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Día 8. Excursión a Ohrid desde Skopje

30 diciembre 2024

Día 8. Excursión a Ohrid desde Skopje

La ciudad de Ohrid era uno de los destinos que más ganas tenía de visitar en nuestro viaje por Macedonia del Norte. Situada a orillas del lago que lleva su nombre y cerca de la frontera con Albania, esta joya de los Balcanes es famosa por su belleza, su historia y su importancia cultural.

La UNESCO la declaró Patrimonio de la Humanidad tanto por sus valores culturales como naturales, y después de visitarla, puedo dar fe de que los merece sobradamente. Durante siglos, Ohrid fue conocida como la "Jerusalén de los Balcanes" por albergar 365 iglesias, una para cada día del año, aunque hoy en día el número se ha reducido considerablemente.

Preparativos y viaje matutino #

Aunque la distancia entre Skopje y Ohrid es de solo 180 kilómetros, el viaje requiere más de tres horas debido al terreno montañoso. Por eso decidimos aprovechar el primer autobús del día, que sale de Skopje a las 8 de la mañana, para maximizar nuestro tiempo en la ciudad.

Llegamos con tiempo a la estación de autobuses de Skopje, que ya bullía de actividad a esas horas tempranas. Me llamó la atención ver que al menos dos autobuses salían hacia Ohrid a la misma hora, lo que ya nos daba una pista de la popularidad del destino. Los billetes nos costaron 1240 dinares por persona ida y vuelta, aunque curiosamente solo te dan el de ida y la vuelta queda abierta, válida durante 30 días.

El viaje, aunque largo, resultó ser toda una experiencia. Las vistas del puerto de montaña nevado eran espectaculares y nos permitieron disfrutar de un paisaje completamente diferente al que habíamos visto hasta entonces en Macedonia. A mitad de camino, hicimos una parada de unos 15 minutos en lo alto del puerto para tomar un café y estirar las piernas, algo que se agradeció enormemente.

La carretera nevada en el trayecto en autobús de Skopje a Ohrid y vistas desde la cafetería en lo alto del puerto de montaña La carretera nevada en el trayecto en autobús de Skopje a Ohrid y vistas desde la cafetería en lo alto del puerto de montaña
La carretera nevada en el trayecto en autobús de Skopje a Ohrid y vistas desde la cafetería en lo alto del puerto de montaña

Primeros pasos en Ohrid #

Al llegar a Ohrid, lo primero que hicimos fue asegurarnos el billete de vuelta para el autobús de las 7 de la tarde. Con esta gestión resuelta, comenzamos nuestro paseo hacia el centro de la ciudad. La estación está a unos 20 minutos caminando del centro histórico, y aunque las aceras son bastante estrechas, el camino es sencillo de seguir.

Descubriendo el centro histórico y sus iglesias #

Nuestro primer encuentro con la vida local fue un animado mercado que nos encontramos al llegar a la zona centro. Pasamos un buen rato curioseando entre los puestos antes de adentrarnos en la zona antigua de la ciudad. Las calles peatonales estaban repletas de tiendas y, algo que me llamó poderosamente la atención, había muchísimos más turistas que en cualquier otro lugar que hubiéramos visitado en Macedonia hasta ese momento.

Una de las características más notables de Ohrid es la cantidad de iglesias que encontramos a cada paso. Es importante mencionar que la mayoría de ellas son de pago, con entradas que rondan los 100-200 dinares cada una. Dado que teníamos el día bastante ajustado y que queríamos ver la mayor cantidad posible de lugares, decidimos no entrar en ninguna de ellas y centrarnos en disfrutar de la arquitectura exterior y los diferentes puntos panorámicos de la ciudad. Si dispones de más tiempo y eres un entusiasta del arte bizantino, probablemente merezca la pena adquirir alguno de los tickets combinados que te permiten visitar varios templos.

Centro histórico de Ohrid, lleno de tiendas y con mucho ambiente Centro histórico de Ohrid, lleno de tiendas y con mucho ambiente Centro histórico de Ohrid, lleno de tiendas y con mucho ambiente Centro histórico de Ohrid, lleno de tiendas y con mucho ambiente
Centro histórico de Ohrid, lleno de tiendas y con mucho ambiente

El lago Ohrid: Un tesoro natural único #

Con una antigüedad estimada de más de tres millones de años, es uno de los lagos más antiguos del mundo y el más profundo de los Balcanes, alcanzando profundidades de más de 288 metros. Sus aguas cristalinas se comparten entre Macedonia del Norte y Albania, y albergan un ecosistema único con numerosas especies endémicas, incluyendo varios tipos de peces y otros organismos que no se encuentran en ningún otro lugar del planeta.

Esta biodiversidad única, junto con su importancia histórica y cultural, es una de las razones principales por las que tanto el lago como la ciudad están protegidos por la UNESCO.

Las fotografías no le hacen justicia al Lago Orhid Las fotografías no le hacen justicia al Lago Orhid
Las fotografías no le hacen justicia al Lago Orhid

El encanto del puerto y el paseo marítimo #

Seguimos caminando hasta llegar a la zona del puerto, junto al lago, y la verdad es que el lugar me dejó sin palabras. La zona portuaria de Ohrid es un hervidero de actividad, con varios muelles desde donde parten las embarcaciones turísticas que realizan excursiones por el lago. Los barcos de madera, pintados en colores vivos, crean una estampa pintoresca contra el fondo de las montañas.

El paseo marítimo que bordea el lago está flanqueado por una succession de restaurantes, cafeterías y bares con terrazas que miran directamente al agua. Lo que más me llamó la atención fue cómo todo el ambiente me recordó enormemente a los pueblos costeros del Mediterráneo, con ese ritmo pausado y ese aire marinero tan característico. Las terrazas estaban llenas de gente disfrutando del sol incluso en pleno invierno, y el aroma a pescado a la parrilla que salía de los restaurantes era realmente tentador.

A lo largo del paseo hay varios puestos de artesanía local y vendedores de perlas de Ohrid, una artesanía tradicional de la región que aún se mantiene viva. Las vistas desde cualquier punto del paseo son espectaculares, con las aguas cristalinas del lago en primer plano y las montañas nevadas reflejándose en su superficie.

En nuestro recorrido pasamos por la parte trasera de la Iglesia de Santa Sofía, que visitaríamos con más detalle más tarde en nuestro itinerario.

Comenzamos el paseo desde el puerto de Ohrid y vamos adentrándonos en los encantos de la zona vieja junto a la costa Comenzamos el paseo desde el puerto de Ohrid y vamos adentrándonos en los encantos de la zona vieja junto a la costa Comenzamos el paseo desde el puerto de Ohrid y vamos adentrándonos en los encantos de la zona vieja junto a la costa Comenzamos el paseo desde el puerto de Ohrid y vamos adentrándonos en los encantos de la zona vieja junto a la costa
Comenzamos el paseo desde el puerto de Ohrid y vamos adentrándonos en los encantos de la zona vieja junto a la costa

El paseo junto al lago: el mágico camino costero de Ohrid #

Continuamos nuestro recorrido hasta llegar al camino costero de Ohrid, y aquí viene una de las mayores sorpresas del viaje. Este paseo de madera que bordea la costa del lago es, sencillamente, espectacular. Construido sobre pilotes que se adentran en las aguas cristalinas del lago, el boardwalk se extiende serpenteando junto a los acantilados, ofreciendo vistas que te dejan sin aliento.

El paseo está perfectamente integrado en el entorno natural, con la roca calcárea de los acantilados por un lado y las aguas turquesas del lago por otro. En algunos tramos, el camino se eleva varios metros sobre el agua, creando perspectivas únicas tanto del lago como de la ciudad antigua. La madera cruje suavemente bajo tus pies mientras caminas, y el sonido de las pequeñas olas rompiendo contra los pilotes crea una atmósfera verdaderamente mágica.

A lo largo del recorrido hay varios puntos de descanso con bancos estratégicamente colocados, perfectos para sentarse a contemplar el paisaje o hacer fotos. El contraste entre el azul del lago, el ocre de las rocas y el marrón cálido de la madera crea una paleta de colores que parece sacada de una postal. Mientras caminábamos, podíamos ver a lo lejos la silueta de la Iglesia de San Juan Kaneo, probablemente la imagen más icónica de Ohrid, que se iba haciendo más grande a medida que nos acercábamos.

La construcción de este paseo fue toda una obra de ingeniería, y ha conseguido hacer accesible uno de los tramos más bellos de la costa del lago, que antes solo se podía admirar desde el agua. Sin duda, el Boardwalk se ha convertido por derecho propio en una de las atracciones imprescindibles de Ohrid.

El camino costero de madera es simplemente espectacular. Al fondo del mismo ya divisamos la silueta de San Juan Kameo. El camino costero de madera es simplemente espectacular. Al fondo del mismo ya divisamos la silueta de San Juan Kameo. El camino costero de madera es simplemente espectacular. Al fondo del mismo ya divisamos la silueta de San Juan Kameo. El camino costero de madera es simplemente espectacular. Al fondo del mismo ya divisamos la silueta de San Juan Kameo. El camino costero de madera es simplemente espectacular. Al fondo del mismo ya divisamos la silueta de San Juan Kameo. El camino costero de madera es simplemente espectacular. Al fondo del mismo ya divisamos la silueta de San Juan Kameo.
El camino costero de madera es simplemente espectacular. Al fondo del mismo ya divisamos la silueta de San Juan Kameo.

La joya de San Juan Kaneo y el mirador más espectacular de Macedonia #

Después del precioso paseo por el Boardwalk, llegamos a la Iglesia de San Juan Kaneo, y aquí viene otro de los momentos culminantes del día. La iglesia es simplemente espectacular. Construida en el siglo XIII, es un ejemplo perfecto de la arquitectura bizantina y macedonia medieval. Su ubicación, estratégicamente situada sobre un acantilado con vistas al lago Ohrid, no es casual: fue construida como un tributo a San Juan el Teólogo, y su posición elevada simboliza la conexión entre lo terrenal y lo divino.

Como la mayoría de las iglesias de Ohrid, San Juan Kaneo es de pago y decidimos no entrar. Los frescos originales del interior, según nos contaron, aunque parcialmente conservados, son una muestra extraordinaria del arte bizantino del siglo XIII. Sin embargo, lo verdaderamente impresionante de este lugar es su entorno y las vistas que ofrece.

Subiendo un pequeño sendero que parte desde la iglesia, se llega al que probablemente sea el mirador más fotografiado de toda Macedonia. La vista desde aquí es sencillamente sublime: la pequeña iglesia en primer plano, con su característica arquitectura bizantina, parece estar suspendida sobre el acantilado, mientras que detrás se extiende la inmensidad del lago Ohrid, con las montañas albanesas al fondo creando un horizonte de picos nevados. Las aguas cristalinas del lago adquieren diferentes tonalidades de azul y turquesa dependiendo de la profundidad y la luz del sol.

Este punto panorámico es tan especial que aparece en prácticamente todas las postales y folletos turísticos de Macedonia, y ahora entiendo perfectamente por qué. La combinación de elementos arquitectónicos, naturales y la perspectiva es simplemente perfecta. Me resultó fascinante pensar en cuántas generaciones han contemplado el lago desde este mismo punto durante los últimos 800 años, y cuántos viajeros han quedado tan impresionados como yo por estas vistas.

El mirador cuenta con una pequeña plataforma de madera que permite obtener el ángulo perfecto para las fotografías, aunque hay que tener paciencia porque suele estar bastante concurrido. Vale la pena esperar: las fotos desde aquí son simplemente espectaculares y conseguirás esas imágenes de postal que tanto caracterizan a Ohrid.

San Juan Kaneo: Posiblemente el punto más fotografiado de todo Orhid San Juan Kaneo: Posiblemente el punto más fotografiado de todo Orhid San Juan Kaneo: Posiblemente el punto más fotografiado de todo Orhid San Juan Kaneo: Posiblemente el punto más fotografiado de todo Orhid San Juan Kaneo: Posiblemente el punto más fotografiado de todo Orhid
San Juan Kaneo: Posiblemente el punto más fotografiado de todo Orhid

La fortaleza del Zar Samuel #

Desde San Juan Kaneo, continuamos subiendo por la montaña, pasando por delante de la Universidad St. Klement, que estaba en obras, hasta llegar a la Fortaleza de Samuel. Aunque ese día estaba cerrada y no pudimos visitarla por dentro, su historia es fascinante. Construida durante el Primer Imperio Búlgaro, alcanzó su apogeo bajo el reinado del Zar Samuel en el siglo X. La fortaleza fue el último bastión del imperio en caer ante los bizantinos en 1018. Con sus enormes murallas de 3 metros de grosor y 18 torres, era prácticamente inexpugnable en su época. Desde sus muros, los defensores podían vigilar cualquier aproximación por tierra o por el lago.

La fortaleza de Samuel y las increíbles vistas de la ciudad La fortaleza de Samuel y las increíbles vistas de la ciudad La fortaleza de Samuel y las increíbles vistas de la ciudad
La fortaleza de Samuel y las increíbles vistas de la ciudad

El complejo de Plaoshnik #

Bajando de la fortaleza, llegamos al Parque Arqueológico de Plaoshnik, un lugar que resume perfectamente la rica historia de Ohrid. Aquí se encuentra el Monasterio de San Pantaleón, construido sobre el sitio donde San Clemente de Ohrid estableció la primera universidad de Europa en el siglo IX. San Clemente fue discípulo de los santos Cirilo y Metodio, creadores del alfabeto cirílico, y estableció aquí una escuela que llegó a tener 3.500 estudiantes.

Junto al monasterio se encuentra la fascinante Basílica Occidental en forma de trébol (Polikonhos), una estructura única del siglo V que representa uno de los primeros ejemplos de arquitectura cristiana en la región. Sus cuatro ábsides en forma de trébol la convierten en un ejemplo único de la arquitectura paleocristiana.

Parque Arqueológico de Plaoshnik Parque Arqueológico de Plaoshnik Parque Arqueológico de Plaoshnik Parque Arqueológico de Plaoshnik
Parque Arqueológico de Plaoshnik

El teatro antiguo y Santa Sofía #

Nuestra siguiente parada fue el Teatro Antiguo de Ohrid, el único teatro helenístico en Macedonia y uno de los pocos que sobreviven en los Balcanes. Construido en el siglo II a.C., podía albergar entre 4.000 y 5.000 espectadores. Durante el período romano, el teatro fue adaptado para luchas de gladiadores. Lo más impresionante es que, a pesar de su antigüedad, sigue utilizándose hoy en día para representaciones durante el Festival de Verano de Ohrid.

Teatro Antiguo de Ohrid, el único teatro helenístico en Macedonia Teatro Antiguo de Ohrid, el único teatro helenístico en Macedonia
Teatro Antiguo de Ohrid, el único teatro helenístico en Macedonia

Desde el teatro, nos dirigimos a la Iglesia de Santa Sofía para admirarla ahora sí en todo su esplendor. Este monumento es uno de los más importantes de Macedonia del Norte. Construida en el siglo XI, es considerada uno de los ejemplos más significativos de la arquitectura medieval en los Balcanes. Sus frescos, que datan de los siglos XI al XIV, son considerados obras maestras del arte bizantino.

La historia de Santa Sofía es fascinante: durante el período otomano fue convertida en mezquita, y sus extraordinarios frescos fueron cubiertos con yeso. No fue hasta el siglo XX cuando estos tesoros artísticos fueron redescubiertos y meticulosamente restaurados. La acústica del templo es tan excepcional que actualmente se utiliza como sede de eventos musicales durante el Festival de Verano de Ohrid. Como el resto de las iglesias de la ciudad, la entrada es de pago, por lo que nos limitamos a admirar su imponente arquitectura exterior.

Iglesia de Santa Sofía Iglesia de Santa Sofía
Iglesia de Santa Sofía

Explorando el paseo marítimo este #

Después de comer en uno de los acogedores restaurantes de la zona vieja, decidimos dar un largo paseo por el paseo marítimo hacia el este. Esta parte de la ciudad tiene un carácter completamente diferente al casco histórico, con edificios más modernos y un ambiente más local que turístico. En nuestro camino pasamos por los restos del Old Swimming Court, una antigua zona de baño de la que hoy solo quedan algunas estructuras de piedra junto al agua que nos hacen imaginar cómo debió ser este lugar en sus días de gloria.

Continuamos hasta Dutch Park, un espacio verde donado por el gobierno holandés como símbolo de amistad entre ambos países. El parque ofrece unas vistas preciosas del lago y es un lugar perfecto para descansar y contemplar el paisaje. En esta zona del paseo marítimo hay menos turistas y más residentes locales, lo que nos permitió observar un poco más la vida cotidiana de la ciudad.

El Paseo Marítimo Este al atardecer El Paseo Marítimo Este al atardecer El Paseo Marítimo Este al atardecer El Paseo Marítimo Este al atardecer
El Paseo Marítimo Este al atardecer

La magia de la tarde #

La tarde en Ohrid fue especialmente agradable. Volvimos a la zona vieja, que estaba mucho más animada que cualquier momento que hubiéramos visto en Skopje. Las luces de navidad le daban un toque mágico a las calles, y el ambiente en los bares y tiendas era verdaderamente festivo. Me sorprendió gratamente ver cómo la ciudad mantiene su vitalidad incluso en temporada baja.

Apurando el día por las calles de Ohrid Apurando el día por las calles de Ohrid Apurando el día por las calles de Ohrid Apurando el día por las calles de Ohrid Apurando el día por las calles de Ohrid Apurando el día por las calles de Ohrid
Apurando el día por las calles de Ohrid

El regreso y una pequeña sorpresa #

Alrededor de las 6 de la tarde, emprendimos el camino de vuelta a la estación de autobuses. Y aquí viene la única nota negativa del día: justo antes de acceder a las dársenas, nos informaron de que teníamos que pagar una tasa de estación de 30 dinares por persona. No fue solo a nosotros, sino a todos los que habíamos venido desde Skopje por la mañana. Aunque el importe es mínimo, me pareció un detalle bastante molesto que no nos hubieran avisado al comprar los billetes de vuelta, obligándonos a hacer cola de nuevo en otra ventanilla justo cuando íbamos a subir al autobús.

Llegamos a Skopje sobre las 22:15, cansados pero enormemente satisfechos. Ohrid es, sin duda alguna, la ciudad más bonita que visitamos en Macedonia. La combinación de su rico patrimonio histórico, su belleza natural y su ambiente animado la convierten en un destino único. Incluso el largo viaje y la pequeña molestia de última hora con las tasas de la estación quedaron completamente eclipsados por una experiencia absolutamente memorable.

Nuestra decisión de visitar Ohrid en pleno invierno, aunque poco convencional para un destino tradicionalmente veraniego, resultó ser un acierto total. Tuvimos la suerte de disfrutar de un día excepcionalmente soleado, y aunque hacía frío, la temperatura era notablemente más agradable que en Skopje. El lago ejerce un efecto regulador sobre el clima local, suavizando tanto los fríos del invierno como los calores del verano.

La luz invernal realzaba la belleza de los monumentos históricos de una manera especial, y el aire cristalino nos regaló unas vistas espectaculares desde los diferentes miradores de la ciudad. Las montañas nevadas al fondo creaban un contraste sobrecogedor con el azul intenso del lago, ofreciendo oportunidades fotográficas que serían imposibles en otras épocas del año. Además, visitar la ciudad en temporada baja nos permitió disfrutar de sus tesoros con una tranquilidad especial: los monumentos y las calles históricas se podían recorrer sin prisas ni aglomeraciones, y aunque los restaurantes y cafeterías mantenían su ambiente animado, la ausencia de las multitudes del verano nos regaló una experiencia más auténtica y relajada.

Foto de perfir de Juanjo Marcos

Juanjo Marcos

Desarrollador y diseñador web actualmente afincado en Bilbao. Desde que tengo uso de razón viajar es una de mis grandes pasiones, junto a la tecnología, la fotografía y los largos paseos sin rumbo definido.

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