En el número 12 de la Gran Vía de Don Diego López de Haro, una de las arterias principales de Bilbao, se alza majestuoso el Edificio BBVA. Este imponente inmueble no es solo la sede operativa del Banco Bilbao Vizcaya Argentaria en Euskadi, sino también un auténtico icono arquitectónico que ha sido testigo de la evolución de la ciudad durante más de un siglo.
Construido en los albores del siglo XX, el Edificio BBVA representa la quintaesencia de la arquitectura bancaria de la época, combinando elegancia clasicista con la solidez y confianza que una institución financiera busca transmitir. Su presencia en el skyline bilbaíno es inconfundible, siendo un punto de referencia tanto para los locales como para los visitantes de la capital vizcaína.
Historia y evolución del edificio #
La historia del Edificio BBVA se remonta a 1912, cuando el arquitecto Pedro Guimón Eguiguren proyectó esta obra maestra para albergar la sede del entonces Banco de Bilbao. La construcción se completó en 1923, marcando el inicio de una nueva era para la entidad bancaria y para la propia ciudad.
A lo largo de las décadas, el edificio ha experimentado diversas ampliaciones y reformas para adaptarse a las cambiantes necesidades del banco y de la sociedad. En 1942, bajo la dirección de Ricardo Bastida Bilbao y Ramón Azpiazu Tolosana, se llevaron a cabo importantes obras de reforma y ampliación. Apenas cuatro años después, en 1946, el edificio creció nuevamente, esta vez absorbiendo los solares de la calle Ledesma 11 y 13, un proyecto ejecutado por Ricardo Bastida Bilbao y Pedro Ispizua Susunaga.
La expansión continuó en 1953, cuando se incorporó el solar adyacente de la calle Gran Vía 14, nuevamente bajo la batuta de Ricardo Bastida Bilbao. La última gran modificación tuvo lugar en 1974, cuando Francisco Hurtado de Saracho Epalza dirigió la elevación de una planta adicional y la cubrición del patio interior, dando al edificio su configuración actual.
Arquitectura y diseño #
El Edificio BBVA es un ejemplar sobresaliente de la arquitectura clasicista de principios del siglo XX. Su fachada, que se extiende a lo largo de tres calles (Gran Vía, Alameda de Mazarredo y Ledesma), es una sinfonía de piedra y cristal que impresiona por su escala y detalle.
Lo que más llama la atención es sin duda su imponente columnata de orden gigante corintio. Estas majestuosas columnas se elevan sobre un alto zócalo y están coronadas por un ancho entablamento, creando un efecto de grandeza y solidez. En el friso del entablamento se abren una serie de ventanas que aportan luz natural al interior y rompen la monotonía de la piedra.
Un elemento arquitectónico particularmente notable es el chaflán entre la Gran Vía y la Alameda de Mazarredo. Aquí se encuentra el acceso principal, al que se llega a través de una elegante escalinata. El edificio está rematado por un templete que alberga una escultura en bronce del dios Mercurio, obra del reconocido escultor Moisés de Huerta, añadida en 1922. Esta figura mitológica, asociada al comercio, es un guiño sutil pero significativo a la función financiera del edificio.
El corazón del edificio #
Si el exterior del Edificio BBVA impresiona, su interior no se queda atrás. El corazón del inmueble es un amplio patio de operaciones de doble altura, elevado sobre la cota exterior. Este espacio, diseñado para impresionar a clientes y visitantes, destaca por su rica ornamentación y el uso de materiales nobles.
Los detalles arquitectónicos del interior reflejan la importancia y el prestigio de la institución bancaria. Mármoles, maderas nobles y metales preciosos se combinan para crear un ambiente de lujo y solidez. La luz natural, que se filtra a través de los grandes ventanales y lucernarios, juega un papel fundamental en la creación de una atmósfera acogedora y a la vez imponente.
El resto de las plantas están ocupadas por oficinas, donde la funcionalidad se combina con la elegancia para crear espacios de trabajo eficientes y agradables. La distribución y el diseño de estas áreas han ido evolucionando con el tiempo para adaptarse a las cambiantes necesidades de la banca moderna.
Un edificio en constante evolución #
A pesar de su apariencia clásica e inmutable, el Edificio BBVA ha demostrado ser un organismo vivo, capaz de adaptarse a los tiempos sin perder su esencia. En 2009, el inmueble fue sometido a una rehabilitación integral que no solo modernizó sus instalaciones, sino que también le valió la certificación 'Breeam' de sostenibilidad.
Esta renovación es un claro ejemplo de cómo un edificio histórico puede adaptarse a las exigencias del siglo XXI sin perder su carácter. La implementación de sistemas de eficiencia energética, la mejora de la accesibilidad y la actualización de las instalaciones tecnológicas han permitido que el Edificio BBVA siga siendo tan relevante hoy como lo era hace un siglo.
Actualmente, con sus más de 22.000 metros cuadrados distribuidos en siete plantas, planta baja y dos sótanos, el edificio alberga la mayor oficina comercial del BBVA en toda España. Con un volumen de negocio de 5.400 millones de euros y servicio a más de 23.000 clientes, este inmueble sigue siendo un centro neurálgico de la actividad financiera en Bilbao y en todo el País Vasco.
El futuro del Edificio BBVA #
En los últimos años, el Edificio BBVA ha sido objeto de interesantes operaciones inmobiliarias que reflejan su valor no solo arquitectónico, sino también económico. En 2009, BBVA vendió el inmueble junto con otras propiedades a un fondo de Deutsche Bank. Posteriormente, en 2010, fue adquirido por la Mutualidad de la Abogacía por 100 millones de euros. La última transacción tuvo lugar en 2022, cuando la firma de gestión de activos Argis lo compró por cerca de 150 millones de euros.
A pesar de estos cambios de propiedad, BBVA mantiene un contrato de arrendamiento a largo plazo que asegura su presencia en el edificio al menos hasta 2030, con opciones de prórroga hasta 2045. Esta situación garantiza que, por muchos años más, el Edificio BBVA seguirá siendo un punto de referencia en la vida económica y social de Bilbao.
En conclusión, el Edificio BBVA no es solo un hito arquitectónico en Bilbao, sino también un símbolo de la evolución económica y urbana de la ciudad. Su presencia imponente en la Gran Vía bilbaína sigue siendo un testimonio del esplendor de la arquitectura bancaria de principios del siglo XX y un punto de referencia indiscutible en el paisaje urbano de la capital vizcaína. A medida que Bilbao continúa transformándose y modernizándose, el Edificio BBVA permanece como un ancla con el pasado y un puente hacia el futuro, recordándonos la rica historia financiera de la ciudad y su continua relevancia en el panorama económico español.
Juanjo Marcos
Desarrollador y diseñador web actualmente afincado en Bilbao. Desde que tengo uso de razón viajar es una de mis grandes pasiones, junto a la tecnología, la fotografía y los largos paseos sin rumbo definido.
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