Día 2: Este y oeste de San Francisco - Desde Embarcadero a Ocean Beach
03 febrero 2019
Hoy tocaba un día de lluvias intermitentes que convirtieron el itinerario en una línea un tanto errática por todo el ancho de San Francisco. Pero contra todo pronóstico me ofrecería uno de los atardeceres más espectaculares que he tenido ocasión de disfrutar.
Inicio del Día: Distrito Financiero #
Comencé la mañana tomando el BART desde Oakland hasta el distrito financiero de San Francisco. A pesar de que Oakland se encuentra al otro lado de la bahía, el trayecto en BART es súper rápido y cuesta poco más de 10 minutos llegar de una ciudad a la otra.
Era domingo y todo en el distrito financiero estaba cerrado, pero mi primer objetivo era encontrar un cajero con la comisión por retirada lo más baja posible y aquí tenía muchísimas opciones donde elegir. Probé en tres cajeros para comparar las comisiones, que oscilaban entre 3$ y 5$, y me dispuse a afrontar la jornada ya con efectivo en el bolsillo.
Embarcadero #
El primer punto a visitar fue Embarcadero y los muelles traseros al mismo, que nos dejan unas perspectivas geniales de la parte este de la ciudad y del puente de la bahía (no el puente del Golden Gate, sino el que une San Francisco con Oakland).
El punto más llamativo de Embarcadero es sin duda el Ferry Building, un edificio de finales del siglo XIX y que cuenta con una torre central visible a gran distancia y que dicen que puede recordar ligeramente a la Giralda de Sevilla. Dentro de este edificio podemos encontrar muchos puestos de comida, bebida y venta de diferentes productos, aunque el domingo a primera hora de la mañana estaba bastante desierto. Aun así, el edificio merece una visita tanto por dentro como por fuera.
Pero por muy interesante que sea el edificio, el punto más destacable de la zona de Embarcadero son sin duda los muelles que encontramos en la parte trasera del Ferry Building. Las vistas del puente de la bahía y de la propia ciudad, con los rascacielos del distrito financiero, son espectaculares. Y eso en un día con lluvia, así que con buen tiempo deben ser irrepetibles.
Una recomendación es caminar hasta el fondo del muelle para obtener las mejores perspectivas de la ciudad mirando hacia el oeste. Dicen que la luz al amanecer en esta zona es espectacular, pero personalmente no pude comprobarlo debido a la lluvia. De todas formas, creo que también puede resultar una zona interesante para la puesta de sol detrás de los edificios de la ciudad, aunque depende de la época del año la alineación puede no ser la mejor.
El Arco de Cupido #
Muy cerca de Embarcadero nos encontramos una de las esculturas más curiosas de la ciudad (y posiblemente de todo Estados Unidos). Se trata del Arco de Cupido, una monumental escultura de 18 metros que representa parte de un arco y una flecha semienterrados en el suelo.
Por mucho que hayas visto fotos, cuesta creer lo grande que es en realidad. Y lo difícil que resulta realizar un encuadre decente en las fotos, puesto que no puedes alejarte lo suficiente debido a la carretera que discurre junto a la plaza. Evidentemente durante mi visita las condiciones climáticas y de luz no podían ser peores, pero aun así es tan distinto a cualquier otra cosa que puedas encontrarte habitualmente en una ciudad que merece la pena dedicarle unos minutos.
Torre Coit #
Desde Embarcadero fui caminando por los muelles en dirección a Fisherman's Wharf. La lluvia era relativamente suave y resultaba tolerable a pesar de estar pegado a la costa. Al llegar a la altura del Exploratorium hay que girar a la izquierda para dirigirse al siguiente punto de la ruta: la Torre Coit. Se ve sin problemas en lo alto de la colina, por lo que la referencia de la dirección a seguir está clara.
La subida hacia la torre se realiza a través de la calle Filbert, mediante multitud de escaleras un tanto desiguales y que requieren un pequeño esfuerzo físico. Pero el entorno de las casas, con sus pequeños jardines y terrazas, y sobre todo las vistas de la bahía según vamos ganando altura compensan con creces el esfuerzo a realizar.
Una vez llegamos a la cima de la colina nos encontramos con la torre Coit y, lo mejor, las vistas de la ciudad. La torre no es especialmente bonita, y su fama se debe más a lo icónico de su ubicación que a la construcción en sí misma. Teóricamente la torre trata de simular la boquilla de una manguera contra incendios, ya que fue erigida en 1933 en honor al cuerpo de bomberos.
Alrededor de la torre hay un parking, una parada de autobús y distintos puntos de observación de la ciudad, algunos un poco ocultos con los árboles y la vegetación. Desde aquí podemos ver toda la zona de Embarcadero donde hemos estado anteriormente, la isla de Alcatraz e incluso el puente del Golden Gate a lo lejos en la distancia.
Existe un mirador en la parte superior que no creo que mejore en exceso las vistas que pueden obtenerse desde la base de la Torre. En cualquier caso, aunque no tengas pensado subir a lo alto de la torre, el vestíbulo de la misma está totalmente decorado con frescos de diferentes artistas y se pueden visitar de forma gratuita sin tener que pagar el acceso al mirador.
Little Italy, Chinatown y Union Square #
A estas alturas del día la lluvia arreciaba ya con fuerza, así que decidí que no valía la pena volver a bajar hacia los muelles para visitar la zona de Fisherman's Wharf. En su lugar bajé por el lado opuesto a la subida en dirección a Washington Square para visitar la zona de Little Italy, con la esperanza de que caminando entre edificios la lluvia fuese un poco más llevadera.
Desafortunadamente no fue así. Di un paseo entre las calles de Little Italy y de allí a Chinatown, pero la lluvia era tan fuerte que resultaba complicado disfrutar del ambiente de la ciudad. Así que prácticamente pasé de largo por las dos zonas hasta llegar a los alrededores de Union Square para buscar refugio de la lluvia y de paso comer algo en alguno de los locales de la zona.
Union Square es una de las plazas más importantes de la ciudad de San Francisco. Su nombre deriva de las manifestaciones en apoyo al ejército de la Unión que tuvieron lugar durante la Guerra de Secesión. Es una zona de fuerte actividad comercial y donde se ubican muchos grandes almacenes. Si queréis tener unas buenas vistas "aéreas" de la plaza os recomiendo entrar al Macy's y asomaros a alguna de las terrazas que dan a Union Square junto a las escaleras mecánicas.
Alejándonos un poco hacia el oeste encontramos también la zona de hostales y hoteles más baratos de la ciudad. El ambiente no es el mejor, sobre todo por las noches, pero a pesar de la importante presencia de mendigos no parece un lugar especialmente peligroso.
Un par de horas más tarde la lluvia estaba comenzando a ceder. Y para poder seguir contemplando la lluvia de San Francisco sin mojarme, decidí aprovechar el pase de transporte semanal MUNI y montarme en el tren de superficie F hasta el final de la línea. Este mismo trayecto puede hacerse en metro en mucho menos tiempo, pero mi objetivo era sentir la experiencia. La línea F es un tren de superficie tremendamente antiguo que une Market & Wharves. Tiene muchísimas paradas y es muy lento. Pero te permite observar el ambiente de la ciudad desde otra perspectiva.
Castro #
Al final del recorrido llegué al barrio gay por antonomasia: Castro. Aquí es donde comenzaron muchas de las luchas por la igualdad de derechos que hoy damos por sentada. Este barrio ha vivido el destape homosexual en los años 60 y 70, ha sufrido como pocos lugares el azote del Sida en los 80 y se ha convertido por derecho propio en un lugar de referencia, y casi peregrinación, para el colectivo gay.
Y realmente es con esa perspectiva histórica con la que tienes que visitarlo y caminar por sus calles. Hoy en día, y acostumbrado a vivir en un país liberal como es España, en una ciudad gay-friendly como Bilbao y habiendo visitado el madrileño barrio de Chueca en numerosas ocasiones, es difícil que el Castro te sorprenda. De hecho creo que Chueca puede ser más sorprendente que el Castro en algunos momentos.
En cualquier caso, el teatro Castro que da nombre al barrio es impresionante. Los pasos de cebra pintados con la bandera del arco iris dan mucho juego para fotos y retratos. Y el ambiente en general merece la pena. Además, había dejado de llover e incluso estaba saliendo el sol.
Castro se me quedó un poco pequeño. Por algún motivo me lo había imaginado muchísimo más grande. Así que poco a poco me puse a caminar hacia las Painted Ladies que se encuentran a unos 20 minutos andando del barrio gay.
Las Painted Ladies #
Las Painted Ladies son un conjunto de casas victorianas pintadas de diferentes colores que se encuentran frente al parque Alamo Square. Se hicieron mundialmente famosas gracias a la serie de televisión Padres Forzosos (Full House) y además de por las propias casas, las Painted Ladies son especialmente fotogénicas porque puede observarse la ciudad al fondo. El contraste nos da una composición de edificios realmente curiosa.
También vale la pena dar un paseo por Alamo Square. El parque nos ofrece unas vistas muy chulas de diferentes partes de la ciudad, a la vez que proporciona tranquilidad y mucha calma. Tiene también una zona específica para que los perros corran en libertad sin tener que ir atados con correa, lo que siempre es de agradecer.
Aunque para el día siguiente se anunciaban más lluvias, se estaba quedando una tarde espectacular así que me decidí a olvidar todos los planes "urbanos" y coger un autobús atravesando todo San Francisco que me llevaría hasta la parte más oeste de la ciudad.
Ocean Beach #
Toda la parte oeste de San Francisco es una gran playa bañada por el océano Pacífico. Evidentemente febrero no es el mejor mes para disfrutar de un baño en la playa, pero su orientación oeste la convierte en un entorno increíble para contemplar la puesta de sol.
Igual es porque después de un día de lluvia intensa el sol parece más hermoso, pero el atardecer sobre Ocean Beach es uno de los más bonitos que recuerdo haber visto.
Era un día de muchísimo viento y, supongo que por ese motivo, las olas hacían un efecto en la arena que no he encontrado en ningún otro lugar. El viento llevaba la espuma de las olas hacia la orilla y cuando el agua se retiraba la espuma se quedaba fija en la arena, permitiéndote caminar entre montones de espuma sin mojarte. Muy curioso y tremendamente bonito.
Estuve un buen rato corriendo por la arena entre la espuma como un niño. Y no sé cuántas fotos pude sacar entre los montones de espuma con la luz del sol al atardecer... Parecía mentira que ese atardecer perteneciese al mismo día de lluvia continua sobre la ciudad.
El sol estaba cada vez más bajo y muy cerca de Ocean Beach hay un último lugar poco conocido de San Francisco pero que nos muestra una perspectiva del sol del atardecer sobre el Pacífico simplemente espectacular.
Sutro Baths #
Los Sutro Baths eran unas piscinas públicas de agua salada que se construyeron en el año 1896 y que se quemaron en 1966, por lo que actualmente solo quedan las ruinas. Sí, a mí también me parece paradójico que se puedan quemar unas piscinas, pero eso es lo que nos dice la historia.
Desde Ocean Beach hay que subir hacia el norte por la carretera y luego bajar al complejo de las piscinas una vez pasada la casa - restaurante que se encuentra en lo alto del promontorio.
Afortunadamente no es un sitio muy frecuentado. No creo que hubiese ni diez personas el día que yo estuve allí, lo que simplifica caminar por los estrechos muros que separaban las piscinas y en donde no hay espacio para que se crucen dos personas. Hubiera sido ideal llegar un poco antes y poder preparar algunas fotos del atardecer, pero me había entretenido bastante en la playa y los días de febrero aún son muy cortos.
Soy consciente de que no es el lugar más mencionado en las guías de San Francisco, pero si tienes ocasión de observar un atardecer desde Sutro Baths no pierdas la oportunidad. Caminar por las ruinas de las piscinas tiene un encanto muy muy especial.
Desde allí busqué un autobús que me acercase a una estación de BART y con ello llegar a mi Airbnb en Oakland. Había sido un primer día largo, lluvioso, un poco caótico en la ruta turística pero con un atardecer que compensaba todo lo demás.
Juanjo Marcos
Desarrollador y diseñador web actualmente afincado en Bilbao. Desde que tengo uso de razón viajar es una de mis grandes pasiones, junto a la tecnología, la fotografía y los largos paseos sin rumbo definido.
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