Situado en pleno corazón del Casco Viejo de Bilbao, el Palacio Arana se erige como un magnífico testimonio de la historia y la arquitectura de la villa. Este edificio, considerado el palacio más antiguo que se conserva en Bilbao, nos transporta a los albores del siglo XVII, cuando la ciudad comenzaba a despuntar como un importante centro comercial y portuario.
El contexto histórico: Bilbao en el siglo XVI #
Para comprender la importancia del Palacio Arana, es necesario situarnos en el Bilbao del siglo XVI. La villa, fundada en 1300, había experimentado un crecimiento significativo durante los dos siglos siguientes. El siglo XVI fue especialmente crucial para la transformación de Bilbao de una simple villa a una ciudad de relevancia comercial.
Varios acontecimientos marcaron este periodo:
- La creación del Consulado de Bilbao en 1511, que institucionalizó la importancia comercial de la villa.
- La proyección internacional de Bilbao como puerto comercial.
- Dos inundaciones significativas que afectaron a la ciudad.
- Un voraz incendio que destruyó buena parte de la población.
Estos desastres, paradójicamente, impulsaron una transformación arquitectónica y urbanística que daría lugar a lo que algunos historiadores han llamado "la ciudad de piedra".
Arquitectura renacentista con sabor local #
Construido alrededor de 1590, el Palacio Arana es un claro exponente del estilo tardorrenacentista, una rareza en la arquitectura tradicional vasca. Su fachada principal, ubicada en la calle Belostikale (antiguamente conocida como calle Pescadería), nos recibe con una impresionante portada de arco de medio punto, flanqueada por dos figuras de Hércules que parecen custodiar la entrada. Esta composición, junto con las pilastras almohadilladas y los capiteles corintios, ofrece un conjunto armonioso que cautiva la mirada del visitante.
Elementos arquitectónicos destacables:
- Portada de arco de medio punto con decoraciones en el intradós.
- Pilastras anilladas con capiteles corintios.
- Escudo heráldico sobre la entrada, perteneciente a las familias Echevarri, Aguirre y Angulo.
- Balcones y miradores en las plantas superiores.
- Cinco ventanas de buhardilla o mansardas alineadas en el tejado.
Al cruzar el umbral, nos adentramos en un patio interior cuadrangular que, aunque alterado por sucesivas reformas, sigue siendo el eje vertebrador del edificio. Esta disposición espacial, poco común en la arquitectura vizcaína de la época, refleja la influencia de los modelos palaciegos del Renacimiento italiano.
Los soportales: una adición histórica #
Un elemento característico del Palacio Arana son sus soportales, que dan a la calle de la Ribera. Estos soportales, añadidos a mediados del siglo XVII, fueron los primeros de este tipo en la zona de las Siete Calles. Su construcción está ligada a la transformación del antiguo puerto-embarcadero en una plaza pública, evidenciando el cambio urbanístico que experimentaba la villa.
Una historia ligada al devenir de Bilbao #
El Palacio Arana no solo destaca por su belleza arquitectónica, sino también por su rica historia. Construido sobre el solar de una antigua casa torre, el edificio simboliza la transición de Bilbao desde una villa medieval fortificada hacia una ciudad comercial abierta al mundo. Su ubicación estratégica, cerca de la ría y del antiguo puerto, lo convirtió en testigo privilegiado del crecimiento y la prosperidad de la ciudad.
La familia Arana, propietaria original del palacio, fue una de las más influyentes de Bilbao durante siglos. El edificio vivió momentos de esplendor, pero también de turbulencia. Uno de los episodios más dramáticos ocurrió durante la Matxinada de 1718, una revuelta popular contra las autoridades. En este conflicto, el palacio fue asaltado y su propietario, Enrique Manuel Arana Salcedo y Serralta, diputado general de Vizcaya, fue asesinado en el Arenal.
Este trágico evento nos ofrece una visión de la vida en el palacio a principios del siglo XVIII. Los documentos de la época describen los objetos destruidos durante el asalto, entre los que se encontraban:
- Muebles de lujo como escritorios de concha y mesas de nogal.
- Colgaduras de damasco carmesí con hilos de plata y oro.
- Treinta onzas de plata labrada.
- Ocho arrobas de chocolate, un lujo en aquella época.
- Documentos importantes relacionados con varios mayorazgos.
El Palacio Arana en el contexto urbano #
El Palacio Arana formaba parte de un conjunto de casas nobles que encabezaban las Siete Calles de Bilbao. Cada una de estas construcciones pertenecía a una familia influyente:
- Los Martínez de Salinas en Artekale.
- La familia Markina en Carnicería Vieja.
- Los Leguizamón en la calle Somera.
Aunque llegaron a existir hasta doce construcciones nobles en las Siete Calles, la mayoría han desaparecido con el tiempo, lo que hace aún más valioso al Palacio Arana como testimonio histórico.
Un legado vivo #
A pesar de las vicisitudes del tiempo, el Palacio Arana ha sobrevivido como un valioso legado histórico. Su pervivencia es aún más notable si consideramos los conflictos que ha presenciado, desde las guerras carlistas hasta la Guerra Civil española.
En 1996, el edificio fue declarado de especial protección, reconociendo su importancia histórica y arquitectónica. Dos años antes, en 1994, había sido objeto de una importante rehabilitación dirigida por los arquitectos Ricardo Beascoa Tomás, José María Prado Scala, Emilio Vélez Fernández y Susana Menoyo Cecilia.
Hoy en día, el Palacio Arana combina su valor histórico con un uso moderno. La planta baja alberga locales comerciales, incluido un bar restaurante que lleva el nombre del palacio, mientras que las plantas superiores se han convertido en viviendas particulares. Esta adaptación a los nuevos tiempos garantiza la conservación de este tesoro arquitectónico para las generaciones futuras.
La leyenda de La Magdalena #
Una curiosidad poco conocida es la relación del Palacio Arana con una antigua tradición de las Siete Calles. En tiempos pasados, cada una de las calles tenía su propio patrón o patrona. En el caso de Belostikale, donde se ubica el palacio, la patrona era La Magdalena. Aunque la costumbre de celebrar estos patronazgos ha caído en el olvido, aún se puede ver una imagen de La Magdalena en una hornacina de los arcos del pórtico de la Catedral de Santiago, justo frente a la calle.
Un punto de interés imprescindible #
Para el viajero que visita Bilbao, el Palacio Arana es una parada obligatoria. Su fachada, uno de los puntos más fotografiados del Casco Viejo, nos invita a imaginar el esplendor de la villa en siglos pasados. Su ubicación privilegiada, a escasos minutos de otros emblemas de la ciudad como el Teatro Arriaga, el Mercado de la Ribera, el Puente de la Merced o el Puente de San Antón, lo convierte en un excelente punto de partida para explorar el rico patrimonio histórico de Bilbao.
Reflexiones finales #
El Palacio Arana no es solo un edificio; es un libro de historia escrito en piedra, un testigo mudo pero elocuente del devenir de Bilbao a lo largo de más de cuatro siglos. Desde su construcción a finales del siglo XVI, ha presenciado la transformación de Bilbao de una pequeña villa medieval a una moderna ciudad industrial y, más recientemente, a un referente internacional en la regeneración urbana.
Su pervivencia y adaptación a los nuevos tiempos son un ejemplo perfecto de cómo el pasado y el presente pueden convivir en armonía en una ciudad que mira al futuro sin olvidar sus raíces. El Palacio Arana nos recuerda que la historia de una ciudad no solo se escribe en los grandes acontecimientos, sino también en las piedras de sus edificios, en las vidas de sus habitantes y en las tradiciones que perduran a través de los siglos.
Visitar el Palacio Arana es, en definitiva, una invitación a sumergirse en la rica historia de Bilbao, a apreciar la belleza de su arquitectura y a reflexionar sobre el papel que juegan los monumentos históricos en la identidad y el desarrollo de nuestras ciudades. Es un testimonio vivo de la capacidad de Bilbao para reinventarse sin perder su esencia, un símbolo de la resistencia y la adaptabilidad que han caracterizado a la villa a lo largo de su historia.
Juanjo Marcos
Desarrollador y diseñador web actualmente afincado en Bilbao. Desde que tengo uso de razón viajar es una de mis grandes pasiones, junto a la tecnología, la fotografía y los largos paseos sin rumbo definido.
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