Día 1. De Barcelona a París

La aventura parisina comenzó como parte de un ambicioso recorrido por Europa, una experiencia que compartiríamos con familiares ansiosos por descubrir las maravillas del viejo continente. París, siempre seductora, se presentaba como el primer destino de este viaje lleno de promesas.

El vuelo: De Barcelona a Charles de Gaulle #

Despegamos de la Terminal 1 de Barcelona pasadas las seis y media de la tarde. El vuelo transcurrió tranquilo, y debido a un pequeño retraso de un cuarto de hora, aterrizamos en la Terminal 3 del aeropuerto Charles de Gaulle cuando el reloj marcaba casi las nueve de la noche. El cansancio empezaba a notarse, pero la emoción por estar en París mantenía nuestro ánimo en alto.

La magia del transporte público parisino #

Nada más salir del avión, nos dirigimos a la estación de tren del aeropuerto. Años de experiencia viajando por París me han enseñado que la clave para disfrutar plenamente de la ciudad está en dominar su sistema de transporte público. La Tarjeta Navigo semanal es, sin duda, el secreto mejor guardado para los visitantes que planean quedarse varios días a lo largo de una misma semana física.

Todo sobre el pase Navigo: La llave de París #

El sistema de transporte parisino puede parecer complejo al principio, pero con la Tarjeta Navigo se convierte en tu mejor aliado. La tarjeta física es reutilizable, por lo que quienes ya hemos visitado la ciudad anteriormente la conservamos de otros viajes. Para nuestros primos, que visitaban París por primera vez, el proceso fue sencillo: adquirieron la tarjeta física en la misma estación del aeropuerto.

El pase semanal, que cuesta 30.75€ por persona, es una auténtica inversión en comodidad y ahorro. Hagamos números: el trayecto desde el aeropuerto ya supera los 10€, un viaje de ida y vuelta a Disneyland París ronda los 20€, y si añadimos los desplazamientos diarios por la ciudad, el ahorro es considerable. Pero no solo es una cuestión económica; la libertad de movimiento que te da es impagable. Olvídate de hacer cola para comprar billetes o de preocuparte por las zonas tarifarias. Con el pase Navigo, toda la red de metro, RER y autobuses de París está a tu disposición.

Estratégica elección de alojamiento #

Tras una breve parada en la estación Norte para cenar algo rápido, pusimos rumbo a Villiers-sur-Marne, donde nos esperaba nuestro apartamento. La elección de este barrio no fue casual. Su ubicación estratégica, a medio camino entre el centro de París y Disneyland, lo convierte en una base perfecta para explorar tanto la magia urbana como la fantasía Disney. Las excelentes conexiones por RER (el tren de cercanías parisino) hacen que en menos de 20 minutos puedas estar tanto en el corazón de París como en las puertas del parque temático.

El descanso del viajero #

El trayecto hasta el apartamento transcurrió sin contratiempos, y pronto nos encontramos instalándonos en lo que sería nuestro hogar durante cuatro noches. A pesar del cansancio acumulado, nos tomamos un momento para organizar el equipaje y familiarizarnos con nuestro nuevo entorno. El barrio, tranquilo y residencial, prometía las noches de descanso que necesitaríamos después de nuestras futuras jornadas de exploración.

Mientras nos preparábamos para dormir, repasábamos mentalmente los planes para los próximos días. El cansancio del viaje se mezclaba con la emoción de estar en París, esa ciudad que, sin importar cuántas veces la visites, siempre tiene algo nuevo que ofrecer. Con la satisfacción de haber superado con éxito el primer día de viaje, nos dispusimos a descansar, sabiendo que las verdaderas aventuras apenas estaban comenzando.

La primera noche en una ciudad siempre tiene ese toque especial de anticipación, y esta no fue la excepción. El sonido lejano de los trenes y el murmullo de la vida nocturna parisina nos arrullaron hasta quedarnos dormidos, soñando con los días mágicos que nos esperaban en la Ciudad de la Luz.