En nuestra tercera jornada del viaje a Bristol, decidimos hacer una escapada a la cercana ciudad de Bath, una joya histórica y arquitectónica enclavada en el corazón del condado de Somerset.
Bath, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1987, es una ciudad que respira historia por cada uno de sus poros. Fundada por los romanos en el siglo I d.C. como un complejo termal, la ciudad debe su nombre a los baños ("bath" en inglés) que se construyeron alrededor de los manantiales de agua caliente naturales.
Sin embargo, la verdadera transformación de Bath llegó en el siglo XVIII, durante la época georgiana. Fue entonces cuando la ciudad se convirtió en un resort de moda para la alta sociedad británica, atrayendo a visitantes de todo el país que buscaban "tomar las aguas" y participar en la animada vida social de la época. Este período dejó una huella indeleble en la arquitectura de la ciudad, con sus elegantes edificios de piedra caliza dorada que le dan a Bath su característico y uniforme aspecto.
La ciudad también es conocida por su conexión con la famosa novelista Jane Austen, quien vivió aquí entre 1801 y 1806. Bath aparece como escenario en varias de sus novelas, incluyendo "La abadía de Northanger" y "Persuasión".
Hoy en día, Bath combina perfectamente su rico patrimonio histórico con una vibrante escena cultural contemporánea, ofreciendo a los visitantes una mezcla única de pasado y presente.
Cómo llegar a Bath desde Bristol #
Nuestro día comenzó tomando el tren desde la estación de Bristol Temple Meads, convenientemente situada cerca de nuestro alojamiento. El trayecto a Bath es corto y pintoresco, durando aproximadamente 12 minutos y costando alrededor de £8.50 por trayecto (aunque los precios pueden variar según la hora y el tipo de billete). Este rápido viaje nos permitió aprovechar al máximo nuestro día en Bath.
Recorrido por Bath #
The Homeless Medical Practice #
Nuestro recorrido comenzó con una parada inesperada frente a la fachada de The Homeless Medical Practice. Aunque no es un punto turístico tradicional, este edificio nos llamó la atención y nos hizo reflexionar sobre la importancia de los servicios sociales en la ciudad. Bath, como muchas ciudades históricas y turísticas, tiene que lidiar con el contraste entre su imagen idealizada y las realidades sociales de sus habitantes, y este centro médico para personas sin hogar es un recordatorio de esos desafíos.
Pulteney Weir #
Nuestra siguiente parada fue el Pulteney Weir, una presa en el río Avon que ofrece una de las vistas más icónicas de Bath. Construida originalmente en el siglo XVIII, la presa fue rediseñada en su forma actual en la década de 1970. La cascada creada por la presa no solo es hermosa, sino que también cumple una función práctica al controlar el nivel del río y prevenir inundaciones. El sonido del agua cayendo y la vista de los edificios históricos reflejados en el río crean una atmósfera verdaderamente mágica.
Pasamos un bus rato sacando fotos, viendo como los cisnes remontan la cascada y dando un pequeño paseo hasta la compuerta de la presa propiamente dicha.
Puente Pulteney #
Desde el Weir, nos dirigimos al Puente Pulteney, una verdadera obra maestra arquitectónica. Construido en 1774, este puente palladiano que cruza el río Avon es uno de los cuatro puentes del mundo con tiendas a ambos lados. La simetría del puente y su elegante diseño lo convierten en uno de los símbolos más reconocibles de Bath. Caminamos por el puente, disfrutando de las vistas del río y explorando las pequeñas tiendas que alberga, que ofrecen desde artesanías locales hasta antigüedades.
Abadía de Bath #
Nuestra siguiente parada fue la imponente Abadía de Bath, un magnífico ejemplo de arquitectura gótica perpendicular. La historia de este lugar de culto se remonta al siglo VII, aunque el edificio actual data principalmente del siglo XVI. Al entrar, quedamos impresionados por la majestuosidad de su interior. Los altos techos abovedados, las enormes vidrieras y los intrincados detalles tallados en piedra crean una atmósfera de reverencia y asombro. Lo más sorprendente es que la entrada es gratuita, permitiendo a todos los visitantes disfrutar de este tesoro arquitectónico.
Termas romanas de Bath #
Aunque solo pudimos verlas desde el exterior debido al alto costo de la entrada, las Termas Romanas son sin duda el principal atractivo de la ciudad. Construidas hace unos 2000 años alrededor de los manantiales naturales de agua caliente, estas termas son uno de los complejos termales romanos mejor conservados del mundo. Desde fuera, pudimos apreciar la grandeza del edificio principal y el vapor que se eleva de las aguas termales. El precio de entrada para adultos es de aproximadamente £25, lo que nos pareció un poco elevado para nuestro presupuesto, pero entendemos que los fondos son necesarios para mantener este importante sitio histórico.
Bath Street y calles comerciales #
Después de las termas, nos sumergimos en el encanto de Bath Street y las calles comerciales de los alrededores. Estas calles empedradas, flanqueadas por elegantes edificios georgianos de piedra dorada, están llenas de tiendas, cafés y restaurantes que combinan el encanto histórico con un toque moderno. Paseamos tranquilamente, admirando los escaparates de las boutiques de moda, las librerías anticuarias y las tiendas de productos locales. El ambiente animado y a la vez relajado de estas calles nos dio una idea de cómo debió ser la vida social en la Bath del siglo XVIII.
The Circus #
Nuestra caminata nos llevó luego a The Circus, una plaza circular que es una verdadera obra maestra de la planificación urbana del siglo XVIII. Diseñada por el arquitecto John Wood, el Viejo, y completada en 1768 por su hijo, The Circus consiste en tres conjuntos curvos de casas georgianas idénticas que forman un círculo perfecto. Cada fachada está adornada con columnas y frisos elaborados, y se dice que el diámetro del Circus es exactamente el mismo que el de Stonehenge. Nos tomamos un momento para admirar la simetría y la elegancia del conjunto, imaginando cómo sería vivir en una de estas históricas residencias.
Royal Crescent #
Desde The Circus, nos dirigimos al Royal Crescent, quizás el ejemplo más impresionante de arquitectura georgiana en Bath. Esta hilera curva de 30 casas, diseñada por John Wood, el Joven, y construida entre 1767 y 1774, forma una media luna perfecta que domina un extenso césped con vistas a la ciudad. Nos maravillamos ante la uniformidad de las fachadas, con sus columnas jónicas y sus elaboradas molduras. Aunque la mayoría de las casas son ahora residencias privadas, el No. 1 Royal Crescent es un museo que ofrece una visión fascinante de cómo era la vida en la Bath georgiana.
Waitrose & Partners #
Bajamos de nuevo hacia la zona centro caminando entre calles y llegamos al supermercado Waitrose & Partners. Este supermercado además de tener una buena selección de productos frescos contaba también con platos precocinados de comida local. Y además dispone de una pequeña zona con mesas y microondas para calentar la comida. Así que nos pareció el lugar ideal para comer algo a buen precio y reponer fuerzas.
Guildhall Market #
Nuestra siguiente parada fue el Guildhall Market, un mercado cubierto histórico que data de 1778. Este bullicioso mercado, ubicado en el corazón de la ciudad, ofrece una experiencia de compras única. Bajo su techo abovedado, encontramos una variedad de puestos que venden de todo, desde productos locales frescos hasta artesanías y antigüedades. El ambiente del mercado, con sus comerciantes amigables y su mezcla de aromas, nos transportó a otra época, ofreciéndonos una visión de la vida cotidiana en Bath.
The Bath Lookout en Alexandra Park #
Para terminar nuestro recorrido, decidimos subir hasta The Bath Lookout en Alexandra Park. Este mirador, situado en lo alto de una colina al sur de la ciudad, nos recompensó con unas vistas panorámicas espectaculares de Bath y sus alrededores. Desde aquí, pudimos apreciar realmente la uniformidad de la arquitectura de la ciudad, con sus edificios de piedra caliza dorada brillando bajo el sol de la tarde. El contraste entre el centro histórico de Bath y el verde paisaje de Somerset que lo rodea creó una imagen verdaderamente inolvidable.
Regreso a Bristol #
Con las piernas cansadas pero el espíritu elevado por todo lo que habíamos visto, tomamos el tren de vuelta a Bristol. Decidimos bajarnos en la estación central de Bristol para explorarla brevemente. Dimos un paseo por el barrio circundante, admirando el contraste entre la arquitectura histórica y los elementos más modernos de la ciudad. Este último paseo nos proporcionó una interesante comparación entre las dos ciudades que habíamos experimentado ese día: la histórica y uniforme Bath, y la más ecléctica y moderna Bristol.
Finalmente, regresamos a nuestro Airbnb para descansar, reflexionando sobre un día lleno de descubrimientos y belleza arquitectónica. Nuestra excursión a Bath nos permitió sumergirnos en la rica historia de una de las ciudades más encantadoras de Inglaterra, proporcionando un contrapunto perfecto a nuestra estancia en Bristol y dejándonos con el deseo de volver para explorar más a fondo sus tesoros históricos.
Juanjo Marcos
Desarrollador y diseñador web actualmente afincado en Bilbao. Desde que tengo uso de razón viajar es una de mis grandes pasiones, junto a la tecnología, la fotografía y los largos paseos sin rumbo definido.
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