Islandia siempre tiene la capacidad de sorprenderte. Cuando crees haber visto lo más impresionante de su naturaleza, aparece ante ti un nuevo paisaje que te deja boquiabierto.
Así fue nuestro sexto día de viaje por esta tierra de hielo y fuego, un recorrido que nos llevó desde las poderosas cascadas del norte hasta el encantador puerto de Húsavík.
Las imponentes cascadas: Dettifoss y Selfoss #
La mañana comenzó con uno de los espectáculos naturales más impresionantes de Europa: Dettifoss. Esta cascada ostenta el título de ser la más caudalosa del continente, y cuando estás frente a ella, entiendes perfectamente por qué. El rugido del agua es algo que ninguna fotografía puede transmitir; es una experiencia sensorial completa que te envuelve.
El agua llega bastante revuelta y puede dar una impresión de cierta "suciedad", pero esto no hace más que evidenciar la fuerza con la que cae. La potencia de Dettifoss es tal que puedes sentir cómo vibra el suelo bajo tus pies. Es uno de esos lugares donde la naturaleza te hace sentir pequeño, recordándote su inconmensurable poder.





A poca distancia se encuentra Selfoss, que contrasta con su hermana mayor por su carácter más sereno. Si Dettifoss impresiona por su caudal, Selfoss lo hace por su amplitud. Es una cascada más tranquila, pero visualmente espectacular, con sus aguas desplegándose en un frente mucho más ancho.
Para llegar a ambas cascadas hay que desviarse de la Ring Road y tomar una carretera nacional. Es importante señalar que existen dos accesos, uno a cada lado de la garganta. La recomendación es tomar la carretera 862, no la 864. El área está bien señalizada y cuenta con un amplio aparcamiento. Como están muy próximas entre sí, es posible visitarlas en una misma parada, aunque hay que estar atento para no confundirlas.



El desafiante camino hacia Vesturdalur #
Después de las cascadas, nuestro siguiente destino era Vesturdalur, y aquí es donde comenzó la aventura dentro de la aventura. Habíamos leído que la ruta directa era solo apta para vehículos 4x4, pero volver a la Ring Road para tomar una alternativa suponía un desvío de unos 80 kilómetros adicionales.
Como no vimos señales explícitas que prohibieran el paso a coches normales, decidimos arriesgarnos con nuestro vehículo convencional. La decisión fue acertada en cuanto a que sí pudimos completar el trayecto, pero no sin dificultades. Lo que en un mapa parece un corto recorrido de poco más de 20 kilómetros, se convirtió en una travesía de cerca de una hora por lo que solo puede describirse como "un camino de cabras".
Para quienes planeen hacer esta ruta, es posible realizarla con un coche normal, pero hay que tener paciencia y conducir con extrema precaución. Al menos en 2013, cuando realicé este viaje, la carretera estaba en condiciones bastante precarias.
Las formaciones rocosas de Hljóðaklettar #
Ya en Vesturdalur, uno de los primeros puntos que visitamos fue Hljóðaklettar, una zona repleta de formaciones rocosas de gran tamaño, muchas de las cuales, con un poco de imaginación, recuerdan a figuras de animales.
Debo admitir que, en mi caso, el estrés acumulado por la conducción en el camino anterior me impidió disfrutar plenamente de este lugar. Sin embargo, a pesar de mi estado de ánimo, es innegable que se trata de un paraje de singular belleza. Las rocas, esculpidas por el viento y el agua durante milenios, crean un paisaje casi alienígena que merece ser contemplado con calma.






Los rojos montículos de Rauðhólar #
Continuando nuestra exploración de Vesturdalur, llegamos a Rauðhólar, una zona caracterizada por sus distintivos montículos de piedra roja que contrastan fuertemente con el resto del entorno. Este cambio en la paleta de colores del paisaje es una muestra más de la diversidad geológica de Islandia.
Desde este punto, las vistas panorámicas son excepcionales. La combinación de las tonalidades rojizas de estas elevaciones con los verdes y grises del resto del paisaje crea un efecto visual que difícilmente se puede olvidar.




El majestuoso cañón de Ásbyrgi #
La siguiente parada fue el cañón de Ásbyrgi, una formación geológica con forma de herradura que, según la mitología nórdica, fue creada por Sleipnir, el caballo de ocho patas de Odín, cuando una de sus pezuñas tocó tierra.
Este cañón ofrece la posibilidad de ser recorrido tanto por su parte inferior como por la superior. Personalmente, recomiendo hacer ambos recorridos si el tiempo lo permite. Desde la parte alta, las vistas son realmente impresionantes, permitiéndote apreciar la magnitud de esta formación y el frondoso bosque que crece en su interior.




El fiordo de Öxarfjörður #
En nuestro camino hacia Húsavík, pasamos por Öxarfjörður, uno de los fiordos del norte de Islandia. Aunque es cierto que no tiene la misma espectacularidad que los fiordos del este del país, sigue siendo un lugar que merece una parada si queda en tu ruta.
Si tienes que desviarte específicamente para visitarlo, quizás no compense el tiempo invertido, pero si coincide con tu itinerario hacia Húsavík, vale la pena detenerse a contemplar este accidente geográfico y su particular belleza.


El encantador puerto de Húsavík #
Al final del día, llegamos a Húsavík, considerado uno de los pueblos más bonitos de Islandia, un país que, hay que reconocerlo, no destaca precisamente por sus núcleos urbanos sino por sus paisajes naturales.
Húsavík es famoso por ser uno de los mejores lugares del mundo para el avistamiento de ballenas. Desafortunadamente, cuando llegamos ya había salido la última excursión del día, y esperar a la mañana siguiente habría significado perder buena parte de nuestra jornada siguiente. Es una actividad que quedó pendiente y que, sin duda, recomendaría incluir en la planificación con antelación.
También había leído sobre un peculiar museo del pene que supuestamente se encontraba aquí, pero al parecer había cerrado. En cambio, tuvimos la fortuna de recibir una excelente recomendación gastronómica por parte del personal de nuestro alojamiento: el restaurante Naustið, situado junto al puerto.
Lo que hace especial a este establecimiento es que no tiene una carta fija, sino que sirve el pescado fresco que han capturado ese mismo día. Tuvimos la oportunidad de degustar platos exquisitos, elaborados con ingredientes de máxima frescura y a precios muy razonables. Definitivamente, una experiencia culinaria que complementa perfectamente un día lleno de aventuras.




Descansando en Húsavík Guesthouse #
Para pasar la noche, nos alojamos en Húsavík Guesthouse, ubicado en Laugarbrekka 16. Este acogedor establecimiento nos proporcionó el descanso necesario después de un intenso día de exploración. La ubicación es ideal, ya que permite acceder fácilmente a los principales atractivos del pueblo.
Este sexto día en Islandia fue una perfecta combinación de naturaleza en estado puro y un pequeño bocado de la vida en los asentamientos costeros del país. Desde la imponente fuerza de Dettifoss hasta la tranquilidad del puerto de Húsavík, cada momento nos ofreció una faceta diferente de esta tierra fascinante.

Juanjo Marcos
Desarrollador y diseñador web actualmente afincado en Bilbao. Desde que tengo uso de razón viajar es una de mis grandes pasiones, junto a la tecnología, la fotografía y los largos paseos sin rumbo definido.
Descubre Bilbao
Bienvenido a mi Bilbao, una ciudad que reinventa su pasado industrial en un presente lleno de arte, sabor y sorpresas. Aquí encontrarás rutas, paseos y eventos tanto de Bilbao como de sus alrededores