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Día 1. El reencuentro con Sevilla

01 febrero 2022

Día 1. El reencuentro con Sevilla

El martes 1 de febrero amaneció con ese frío bilbaíno que te cala hasta los huesos, pero la emoción del viaje que estaba por comenzar nos mantenía calientes por dentro. Después de preparar las últimas cosas, nos dirigimos al aeropuerto de Bilbao, donde nos esperaba nuestro vuelo de Vueling con salida a las 14:35h.

El embarque transcurrió sin incidentes, y pronto estábamos sobrevolando la península para descender, apenas una hora y media después, sobre la tierra andaluza. El contraste climático fue inmediato: el frío norteño quedaba atrás y nos recibía una Sevilla luminosa, con esa luz especial que solo el sur parece capaz de regalar incluso en pleno febrero.

Desde el aeropuerto optamos por la opción más práctica: el autobús que conecta directamente con el centro de la ciudad. Siempre es una delicia cuando las infraestructuras de transporte funcionan con esa precisión que elimina el estrés del viajero. En menos de 30 minutos estábamos ya en las inmediaciones de nuestro alojamiento, mochilas al hombro y sonrisas en los rostros.

Rumbo a Sevilla
Rumbo a Sevilla

Nuestro hogar temporal: Apartamentos Los Angeles #

Habíamos elegido los Apartamentos Los Angeles, situados en la calle San Eloy 37, en pleno Casco Antiguo. La ubicación no podía ser más perfecta: a escasos minutos andando de prácticamente cualquier punto de interés del centro histórico. El edificio, con ese encanto típico sevillano, nos dio la bienvenida con su patio interior, reminiscencia de las casas andaluzas tradicionales.

El check-in fue rápido y eficiente. Nos alojamos en un apartamento coqueto, de dimensiones justas pero perfectamente equipado, con una pequeña cocina que sabíamos sería útil para los desayunos y alguna cena improvisada. Si algo he aprendido después de tanto viajar es que disponer de un espacio propio, con la libertad que te da una pequeña cocina, marca una diferencia sustancial en la experiencia de viaje.

Tras dejar las mochilas y refrescarnos un poco, era hora de lo que más me gusta de cualquier viaje: ese primer paseo exploratorio, sin mapa ni rumbo fijo, simplemente dejándose llevar por el pulso de la ciudad.

Primeras pisadas: la ciudad se despliega ante nosotros #

La tarde avanzaba cuando salimos del apartamento con hambre de Sevilla. Mi pareja observaba todo con esa mirada curiosa y algo abrumada de quien visita una ciudad por primera vez, intentando absorber cada detalle. Yo, por mi parte, experimentaba esa extraña sensación de familiaridad mezclada con descubrimiento que se siente al regresar a un lugar querido.

Nuestros pasos nos llevaron por calles comerciales bulliciosas, donde los sevillanos parecían ajenos al frío que todavía persistía en el resto de la península. Pronto nos encontramos frente a la Librería Verbo, un espacio que había descubierto en mi anterior visita y que tenía ganas de compartir. Este lugar extraordinario, instalado en lo que fue un antiguo teatro o cine, mantiene intacta la estructura del edificio original, creando una atmósfera única donde los libros parecen actores en un escenario perpetuo.

Mi pareja, aficionado también a los libros, quedó fascinado por este espacio. Pasamos un buen rato explorando estanterías, descubriendo títulos y respirando ese aroma a papel y conocimiento que tantas veces nos ha servido de refugio.

La impresionante Librería Verbo La impresionante Librería Verbo
La impresionante Librería Verbo

El centro histórico: primer contacto con el corazón de Sevilla #

Continuamos nuestro paseo hacia la Plaza Nueva, donde el Ayuntamiento de Sevilla se alzaba imponente con su mezcla de estilos plateresco y neoclásico. La plaza bullía de actividad con turistas y locales entrecruzándose en perfecta armonía.

Desde allí, nos adentramos en las arterias comerciales que definen esta zona: la calle Sierpes, peatonal y serpenteante como bien indica su nombre, repleta de comercios tradicionales y modernos; la Campana, con su famosa confitería; y Tetuán, otra de las grandes vías comerciales donde las tiendas de marcas internacionales conviven con pequeños negocios centenarios. Este entramado de calles es el verdadero epicentro comercial de Sevilla, donde la tradición y la modernidad bailan un paso a dos fascinante.

A medida que caía la tarde, el hambre comenzó a hacer acto de presencia. Encontramos uno de esos locales de montaditos tan típicos del sur, donde por un precio más que razonable cenamos variedad de pequeñas delicias acompañadas de una cerveza bien fría. Nada excesivamente elaborado para nuestra primera noche, pero suficiente para sentir que ya estábamos inmersos en el ritmo andaluz.

Paseando por el centro de Sevilla Paseando por el centro de Sevilla Paseando por el centro de Sevilla Paseando por el centro de Sevilla
Paseando por el centro de Sevilla

Aprovisionamiento y descanso: preparando el terreno #

De regreso hacia nuestro apartamento, hicimos una parada estratégica en un supermercado para abastecernos de lo esencial: algo para desayunar los días siguientes, agua, fruta y algunos snacks para momentos de hambre imprevista. Son esos pequeños detalles prácticos los que, a menudo, marcan la diferencia entre un viaje placentero y uno lleno de pequeñas incomodidades.

Ya en el apartamento, mientras organizábamos nuestras compras y planificábamos el día siguiente, intercambiamos primeras impresiones. Mi pareja, escéptico al principio sobre el cambio de destino, ya empezaba a mostrar signos de rendición ante el encanto sevillano. Yo, por mi parte, sentía esa satisfacción de quien reencuentra a un viejo amigo y descubre que la relación sigue intacta.

Aquella primera noche dormimos con el suave rumor de Sevilla colándose por la ventana y la promesa de cuatro días intensos por delante. Mañana nos esperaba Itálica, un viaje al pasado romano que sería una novedad incluso para mí. Pero esa es otra historia que merece su propio capítulo en este diario sevillano.

Disfrutando la cena de la primera noche
Disfrutando la cena de la primera noche
Foto de perfir de Juanjo Marcos

Juanjo Marcos

Desarrollador y diseñador web actualmente afincado en Bilbao. Desde que tengo uso de razón viajar es una de mis grandes pasiones, junto a la tecnología, la fotografía y los largos paseos sin rumbo definido.

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