Palma de Mallorca
La perla del Mediterráneo: donde la historia se funde con el mar
Palma de Mallorca, la capital de las Islas Baleares, es una ciudad que cautiva a primera vista. Con su impresionante catedral gótica dominando el skyline y el azul intenso del Mediterráneo como telón de fondo, Palma es un destino que combina a la perfección historia, cultura y ese inconfundible sabor mediterráneo.
Sus calles estrechas y empedradas, sus patios señoriales y su animada vida callejera hacen de esta ciudad un lugar único para perderse y dejarse sorprender.
Catedral de Mallorca #
La Seu, como la llaman cariñosamente los mallorquines, es sin duda el emblema de la ciudad. Recuerdo la primera vez que la vi, emergiendo majestuosa frente al mar. Es imposible no quedarse boquiabierto ante su imponente fachada gótica.
Lo curioso es que, una vez dentro, descubres que no solo es un prodigio arquitectónico medieval. La intervención de Gaudí en el siglo XX y la más reciente de Miquel Barceló añaden un toque contemporáneo fascinante. Ese contraste entre lo antiguo y lo moderno es, para mí, lo que hace única a esta catedral.
Paseo por el casco antiguo #
Perderse por las callejuelas del casco antiguo de Palma es como hacer un viaje en el tiempo. Cada esquina esconde una sorpresa: un palacio gótico, un patio renacentista, una iglesia barroca...
Me encanta pasear sin rumbo fijo, dejándome llevar por el encanto de calles como Jaume III o el Born. Y siempre acabo descubriendo algún rincón nuevo, como esa pequeña plaza escondida donde los locales toman el vermut los domingos. Es en estos paseos donde realmente sientes el pulso de la ciudad y su gente.
Castillo de Bellver #
Este castillo circular del siglo XIV es único en España, y la vista panorámica de Palma desde allí es simplemente espectacular. Subir hasta aquí, ya sea a pie o en bus, merece mucho la pena.
Lo que más me gusta es visitar el castillo al atardecer. Ver cómo el sol se pone sobre la bahía de Palma, tiñendo de oro la catedral y el casco antiguo, es una experiencia que se queda grabada en la retina. Además, el propio castillo tiene una historia fascinante que vale la pena conocer.
Mercado del Olivar #
Para mí, no hay mejor manera de conocer una ciudad que visitando su mercado. Y el Mercado del Olivar es el corazón gastronómico de Palma. El bullicio, los olores, los colores... todo te envuelve en una experiencia sensorial única.
Me encanta pasearme entre los puestos, charlando con los vendedores y probando especialidades locales. Desde la sobrassada hasta el queso mahonés, pasando por el delicioso aceite de oliva mallorquín. Y si tienes la suerte de estar allí a la hora del almuerzo, no te pierdas los bares de tapas del mercado. ¡Una auténtica delicia!
Fundació Pilar i Joan Miró #
Esta fundación es un must para los amantes del arte. Situada en Cala Major, a las afueras de Palma, alberga el taller donde Joan Miró vivió y trabajó durante casi 30 años.
Lo que más me impresiona de este lugar es cómo te sumerge en el universo creativo de Miró. Pasear por sus estudios, ver sus pinceles, sus obras inacabadas... es como entrar en la mente del artista. Y los jardines, salpicados de esculturas, son el lugar perfecto para reflexionar sobre todo lo que has visto.
Playa de Ca'n Pere Antoni #
A veces se nos olvida que Palma es una ciudad costera, pero basta con dar un paseo por la playa de Ca'n Pere Antoni para recordarlo. Esta playa urbana, a un paso del centro histórico, es el lugar perfecto para darse un chapuzón después de un día de turismo.
Lo que más me gusta es ir al atardecer, cuando la luz es más suave y la catedral se refleja en el mar. Ver a los palmesanos haciendo deporte, paseando a sus perros o simplemente disfrutando de la brisa marina te hace sentir como uno más de la ciudad.
Es Baluard Museu d'Art Contemporani #
Este museo de arte contemporáneo, ubicado en las antiguas murallas de la ciudad, es una fusión perfecta de historia y modernidad. La colección permanente es interesante, pero lo que realmente me cautiva es el edificio en sí y sus vistas sobre el puerto.
La terraza del museo es uno de mis lugares favoritos para tomar algo al atardecer. Ver cómo los últimos rayos de sol iluminan los yates en el puerto mientras disfrutas de un gin tonic es una experiencia muy "mallorquina".
La Lonja #
Este edificio gótico del siglo XV, antigua lonja de mercaderes, es para mí uno de los más bellos de Palma. Su interior, con esas columnas helicoidales que parecen palmeras de piedra, te deja sin aliento.
Aunque ya no funciona como mercado, La Lonja sigue siendo un punto de encuentro importante en la ciudad. En verano, el patio se llena de terrazas y se convierte en el lugar perfecto para tomar algo mientras admiras la arquitectura. Y si tienes suerte, puede que coincidas con alguna de las exposiciones temporales que se organizan aquí.
Paseo marítimo #
Para terminar, nada mejor que un paseo por el Paseo Marítimo de Palma. Este largo paseo que bordea la bahía es el lugar perfecto para despedirse de la ciudad.
Un gran plan puede ser recorrerlo en bicicleta al atardecer, cuando el calor afloja y la luz es más amable. Ver los barcos entrando y saliendo del puerto, las terrazas llenándose de gente, los palmesanos haciendo footing... Es como si toda la vida de la ciudad se concentrara aquí. Y al fondo, siempre presente, la silueta de la catedral recordándote que estás en una de las ciudades más bellas del Mediterráneo.
Juanjo Marcos
Desarrollador y diseñador web actualmente afincado en Bilbao. Desde que tengo uso de razón viajar es una de mis grandes pasiones, junto a la tecnología, la fotografía y los largos paseos sin rumbo definido.
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