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Día 4. Cuando la lluvia obliga a cambiar de planes

23 octubre 2010

Día 4. Cuando la lluvia obliga a cambiar de planes

Hay días que se planifican al detalle y otros que la naturaleza decide planificar por ti. El sábado 23 es uno de esos en los que la naturaleza toma la palabra.

La lluvia que cambió el día #

Llovió. Pero no una lluvia ligera o ese típico rocío persistente que invita a un paseo con paraguas. No. De esas lluvias torrenciales que te hacen replantearte seriamente si vale la pena salir del hotel. Una de esas cortinas de agua que caen del cielo como si los dioses hubiesen decidido vaciar todos los embalses celestiales sobre Shanghai.

Desde la ventana del hotel, la ciudad había desaparecido prácticamente tras un muro gris de agua. Los rascacielos se difuminaban como fantasmas y las calles se habían convertido en ríos improvisados. Estaba claro que hacía falta buscar planes a cubierto urgentemente.

El Museo de la Ciencia y la Tecnología: un refugio extraordinario #

La respuesta fue evidente: el Museo de la Ciencia y la Tecnología de Shanghai. Y qué acierto resultó ser.

Este museo, inaugurado en 2001, es realmente enorme con sus 98,000 metros cuadrados de espacio total y 65,500 metros cuadrados dedicados a exposiciones. Te permite estar un día completo disfrutando de sus instalaciones sin problema. El edificio en sí mismo es impresionante: construido en forma de espiral ascendente que simboliza el progreso científico, con una enorme esfera de cristal en su centro que representa el surgimiento de la vida desde el agua.

Recorrí múltiples secciones que parecían mundos diferentes:

También disponía de varios teatros IMAX y 4D, aunque opté por centrarme en las exhibiciones interactivas. Cada sala tenía mini espectáculos y demostraciones que mantenían el interés durante horas.

La lluvia, lejos de ser un inconveniente, se había convertido en la excusa perfecta para sumergirme completamente en este universo científico.

El Museo de la Ciencia y la Tecnología de Shanghai El Museo de la Ciencia y la Tecnología de Shanghai El Museo de la Ciencia y la Tecnología de Shanghai El Museo de la Ciencia y la Tecnología de Shanghai El Museo de la Ciencia y la Tecnología de Shanghai El Museo de la Ciencia y la Tecnología de Shanghai
El Museo de la Ciencia y la Tecnología de Shanghai

El descubrimiento subterráneo: A.P. Xinyang Market #

A la salida del museo seguía lloviendo intensamente, y fue entonces cuando encontré refugio en lo que parecía ser un pequeño mercado junto al metro: el A.P. Xinyang Market, el famoso mercado de imitaciones de Pudong.

Lo que pensaba que eran unos pocos puestos resultó ser una auténtica ciudad subterránea. Una red enorme de calles subterráneas con absolutamente todo lo que te puedas imaginar: ropa, calzado, tecnología, complementos, souvenirs... Y la característica común de casi todo: imitaciones de marcas famosas.

Era como Alice cayendo por la madriguera del conejo, pero en versión comercial shanghaína. Pasillos que se bifurcaban en más pasillos, escaleras que bajaban a niveles aún más profundos, vendedores que me saludaban desde todos los ángulos.

El arte del regateo chino #

Aquí aprendí una de las lecciones más importantes del viaje: el arte del regateo sin miedo. Los precios iniciales eran claramente inflados para turistas. Bajar el precio a la mitad de lo que te piden es fácil. Bajarlo a un tercio del precio inicial es perfectamente factible. A partir de ahí, cada uno desarrolla sus propias técnicas y descubre cuál es su nivel de paciencia.

Eso sí, siempre con una sonrisa y sin enfados. Los vendedores son tremendamente amables, aunque también muy insistentes. Te siguen por el puesto mostrándote diferentes productos, ajustando precios sobre la marcha, creando esa danza comercial que es típica de los mercados asiáticos.

Compras y lecciones aprendidas #

También descubrí que había ropa de muy buena calidad, más allá de que fuesen o no imitaciones. Los materiales eran sorprendentemente buenos en muchos casos, y la confección estaba bien hecha.

Eso sí, mi recomendación tras la experiencia: no comprar tecnología en estos mercados. Cometí el error de comprar una tablet, atraído por el precio (unos 50€ al cambio), pero su rendimiento resultó lamentable. También es cierto que por ese precio tampoco se podía pedir mucho, pero fue una lección sobre las limitaciones de las imitaciones tecnológicas.

Un día que terminó siendo perfecto #

La lluvia torrencial que había amenazado con arruinar mi día terminó siendo la responsable de una de las experiencias más enriquecedoras del viaje. El Museo de la Ciencia me había permitido descubrir la Shanghai más innovadora y futurista, mientras que el mercado subterráneo me había mostrado la cara más comercial y auténtica de la vida cotidiana china.

Dos mundos aparentemente opuestos pero que representaban perfectamente la dualidad de Shanghai: la ambición tecnológica del futuro y la realidad comercial del presente, conviviendo bajo el mismo cielo lluvioso.

Al final del día, cansado pero satisfecho, regresé al hotel con la sensación de haber aprovechado cada minuto a pesar (o gracias a) la lluvia. Mañana el tiempo prometía mejorar, y tenía planes muy especiales.

Foto de perfir de Juanjo Marcos

Juanjo Marcos

Desarrollador y diseñador web actualmente afincado en Bilbao. Desde que tengo uso de razón viajar es una de mis grandes pasiones, junto a la tecnología, la fotografía y los largos paseos sin rumbo definido.

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