoda, aspectos fundamentales para descansar tras un largo día de viaje y visitas. Después de refrescarnos un poco, salimos en busca de algún restaurante cercano para probar la gastronomía local antes de iniciar nuestra exploración de Rennes.

La historia y encanto de la capital bretona #

La ciudad de Rennes se formó en la confluencia de los ríos Ille y Vilaine en el siglo I a.C. y se construyó la primera muralla en el siglo III. El nombre original, Condate, era de origen celta y significa "confluencia". Durante la ocupación romana, la ciudad adquirió importancia como encrucijada de caminos y centro administrativo.

Hoy en día es una ciudad pequeñita de algo más de 200.000 habitantes. De ellos casi un tercio son estudiantes universitarios, algo que puede palparse claramente en el ambiente de la ciudad incluso en el mes de agosto. La Universidad de Rennes, fundada en 1461, es una de las más antiguas de Francia y aporta una energía juvenil y cosmopolita que contrasta maravillosamente con los edificios históricos.

Por otra parte, Rennes cuenta con el mayor número de construcciones con entramado de madera de toda Bretaña. Es un tipo de construcción que íbamos a ver en repetidas ocasiones a lo largo del viaje, pero no deja de llamar la atención. No solo por las llamativas vigas de madera, sino por las pronunciadas inclinaciones de las fachadas que dan a las casas unas formas tremendamente características.

El mejor consejo que puedo ofrecer para ver Rennes es callejearla sin prisa y sin mirar demasiado el mapa. En casi cualquier rincón hay auténticas joyas de la arquitectura de la zona. También es cierto que en nuestra visita buena parte de la ciudad estaba plagada de obras para la nueva línea del metro, lo cual le robaba parte de su encanto.

Este fue, más o menos, nuestro recorrido por la ciudad de Rennes
Este fue, más o menos, nuestro recorrido por la ciudad de Rennes

Place Sainte Anne #

Comenzamos nuestro recorrido en esta preciosa plaza medieval del centro histórico de la ciudad. Es una plaza llena de restaurantes y terrazas (y de las obras del metro) donde pueden apreciarse numerosos ejemplos de las famosas casas con entramado de madera. El nombre de la plaza proviene de la iglesia de Sainte-Anne que la preside, un magnífico ejemplo de arquitectura neogótica del siglo XIX.

La plaza siempre ha sido un punto de encuentro para los habitantes de Rennes y, aunque las obras del metro alteran temporalmente su fisonomía, conserva ese ambiente acogedor tan característico. Los cafés que la rodean son perfectos para tomar un café mientras se observa el ir y venir de los locales y turistas.

La preciosa Place Sainte Anne
La preciosa Place Sainte Anne

Place y Rue Saint Michel #

Tras dejar Place Sainte Anne, nos adentramos en la emblemática Rue Saint Michel, conocida cariñosamente por los locales como "la calle de la sed". Es una calle llena de locales y bares, con muchas terrazas y buen ambiente en general. La energía juvenil es palpable aquí, donde los estudiantes universitarios se mezclan con turistas y residentes creando una atmósfera única incluso a plena luz del día.

Al levantar un poco la vista casi cualquier casa es un ejemplo perfecto de entramado de madera, algunas en bastante mal estado pero con mucho encanto. Estos edificios, que datan principalmente de los siglos XV y XVI, están inclinados como si quisieran conversar entre ellos a través de la estrecha calle. Sus vigas oscuras contrastan con los coloridos tonos pastel de sus fachadas, creando un paisaje urbano de postal que ha sobrevivido a guerras y modernizaciones.

Al final de la calle se abre la Place Saint Michel, dominada por la iglesia del mismo nombre. Esta plaza funciona como un nodo de actividad social, especialmente durante los días de mercado. Los aromas de las cafeterías locales, mezclados con el murmullo constante de conversaciones, crean una experiencia sensorial completa que resume la esencia más auténtica de Rennes.

Place y Rue Saint Michel Place y Rue Saint Michel
Place y Rue Saint Michel

Place Les Lices #

Continuando nuestro recorrido llegamos a la Place Les Lices, cuyo nombre evoca su pasado como antiguo campo medieval donde se desarrollaban fiestas, justas y torneos caballerescos. Este amplio espacio rectangular ha sido testigo de la historia de Rennes desde la Edad Media, cuando los caballeros bretones demostraban su destreza ante la mirada de la nobleza.

Actualmente, la plaza acoge el segundo mercado más grande de Francia, que se instala todos los sábados por la mañana. Es un espectáculo imperdible para los amantes de la gastronomía, donde productores locales ofrecen desde mariscos recién extraídos del Atlántico hasta quesos artesanales, sidras, verduras de temporada y las deliciosas galettes bretonas. Incluso fuera del día de mercado, la plaza mantiene ese aroma a tradición y autenticidad.

Toda la plaza se encuentra rodeada por grandes palacetes construidos en el siglo XVII, alternando construcciones de piedra robusta con las más tradicionales de entramados de madera. Estos edificios señoriales fueron levantados para los señores del Parlamento de Bretaña, y aún hoy reflejan el poder y la riqueza que ostentaban. Me resultó fascinante imaginar las conversaciones y decisiones que habrían tenido lugar tras esas ventanas, mientras fuera, en la plaza, bullía la vida cotidiana de Rennes a lo largo de los siglos.

Place Les Lices
Place Les Lices

Cathédrale Saint-Pierre de Rennes #

La imponente Catedral de Saint-Pierre constituye uno de los puntos culminantes de cualquier visita a Rennes. Se empezó a construir en el siglo XII, aunque en el siglo VI ya había una antigua iglesia en este mismo lugar, lo que demuestra la antigüedad del culto cristiano en esta zona. Su historia es un reflejo de la resilencia de la ciudad: en el año 1490 la torre y parte de la fachada se derrumbaron, por lo que tuvieron que ser reconstruidos, y las obras se prolongaron durante más de 160 años. Esta reconstrucción explica la curiosa mezcla de estilos arquitectónicos que presenta.

En el siglo XIX tuvo que someterse a una nueva reconstrucción general, tras sufrir daños significativos. Al entrar, la primera impresión es sobrecogedora: la nave central es verdaderamente impresionante, con una altura que invita a elevar la mirada hacia las bóvedas decoradas con frescos dorados. El altar mayor, ricamente ornamentado, está flanqueado por columnas de mármol que contrastan con la sobriedad gótica del resto del edificio.

Lo que más me impresionó fueron los magníficos vitrales que iluminan el interior con una luz multicolor cuando el sol los atraviesa. Algunos datan del siglo XVI, mientras que otros son recreaciones modernas que sustituyeron a los destruidos durante los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial. Especialmente notable es el órgano, considerado uno de los mejores instrumentos históricos de Francia, cuya música resuena majestuosamente durante las celebraciones litúrgicas. Es recomendable visitarla preferentemente por la mañana, cuando la luz realza mejor los detalles arquitectónicos.

Cathédrale Saint-Pierre de Rennes Cathédrale Saint-Pierre de Rennes
Cathédrale Saint-Pierre de Rennes

Portes Mordelaises #

Las Puertas Mordelaises se encuentran muy cerca de la catedral y constituyen el vestigio más impresionante de la antigua muralla medieval que rodeaba Rennes. Construidas en el siglo XV para reemplazar una estructura anterior, estas puertas fortificadas servían como la entrada principal a la ciudad desde el oeste, en dirección a la legendaria Mont Saint-Michel —de ahí su nombre "Mordelaises", derivado de "Mont-Délice".

Al contemplarlas, no pude evitar imaginar las procesiones de los Duques de Bretaña atravesando este portal para dirigirse a la catedral donde serían coronados. Según la tradición local, antes de entrar en la ciudad, debían jurar respetar los privilegios de Rennes. Las dos imponentes torres cilíndricas que flanquean la entrada principal han resistido el paso del tiempo y nos permiten apreciar de primera mano el ingenio defensivo de la época.

Un reciente trabajo de restauración ha permitido acceder a partes previamente cerradas de esta estructura, incluyendo los pasadizos superiores desde donde los guardias vigilaban la llegada de visitantes y posibles amenazas. Al caminar por estos espacios, sentí una conexión casi tangible con los siglos pasados, cuando estas murallas eran la diferencia entre la seguridad y el peligro para los habitantes de Rennes. El foso que rodeaba originalmente la muralla ha sido parcialmente recuperado, completando esta fascinante ventana al pasado medieval de la ciudad.

Portes Mordelaises
Portes Mordelaises

Place du Champ-Jacquet #

La Place du Champ-Jacquet representa uno de los rincones más fotogénicos y emblemáticos del centro histórico de Rennes. Esta plaza triangular, de dimensiones íntimas, constituye un verdadero museo al aire libre de la arquitectura tradicional bretona. En ella conviven los edificios tradicionales con otros más modernos, testimonio silencioso del devastador incendio de 1720 que destruyó gran parte de los edificios con estructura de madera del centro histórico.

En el centro de la plaza se erige la estatua de Jean Leperdit, un humilde sastre que llegó a ser alcalde de Rennes durante la Revolución Francesa y es recordado por haber salvado a muchos de sus conciudadanos de la guillotina. Este monumento, realizado en bronce por el escultor Emmanuel Dolivet en 1892, se ha convertido en un punto de encuentro habitual para los habitantes de Rennes.

Lo que hace especial a esta plaza es la armonía visual de sus edificios con entramado de madera, especialmente los situados en la esquina norte, que parecen competir por ver cuál se inclina más sobre la plaza. Las fachadas policromadas, con sus vigas oscuras formando intrincados diseños geométricos sobre fondos de colores vivos, crean un conjunto de gran belleza que parece extraído de un cuento. Los bajos están ocupados por cafeterías y pequeñas tiendas que aportan vida y animación a este espacio que resume a la perfección el alma medieval de Rennes.

Place du Champ-Jacquet Place du Champ-Jacquet
Place du Champ-Jacquet

Palais du Parlement de Bretagne #

El Palacio del Parlamento de Bretaña se alza majestuoso como el edificio civil más imponente de Rennes y uno de los más significativos de toda Bretaña. Es uno de los escasos parlamentos provinciales de la Francia del Antiguo Régimen que han sobrevivido hasta nuestros días, y su presencia dominante en el corazón de la ciudad habla del histórico deseo bretón de mantener cierta independencia legislativa frente al poder central francés.

Construido entre 1618 y 1655 según los planos del arquitecto Salomon de Brosse, cuenta con un diseño que recuerda mucho a los grandes palacios parisinos del siglo XVII. De hecho, el mismo arquitecto diseñó también el palacio de Luxemburgo de París, con el que guarda un notable parecido. La fachada principal, de estilo clásico francés, presenta tres cuerpos diferenciados con pilastras, columnas y un frontón triangular central. Los detalles escultóricos, especialmente los que adornan el tímpano, representan la justicia real y son de una calidad extraordinaria.

El interior, que ha sobrevivido milagrosamente a un incendio en 1994, es aún más impresionante. Aunque en nuestra visita solo pudimos apreciar el exterior debido a las restricciones de acceso, las salas interiores son famosas por sus techos artesonados, sus paneles de madera tallada y, especialmente, por la Grand'Chambre, decorada con un techo dorado y pinturas que representan escenas de la justicia. Además, del 8 de julio al 21 de agosto de 2016 todas las noches se celebraba en este Palacio un espectáculo de luces y sonido llamado "Lumières", por lo que nos anotamos regresar a este punto después de la cena para disfrutar de esta reinterpretación contemporánea de tan histórico edificio.

Palais du Parlement de Bretagne
Palais du Parlement de Bretagne

Place de la Mairie #

La Place de la Mairie constituye el auténtico centro neurálgico de la vida cívica de Rennes. En esta elegante plaza rectangular nos encontramos dos edificios emblemáticos que representan perfectamente la grandeza arquitectónica del siglo XVIII: el edificio de la Ópera y el Ayuntamiento de Rennes. La disposición de estos dos monumentales edificios, uno frente al otro, crea un espacio urbano de gran armonía y belleza clásica.

El nuevo ayuntamiento, que se define orgullosamente como "un edificio civil construido para ser inmortal", comenzó a construirse en 1734 según los planos del arquitecto Jacques Gabriel. Su fachada semicircular, flanqueada por dos alas rectilíneas, está coronada por una elegante cúpula que domina el skyline de la ciudad. Los detalles neoclásicos, como las columnas corintias y los frontones decorados, reflejan el gusto de la época por la recuperación de los cánones estéticos de la Antigüedad. Por las noches, una iluminación bien estudiada realza la belleza de estas líneas arquitectónicas.

Tanto aquí como en la cercana Place de la République, donde se erige el majestuoso Palacio de Comercio, nos encontramos con una arquitectura mucho más señorial, con grandes espacios abiertos y fachadas de piedra muy alejadas de la intimidad y el encanto medieval de la arquitectura de entramados de madera del centro histórico. Estos espacios urbanos representan la transición de Rennes hacia una ciudad moderna tras el devastador incendio de 1720, cuando las autoridades decidieron reconstruir esta zona con amplias avenidas y plazas que facilitaran la circulación del aire y evitaran futuros desastres. La plaza suele estar animada, con cafeterías donde los locales disfrutan del ambiente mientras contemplan el ir y venir de la gente.

Place de la Mairie
Place de la Mairie

Les champs libres #

Dejando atrás el casco histórico, nos dirigimos hacia una de las zonas más modernas de Rennes para visitar Les Champs Libres, el ambicioso centro cultural inaugurado en 2006 que simboliza la apuesta de la ciudad por la cultura contemporánea y el conocimiento. Se trata de un complejo que reúne bajo un mismo techo el Museo de Bretaña, la Biblioteca Metropolitana y el fascinante "Espacio de las Ciencias" con su planetario.

El edificio, diseñado por el reconocido arquitecto Christian de Portzamparc, es una imponente estructura de hormigón, vidrio y metal que contrasta radicalmente con la arquitectura tradicional del centro histórico. Es un espacio enorme, extremadamente árido sin casi ninguna concesión a jardines, árboles o algún tipo de vida vegetal. Entiendo que será para favorecer que florezca la cultura en este austero entorno mineral, pero personalmente no nos pareció un entorno nada agradable para el visitante. La plaza exterior, donde confluyen varias líneas de transporte público, carece de la calidez y el encanto que habíamos experimentado en el resto de la ciudad.

A pesar de esta primera impresión, el edificio del "Espacio de las Ciencias" sí merece la pena una visita por su innovador uso de los espacios interiores y la forma que juega con el cristal y los colores. Las exposiciones interactivas sobre biodiversidad, física y astronomía son realmente didácticas e interesantes tanto para niños como para adultos. El Museo de Bretaña, por su parte, ofrece un recorrido fascinante por la historia, etnografía y arte de la región bretona, desde la prehistoria hasta nuestros días, con piezas arqueológicas y etnográficas de gran valor. Si disponéis de tiempo, recomendaría dedicar al menos un par de horas a este complejo cultural que, a pesar de su aspecto exterior algo frío, alberga tesoros de conocimiento en su interior.

Les champs libres Les champs libres
Les champs libres

El parque del Thabor #

Se trata de un enorme jardín francés de más de 10 hectáreas de tamaño con fuentes, estatuas, árboles exóticos, una pajarera que conserva su función original... En resumen, un lugar estupendo para sentarse un rato a disfrutar del paisaje y dejarse llevar sin rumbo por los caminos entre los árboles y jardines.

Este parque era originalmente parte de los jardines de la abadía benedictina de Saint-Melaine, y su nombre "Thabor" hace referencia al monte bíblico. Fue rediseñado en el siglo XIX por el famoso paisajista Denis Bühler, quien creó este maravilloso espacio que combina tres estilos de jardín: francés, inglés y botánico. El rosedal es particularmente impresionante, con más de 2.000 rosas de 1.800 variedades diferentes que explotan en color durante la primavera y el verano. No es de extrañar que los locales lo consideren el pulmón verde y el corazón romántico de la ciudad.

El parque del Thabor El parque del Thabor El parque del Thabor
El parque del Thabor

Espectáculo nocturno: Lumières #

Por la noche, después de cenar en un acogedor restaurante donde probamos las tradicionales crêpes bretonas acompañadas de sidra local, volvimos a la plaza del Palacio del Parlamento para disfrutar del espectáculo de luces y sonido que se celebraba a las 22:00h.

La verdad es que no me esperaba nada especialmente llamativo, y sin embargo el espectáculo fue absolutamente genial. Se proyectaban luces e imágenes sobre los edificios en tres de los lados de la plaza, contando la historia de Bretaña y de Rennes a través de impresionantes efectos visuales. La música, perfectamente sincronizada con las proyecciones, creaba una atmósfera mágica, con lo que la inmersión estaba asegurada. El juego de colores transformaba completamente la fachada del imponente Parlamento, dándole vida y movimiento.

La plaza estaba llena de espectadores, tanto turistas como locales, todos fascinados por este despliegue tecnológico y artístico. Posiblemente las fotos y el vídeo de ejemplo no le hacen justicia. Hay experiencias que simplemente hay que vivirlas en persona. Un broche perfecto para nuestro primer día en Bretaña, que nos dejó con ganas de seguir explorando esta fascinante región francesa.

Espectáculo nocturno: Lumières Espectáculo nocturno: Lumières Espectáculo nocturno: Lumières Espectáculo nocturno: Lumières
Espectáculo nocturno: Lumières
Foto de perfir de Juanjo Marcos

Juanjo Marcos

Desarrollador y diseñador web actualmente afincado en Bilbao. Desde que tengo uso de razón viajar es una de mis grandes pasiones, junto a la tecnología, la fotografía y los largos paseos sin rumbo definido.

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