Comenzaba nuestro viaje a Salou con la vista puesta en PortAventura. Mi compañero de viaje llevaba semanas hablando del parque, mostrando una ilusión que contrastaba con mi actitud más tranquila. Pero así son las vacaciones compartidas, ¿no? Un punto intermedio donde cada uno encuentra su espacio para disfrutar.
Nos levantamos temprano para tomar nuestro vuelo de Norwegian en Bilbao. En realidad, era un viaje bastante rutinario, aunque siempre hay algo especial en dejar atrás la rutina diaria. La idea era sencilla: desconectar unos días y disfrutar sin complicaciones.
Rumbo a Barcelona #
Llegamos al aeropuerto de Bilbao con el tiempo suficiente para los trámites habituales. El vuelo de Norwegian, programado para las 11:15, despegó sin retrasos y tras una hora y quince minutos, a las 12:30, aterrizamos en El Prat. Un trayecto tranquilo que aprovechamos para ultimar los detalles de nuestra estancia.
Sin perder tiempo, nos dirigimos hacia la estación de tren del aeropuerto para conectar con Barcelona Sants. La capital catalana siempre me ha parecido un buen punto de conexión para llegar a cualquier lugar de la costa mediterránea.
De Barcelona a Salou #
Ya en Sants, tomamos el tren regional hacia Salou. El trayecto fue agradable, con ese paisaje mediterráneo que va cambiando gradualmente: de la urbe barcelonesa a los campos abiertos y finalmente los destellos del mar que anuncian la llegada a la costa.
Durante el viaje, mi compañero repasaba entusiasmado en su móvil las atracciones de PortAventura mientras yo me dejaba llevar por la tranquilidad del momento. Cada uno vive las vacaciones a su manera, y la combinación de ambas energías suele funcionar bien.
El Hostal Montsant: una agradable sorpresa #
Al llegar a la estación de Salou, nos encaminamos hacia el Hostal Montsant con la ayuda del mapa en el móvil. La recepcionista nos atendió amablemente y tras recibir las llaves, subimos a descubrir nuestra habitación.
El espacio resultó ser una grata sorpresa: acogedora, con una bonita terraza y hasta nevera incluida que venía perfecta para guardar los productos que compraríamos en el supermercado para los días siguientes. Aunque no disponía de aire acondicionado, la habitación estaba bien ventilada y resultaba confortable. Desde el primer momento, nos sentimos como en casa.
Primeros pasos por Salou #
Tras deshacer las mochilas y descansar un poco, decidimos salir a explorar los alrededores. El Hostal Montsant se encontraba bien ubicado, a pocos minutos a pie tanto del centro como de la playa. Nuestra primera misión fue práctica: encontrar un supermercado para abastecernos.
El Mercadona local nos permitió comprar todo lo necesario para nuestra estancia: agua, frutas y algunos productos básicos para las comidas en la habitación durante los próximos días.
Paseo nocturno por Salou #
Ya entrada la noche, decidimos dar un agradable paseo por Salou. Las calles principales mostraban ese bullicio típico de septiembre con una mezcla de familias, parejas y grupos disfrutando de la noche.
El ambiente era tan acogedor que nos animó a explorar el paseo marítimo. Con las palmeras recortándose contra el cielo ya oscuro y la iluminación nocturna, Salou mostraba su cara más atractiva. El paseo resultó ser el complemento perfecto para terminar nuestro día de viaje.
El final de nuestro primer día #
De vuelta en el hostal, decidimos cenar en la terraza de nuestra habitación. La cena fue sencilla pero satisfactoria: una ensalada fresca acompañada de un refresco, el complemento perfecto para un día de viaje. Mientras cenábamos, disfrutamos de la agradable brisa nocturna y las vistas desde la terraza.
La conversación giró en torno a los planes para el día siguiente y ese peculiar estado de ánimo que solo el primer día de vacaciones puede proporcionar. Las preocupaciones cotidianas quedaban ya lejos, sustituidas por la anticipación de los días en PortAventura que nos aguardaban.
Me fui a dormir con una sonrisa en los labios, arrullado por el lejano rumor del mar. Mañana sería un día intenso en PortAventura, pero esa es otra historia que merece su propio capítulo.
Juanjo Marcos
Desarrollador y diseñador web actualmente afincado en Bilbao. Desde que tengo uso de razón viajar es una de mis grandes pasiones, junto a la tecnología, la fotografía y los largos paseos sin rumbo definido.
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