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Lanzarote

Junio 2007

Lanzarote

Dos años después de nuestra exitosa experiencia en Gran Canaria, decidimos repetir la fórmula en otra de las islas Canarias. Lanzarote se presentaba como el destino perfecto: una isla compacta, manejable y con una personalidad volcánica única que prometía paisajes completamente diferentes a los ya conocidos. Junio de 2007 fue el momento elegido para esta nueva aventura atlántica.

La estrategia probada funcionó de nuevo: paquete vacacional con vuelos desde Bilbao, traslados incluidos y media pensión en el hotel Playaverde de Costa Teguise. Esta zona de la isla, menos masificada que Puerto del Carmen pero con toda la infraestructura necesaria, se convirtió en nuestro refugio perfecto para combinar exploración y descanso.

El equilibrio perfecto entre aventura y relax #

La filosofía de viaje que tanto nos había gustado en Gran Canaria volvió a demostrar su eficacia en Lanzarote. Las mañanas dedicadas a descubrir los rincones más emblemáticos de la isla, seguidas de tardes de piscina y playa, creaban el equilibrio perfecto entre enriquecimiento cultural y descanso vacacional.

Con el coche de alquiler como compañero inseparable durante toda la semana, podíamos planificar excursiones a nuestro ritmo, sin depender de horarios de excursiones organizadas. Lanzarote, con sus dimensiones contenidas, se prestaba perfectamente a este tipo de exploración autónoma.

La rutina se estableció de forma natural: desayuno buffet en el hotel, jornada de turismo hasta primera hora de la tarde, regreso para disfrutar de las instalaciones hoteleras y las playas de Costa Teguise, cena temprana y paseos nocturnos por la zona. Un ritmo que permitía absorber la esencia de la isla sin agotarse.

Timanfaya: el espectáculo volcánico más impresionante #

Ninguna visita a Lanzarote está completa sin experimentar el Parque Nacional de Timanfaya, y nuestra primera gran excursión nos llevó precisamente allí. Este paisaje lunar, resultado de las erupciones volcánicas del siglo XVIII, ofrece una experiencia visual única en territorio español.

La famosa ruta en guagua por los Montañas del Fuego nos permitió adentrarnos en un territorio que parece sacado de otro planeta. Los colores ocres, rojizos y negros de la tierra volcánica crean composiciones naturales de una belleza austera y poderosa. Las demostraciones geotérmicas del restaurante El Diablo, donde cocinan aprovechando el calor natural del volcán, añaden un toque de espectáculo científico a la visita.

El contraste entre estos paisajes áridos y el azul intenso del océano que los rodea crea postales inolvidables. Es uno de esos lugares que justifica por sí solo el viaje a Lanzarote.

Timanfaya Timanfaya Timanfaya Timanfaya
Timanfaya

Jameos del Agua: la visión artística de César Manrique #

La huella de César Manrique está presente en toda Lanzarote, pero quizás en ningún lugar sea más evidente que en los Jameos del Agua. Esta cueva volcánica transformada en espacio cultural representa perfectamente la filosofía del artista: integrar el arte con la naturaleza sin agredir el paisaje.

El lago subterráneo habitado por cangrejos ciegos albinos crea una atmósfera mágica que se intensifica con la iluminación artística del espacio. La piscina natural y el auditorio excavado en la roca demuestran cómo es posible crear belleza respetando el entorno natural.

La visita a los Jameos nos ayudó a entender mejor la personalidad única de Lanzarote, una isla que ha sabido convertir sus peculiaridades geológicas en atractivos turísticos sin perder su autenticidad.

Jameos del Agua Jameos del Agua
Jameos del Agua

Cueva de los Verdes: un viaje al interior de la tierra #

Muy cerca de los Jameos del Agua, la Cueva de los Verdes nos ofreció otra perspectiva del mundo subterráneo lanzaroteño. Este tubo volcánico, formado hace miles de años por corrientes de lava, ha sido acondicionado para realizar un recorrido que combina geología, historia y un toque de espectáculo.

Las galerías subterráneas, con sus formaciones rocosas caprichosas y su acústica especial, crean una experiencia sensorial única. El guía local añade anécdotas históricas sobre cómo los habitantes de la isla utilizaron estas cuevas como refugio durante los ataques piratas, dando una dimensión humana a este fenómeno geológico.

La famosa "sorpresa final" del recorrido sigue siendo uno de esos momentos que demuestran cómo la naturaleza puede crear ilusiones ópticas más efectivas que cualquier truco tecnológico.

Cueva de los Verdes Cueva de los Verdes
Cueva de los Verdes

El Mirador del Río: César Manrique en estado puro #

El Mirador del Río representa otra de las obras maestras de César Manrique, donde la arquitectura se funde con el paisaje de manera casi imperceptible. Construido en el acantilado norte de la isla, ofrece vistas espectaculares hacia el archipiélago Chinijo y la isla de La Graciosa.

La estructura, prácticamente invisible desde el exterior, se integra en el acantilado como si hubiera estado allí desde siempre. El interior, con sus grandes ventanales que enmarcan el paisaje como si fueran cuadros naturales, demuestra la maestría del artista para crear espacios que realzan la belleza del entorno.

Las vistas desde este mirador abarcan un paisaje marino de islas, islotes y salinas que cambia de color según la luz del día. Es uno de esos lugares donde el tiempo se detiene y la contemplación se convierte en la actividad principal.

Timanfaya Timanfaya Timanfaya Timanfaya
Timanfaya

Salinas de Janubio: geometría natural y tradición #

Las Salinas de Janubio nos ofrecieron un espectáculo completamente diferente: la geometría perfecta de las piscinas salineras creando un mosaico de blancos y azules que se extiende hasta el horizonte. Esta actividad tradicional, que continúa en funcionamiento, añade una dimensión cultural y económica a la belleza paisajística.

El contraste entre las montañas volcánicas negras del fondo y los reflejos plateados de las salinas crea composiciones fotográficas naturales especialmente hermosas al atardecer. Es uno de esos lugares que demuestran cómo las actividades humanas tradicionales pueden integrarse armoniosamente con el paisaje.

La visita a las salinas nos permitió entender mejor la relación histórica entre los lanzaroteños y su entorno, una relación basada en el aprovechamiento inteligente de los recursos naturales disponibles.

Salinas de Janubio Salinas de Janubio
Salinas de Janubio

Los Hervideros: la furia del Atlántico contra la lava #

Antes de llegar al famoso Charco de los Clicos, Los Hervideros nos ofrecieron uno de los espectáculos naturales más impresionantes de la costa oeste de Lanzarote. Estos acantilados volcánicos, erosionados por milenios de oleaje atlántico, han creado un laberinto de cuevas, túneles y chimeneas naturales donde el mar penetra con fuerza salvaje.

El nombre de "hervideros" describe perfectamente el fenómeno: cuando las olas chocan contra estos acantilados negros de lava solidificada, el agua se agita y burbujea como si estuviera hirviendo. El sonido es ensordecedor, y los chorros de agua salada pueden alcanzar varios metros de altura, creando un espectáculo que combina la belleza visual con la potencia sonora del océano.

Los senderos acondicionados permiten acercarse con seguridad a varios miradores desde donde contemplar este enfrentamiento eterno entre el fuego petrificado y el agua del Atlántico. Es uno de esos lugares donde la naturaleza demuestra su fuerza creativa y destructiva a la vez.

Los Hervideros Los Hervideros
Los Hervideros

El Charco de los Clicos: naturaleza y color #

Muy cerca de Los Hervideros, en el pueblo de El Golfo, el Charco de los Clicos nos ofreció un contraste completamente diferente: la serenidad de una laguna de color verde esmeralda, separada del océano por una playa de arena negra volcánica.

El origen de este color verde intenso se debe a la presencia de organismos microscópicos que viven en sus aguas saladas. El contraste con el negro de la arena volcánica y el azul del océano crea una paleta natural que parece artificial de tan perfecta.

Los atardeceres desde este punto son especialmente memorables, cuando la luz dorada intensifica todos los colores naturales del paisaje. La proximidad entre Los Hervideros y el Charco de los Clicos permite experimentar en pocos kilómetros dos manifestaciones completamente opuestas del mismo fenómeno volcánico: la violencia y la serenidad del encuentro entre tierra y mar.

El Charco de los Clicos
El Charco de los Clicos

Costa Teguise: base de operaciones perfecta #

El hotel Playaverde en Costa Teguise demostró ser una elección acertada para establecer nuestro campamento base. Esta zona de la isla combina la tranquilidad de un resort planificado con acceso directo a playas de calidad y una ubicación central que facilita las excursiones.

Las playas de Costa Teguise, especialmente Playa de las Cucharas, ofrecen condiciones ideales para el windsurf y otros deportes acuáticos, aunque nosotros las utilizamos principalmente para el descanso vespertino después de las jornadas de turismo.

El ambiente de la zona es relajado y cosmopolita, perfecto para los paseos nocturnos después de las cenas. La presencia de residentes europeos durante todo el año ha creado una infraestructura gastronómica variada que va más allá de la típica oferta turística estacional.

Hotel Playaverde en Costa Teguise Hotel Playaverde en Costa Teguise Hotel Playaverde en Costa Teguise Hotel Playaverde en Costa Teguise
Hotel Playaverde en Costa Teguise

Arrecife: autenticidad urbana canaria #

La capital de Lanzarote, Arrecife, nos ofreció una perspectiva diferente de la isla, más urbana y auténtica. Aunque no es una ciudad especialmente bella, tiene el encanto de las poblaciones que mantienen su función administrativa y comercial más allá del turismo.

El Castillo de San Gabriel y el Charco de San Ginés añaden puntos de interés histórico y paisajístico al paseo urbano. Es interesante contrastar el ritmo de vida local con el ambiente más relajado de las zonas turísticas.

Arrecife funciona bien como complemento cultural a las excursiones más centradas en los fenómenos naturales y las creaciones de César Manrique.

Arrecife Arrecife Arrecife Arrecife
Arrecife

Reflexiones sobre la isla de los volcanes #

Lanzarote demostró tener una personalidad completamente diferente a Gran Canaria, a pesar de compartir el origen volcánico. La menor vegetación, consecuencia de las erupciones más recientes, crea paisajes más áridos pero también más dramáticos.

La influencia de César Manrique es omnipresente y ha marcado definitivamente el desarrollo turístico de la isla. Su filosofía de integración entre arte, arquitectura y naturaleza ha creado un modelo de turismo cultural que respeta el entorno.

La compacidad de la isla permite visitarla completamente en una semana, pero también invita a volver para profundizar en lugares que merecen más tiempo. Es un destino que combina perfectamente espectáculo natural, propuesta cultural y infraestructura turística de calidad.

Nuestro tercer experimento con la fórmula "paquete vacacional + coche de alquiler" volvió a resultar exitoso, confirmando que esta estrategia permite aprovechar al máximo destinos insulares como las Canarias. Lanzarote quedó marcada en nuestro mapa personal como una isla que definitivamente merece una segunda visita.

Foto de perfir de Juanjo Marcos

Juanjo Marcos

Desarrollador y diseñador web actualmente afincado en Bilbao. Desde que tengo uso de razón viajar es una de mis grandes pasiones, junto a la tecnología, la fotografía y los largos paseos sin rumbo definido.

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