Amanecimos rebosantes de energía, ansiosos por comenzar nuestra segunda jornada de diversión en Salou. Una de las grandes ventajas de nuestro hostal era su privilegiada ubicación, a escasos minutos a pie de los parques temáticos, lo que nos permitió llegar a la entrada de Ferrari Land prácticamente en un abrir y cerrar de ojos, evitando el tráfico y ahorrando en transporte.
Ferrari Land: emociones a toda velocidad que quitan el aliento #
Aunque Ferrari Land no destaca por su gran extensión, lo que le falta en tamaño lo compensa con creces en intensidad y adrenalina. Este parque temático, dedicado por completo a la mítica escudería italiana, ofrece experiencias que dejarán huella en cualquier amante de las emociones fuertes.
La estrella indiscutible del parque es Red Force, considerada una de las montañas rusas más extremas de Europa. La subida es ya toda una experiencia en sí misma, con el corazón latiendo desbocado mientras te elevas a velocidad vertiginosa hacia el cielo. Sin embargo, es la bajada la que realmente te corta la respiración: esa sensación de caída libre a más de 180 km/h crea una mezcla de vértigo y emoción simplemente indescriptible que se queda grabada en la memoria.
Para quienes prefieran experiencias menos extremas pero igualmente fascinantes, Flying Dreams ofrece un simulador de última generación que te transporta a un mundo de ensueño. Durante unos minutos mágicos, la tecnología consigue hacerte sentir como si realmente estuvieras surcando los cielos en un universo donde Ferrari es protagonista. La inmersión es tan perfectamente lograda que cuesta recordar que estás sentado en un simulador y no volando realmente.
Completando el trío de experiencias imprescindibles, Racing Legends te pone en la piel de un auténtico piloto de Fórmula 1. Este simulador recrea con asombrosa fidelidad la sensación de estar en la parrilla de salida de un Gran Premio, con la adrenalina fluyendo por tus venas mientras te preparas para tomar cada curva al límite. Las sensaciones son tan realistas que durante unos minutos te conviertes en ese piloto que siempre soñaste ser.




De Ferrari Land a PortAventura: el contraste perfecto #
Después de exprimir al máximo las experiencias que ofrece Ferrari Land, hicimos un breve descanso para reponer fuerzas. Los bocadillos que habíamos preparado con previsión en el hostal resultaron ser una decisión más que acertada, especialmente considerando los elevados precios de la restauración dentro del recinto. Este pequeño detalle nos permitió no solo ahorrar un dinero considerable, sino también optimizar nuestro tiempo para disfrutar de más atracciones.
Con las energías renovadas, nos dirigimos hacia PortAventura, un parque que, en comparación con Ferrari Land, se presenta como un auténtico coloso. La diferencia de tamaño es abrumadora, y aunque disponíamos de tiempo limitado, nos propusimos disfrutar de algunas de sus atracciones más emblemáticas y mejor valoradas por los visitantes habituales.
PortAventura: un universo de diversión para todos los gustos #
La primera parada en nuestra ruta por PortAventura fue Shambhala, una montaña rusa que representa una auténtica obra maestra de ingeniería y diseño. Me habían comentado que las vistas desde su punto más alto son realmente espectaculares, ofreciendo una panorámica impresionante del parque y sus alrededores. Sin embargo, debo confesar que en cuanto comenzó el descenso, el instinto me llevó a cerrar los ojos con fuerza, perdiéndome ese espectáculo visual pero intensificando la experiencia física. La combinación de velocidad, altura y esa sensación de ingravidez crea un cóctel de sensaciones difícil de igualar.
A pesar del paso de los años y la llegada de atracciones más modernas, Dragon Khan sigue manteniendo intacto su estatus de clásico imprescindible dentro del parque. Sus ocho inversiones representan un auténtico desafío para el cuerpo y la mente, poniendo a prueba tu resistencia mientras te lanza, gira y voltea sin descanso. Es cierto que al bajar experimenté cierto mareo, pero la sonrisa de satisfacción que se dibujó en mi rostro era testimonio suficiente del disfrute que había supuesto.
Completando nuestro recorrido por las atracciones más adrenalínicas, Furius Baco nos ofreció una de las aceleraciones más brutales que he experimentado jamás. En cuestión de segundos, pasas de estar completamente quieto a sentir cómo tu cuerpo es lanzado a una velocidad extrema, creando una sensación similar a la que deben experimentar los pilotos de aviones de combate en el despegue. Es una experiencia tan intensa que pone verdaderamente a prueba tus nervios y tu capacidad para gestionar emociones fuertes.




Balance de un día perfecto y preparativos para nuevas aventuras #
El día concluyó con esa mezcla tan característica de cansancio físico y euforia mental que solo las grandes experiencias son capaces de generar. De vuelta en nuestro acogedor hostal, decidimos aprovechar la tranquilidad de la terraza para cenar mientras compartíamos impresiones sobre los momentos más emocionantes de la jornada.
Entre risas y anécdotas, revivimos cada atracción, cada sensación y cada sorpresa que nos habían regalado Ferrari Land y PortAventura. La conversación fluía animadamente mientras nuestras mentes ya comenzaban a planificar con entusiasmo la siguiente jornada de aventuras que nos esperaba. A pesar del cansancio acumulado, la emoción por lo que vendría al día siguiente mantenía vivo nuestro espíritu aventurero.

Juanjo Marcos
Desarrollador y diseñador web actualmente afincado en Bilbao. Desde que tengo uso de razón viajar es una de mis grandes pasiones, junto a la tecnología, la fotografía y los largos paseos sin rumbo definido.
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