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Día 9. Un 31 de diciembre entre mercados y acueductos

31 diciembre 2024

Día 9. Un 31 de diciembre entre mercados y acueductos

Si hay algo que me gusta de viajar es que cada día puede depararte una sorpresa diferente. Y este último día del año 2024 en Skopje no iba a ser una excepción. Teníamos pendiente visitar el Green Market desde hacía varios días, y qué mejor momento que la mañana de Nochevieja para descubrir uno de los lugares más auténticos de la ciudad.

El Green Market: donde late el corazón de Skopje #

Lo bueno de alojarse en el centro de Skopje es que tienes todo a mano. El Green Market estaba a escasos minutos caminando de nuestro apartamento, y sin embargo, habíamos ido posponiendo la visita día tras día. Quizás fue el destino el que nos llevó a visitarlo precisamente en Nochevieja, porque el ambiente era absolutamente fascinante.

Nada más entrar al mercado, te das cuenta de que estás en un lugar especial. Los pasillos bullían de actividad local, con vendedores pregonando sus productos y compradores locales -y cuando digo locales, me refiero a que éramos prácticamente los únicos turistas en todo el mercado- haciendo sus compras para la celebración de fin de año. Y es que en Macedonia del Norte, la Nochevieja es una fecha doblemente especial, ya que coincide con la visita de Santa Claus. Imagino que esto explicaba parte del trajín que se vivía en el mercado.

Lo más sorprendente del Green Market es su versatilidad. Si bien predominan los puestos de alimentación, con una increíble variedad de frutas frescas, quesos artesanales y huevos que seguro que fueron puestos esa misma mañana, también puedes encontrar secciones dedicadas a ropa y hasta productos electrónicos. Es como un pequeño universo comercial donde los macedonios pueden encontrar prácticamente de todo.

En el Green Market de Skopje puedes encontrar casi casi de todo En el Green Market de Skopje puedes encontrar casi casi de todo En el Green Market de Skopje puedes encontrar casi casi de todo En el Green Market de Skopje puedes encontrar casi casi de todo
En el Green Market de Skopje puedes encontrar casi casi de todo

La búsqueda del acueducto: cuando los planes no salen como esperas #

Tras la visita al mercado, decidimos embarcarnos en lo que, sobre el papel, parecía una excursión sencilla: visitar el acueducto de Skopje. Era uno de los lugares que más ilusión me hacía conocer en la ciudad, así que abrimos Google Maps y nos dirigimos a la parada de autobús más cercana.

Y aquí comenzó nuestra odisea. A pesar de que Google Maps nos mostraba varias opciones de autobús que supuestamente nos dejarían a unos 20 o 30 minutos a pie del monumento, la realidad fue muy diferente. Pasamos más de 40 minutos en la parada, viendo pasar autobuses que no eran los que necesitábamos. Incluso intentamos usar la aplicación local Skopje Bus, pero sin éxito.

Lo más frustrante fue intentar pedir ayuda a los locales. Para mi sorpresa, la mayoría de la gente ni siquiera sabía de la existencia del acueducto, y entre la barrera del idioma y su desconocimiento del monumento, nos fue imposible conseguir indicaciones útiles.

Un desvío inesperado por el City Park #

Después de darnos por vencidos con los autobuses, decidimos no dejar que este contratiempo arruinara nuestro último día del año. ¿El plan B? Un paseo por el City Park de Skopje.

El parque puede que no sea el más espectacular que he visitado, pero tiene su encanto, especialmente en invierno. En la zona norte, nos encontramos con varios lagos parcialmente congelados, donde algunos niños se divertían lanzando piedras al hielo. Me resultó fascinante ver cómo la superficie helada resistía los impactos sin quebrarse, testimonio del frío intenso que estaba haciendo.

No es el parque urbano más bonito, pero el City Park de Skopje bien merece una visita No es el parque urbano más bonito, pero el City Park de Skopje bien merece una visita No es el parque urbano más bonito, pero el City Park de Skopje bien merece una visita No es el parque urbano más bonito, pero el City Park de Skopje bien merece una visita No es el parque urbano más bonito, pero el City Park de Skopje bien merece una visita No es el parque urbano más bonito, pero el City Park de Skopje bien merece una visita
No es el parque urbano más bonito, pero el City Park de Skopje bien merece una visita

Cuando el destino te da una segunda oportunidad #

Mientras deambulábamos sin rumbo fijo por el parque, llegamos hasta el río Vardar. Por curiosidad, abrí Google Maps para ubicarnos y fue entonces cuando descubrí algo sorprendente: el acueducto estaba relativamente cerca de nuestra posición. Al menos en línea recta, porque encontrar el camino sería otra historia completamente diferente.

En ese momento, tomamos una decisión algo temeraria: intentar llegar a pie. La primera dificultad fue encontrar un puente para cruzar el río, que escaseaban en esa zona. Una vez al otro lado, nos adentramos en un territorio claramente no pensado para peatones.

Optamos por atravesar una especie de polígono industrial para evitar las vías principales, aunque al final tuvimos que caminar unos diez minutos por el arcén de una carretera muy transitada. No fue agradable, pero finalmente pudimos desviarnos por unas pistas sin asfaltar que nos conducirían hasta nuestro objetivo.

El trayecto desde el parque nos llevó unos 45 minutos, y aunque fue incómodo y en ocasiones hasta peligroso por la falta de espacios para peatones, la recompensa mereció cada paso.

El enigmático acueducto de Skopje #

Cuando finalmente llegamos al acueducto, todas las dificultades del camino se desvanecieron. La estructura es verdaderamente impresionante: más de 380 metros de longitud con 55 arcos que se alzan majestuosos, construidos en una fascinante combinación de piedra y ladrillo. Es el único acueducto antiguo que se conserva en Macedonia del Norte y uno de los tres mejor preservados de toda la antigua Yugoslavia.

Lo más intrigante de este monumento es el misterio que rodea su origen. Existen tres teorías principales sobre su construcción, cada una vinculada a un imperio diferente. Podría ser obra de los romanos en el siglo I, destinado a abastecer de agua al asentamiento legionario de Scupi. O quizás fue construido durante el Imperio Bizantino, bajo el reinado del emperador Justiniano I (527-565), para suministrar agua a la nueva ciudad de Justiniana Prima. La tercera teoría lo sitúa en el siglo XVI, durante el Imperio Otomano, cuando se construyó para abastecer los numerosos hamams (baños turcos) de la ciudad.

Se cree que el acueducto tomaba agua del manantial de Lavovec, en la montaña Skopska Crna Gora, a unos 9 kilómetros al noroeste de Skopje, para transportarla hasta el centro de la ciudad. Estuvo en uso hasta el siglo XVIII y, curiosamente, sobrevivió al devastador terremoto de 1963, aunque requirió algunas reparaciones.

A pesar de su estado de abandono el acueducto de Skopje es espectacular, un trozo de historia viva que se merecería mucho más reconocimiento A pesar de su estado de abandono el acueducto de Skopje es espectacular, un trozo de historia viva que se merecería mucho más reconocimiento A pesar de su estado de abandono el acueducto de Skopje es espectacular, un trozo de historia viva que se merecería mucho más reconocimiento A pesar de su estado de abandono el acueducto de Skopje es espectacular, un trozo de historia viva que se merecería mucho más reconocimiento A pesar de su estado de abandono el acueducto de Skopje es espectacular, un trozo de historia viva que se merecería mucho más reconocimiento
A pesar de su estado de abandono el acueducto de Skopje es espectacular, un trozo de historia viva que se merecería mucho más reconocimiento

El regreso accidentado: cuando todo se complica #

Para cuando llegamos al centro comercial Point Retail Park, ya había anochecido. El lugar estaba repleto de gente haciendo sus últimas compras del año, y decidimos unirnos a ellos curioseando por las diferentes tiendas. Sin embargo, el cansancio y el hambre empezaban a hacer mella, así que comenzamos a plantearnos el regreso al centro de la ciudad.

Ingenuamente, pensamos que desde una zona tan concurrida sería fácil encontrar transporte público o un taxi. Pero Skopje tenía otros planes para nosotros. Google Maps nos llevó a una parada de autobús que resultó ser errónea. No nos desanimamos y, siguiendo las indicaciones de la app Skopje Bus, encontramos otra parada donde varias personas esperaban. Sin embargo, después de una larga espera sin ver pasar ningún autobús, decidimos cambiar de estrategia.

Localizamos tres taxis estacionados cerca de la parada, pero estaban completamente vacíos y no había rastro de sus conductores. Como última alternativa, intenté probar suerte con BeeRide (ya que Uber no opera en Skopje), pero la aplicación solo mostraba el desalentador mensaje de que todos los conductores estaban ocupados.

Con la hora de la cena de Nochevieja acercándose peligrosamente y sin ninguna garantía de que fuera a pasar algún autobús, tomamos una decisión drástica: ignorar el hambre y el cansancio acumulado e iniciar el regreso a pie hasta el centro. Una caminata de aproximadamente una hora que, aunque no era lo que teníamos planeado, nos permitió reflexionar sobre todas las aventuras del día.

Una Nochevieja sorprendente en la Plaza Macedonia #

Después de llegar por fin a nuestro apartamento, nos tomamos un merecido descanso y cenamos con calma, preparándonos para la celebración de Nochevieja en el centro de la ciudad. Sobre las 22:30, renovados y con energías renovadas, nos dirigimos hacia la Plaza Macedonia.

El ambiente que encontramos era verdaderamente festivo. Un concierto en directo animaba la plaza, que estaba bastante concurrida. Me sorprendió gratamente ver que todos los puestos del mercado navideño seguían abiertos y funcionando a pleno rendimiento, añadiendo un toque mágico a la última noche del año. Para combatir el frío que empezaba a calar hondo, nos hicimos con unos chocolates calientes y fuimos buscando una buena posición frente al escenario donde se desarrollaba el concierto.

Conforme se acercaba la medianoche, la expectación iba en aumento. En el escenario apareció una cuenta atrás proyectada en grandes números: diez, nueve, ocho... los últimos segundos del año se desvanecían ante nuestros ojos. Y entonces ocurrió algo que nunca olvidaré: absolutamente nada. El contraste con lo que estamos acostumbrados no podía ser mayor. No hubo gritos de alegría, ni abrazos entre los asistentes, ni siquiera un tímido "¡Feliz Año Nuevo!". El silencio y la falta de reacción del público fue tan desconcertante que incluso nuestro propio abrazo de año nuevo quedó un tanto desdibujado, casi fuera de lugar en medio de aquella extraña atmósfera.

Los únicos indicios de que efectivamente habíamos cambiado de año fueron algunos fuegos artificiales que iluminaron el cielo de Skopje. El concierto continuó como si nada hubiera pasado, pero la gente comenzó a marcharse de forma paulatina. Para nuestra sorpresa, a las 12:30 la plaza había perdido al menos el 80% de su público. Era como si para los locales, el cambio de año fuera simplemente una formalidad que no requería mayor celebración.

Ambiente festivo pero muy poca efusividad en la entrada del año nuevo en Macedonia Ambiente festivo pero muy poca efusividad en la entrada del año nuevo en Macedonia Ambiente festivo pero muy poca efusividad en la entrada del año nuevo en Macedonia Ambiente festivo pero muy poca efusividad en la entrada del año nuevo en Macedonia Ambiente festivo pero muy poca efusividad en la entrada del año nuevo en Macedonia Ambiente festivo pero muy poca efusividad en la entrada del año nuevo en Macedonia
Ambiente festivo pero muy poca efusividad en la entrada del año nuevo en Macedonia

Decidimos dar un último paseo por las calles del centro antes de volver a nuestro apartamento. Mientras caminábamos, no podíamos evitar comentar lo peculiar de esta celebración. Tan diferente a las efusivas fiestas de Nochevieja a las que estamos acostumbrados, pero precisamente por eso, una experiencia única que nos permitió experimentar de primera mano cómo diferentes culturas viven y celebran los mismos acontecimientos de formas tan distintas.

Foto de perfir de Juanjo Marcos

Juanjo Marcos

Desarrollador y diseñador web actualmente afincado en Bilbao. Desde que tengo uso de razón viajar es una de mis grandes pasiones, junto a la tecnología, la fotografía y los largos paseos sin rumbo definido.

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