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Día 3. Entre la modernidad de Tel Aviv y el encanto de Jaffa

21 enero 2020

Día 3. Entre la modernidad de Tel Aviv y el encanto de Jaffa

Amanecí temprano en mi Airbnb de Tel Aviv, descansado tras haberme acostado a una hora prudente la noche anterior. Mi cuerpo agradecía haber recuperado fuerzas después de la intensa jornada del día anterior, con las visitas a Acre y Haifa bajo la persistente lluvia. Este martes 21 de enero tocaba explorar Tel Aviv, una ciudad que se presenta como el rostro más moderno y cosmopolita de Israel, en contraste con la solemnidad histórica de Jerusalén.

Jaffa: donde miles de años de historia abrazan el Mediterráneo #

Decidí comenzar mi recorrido por el extremo sur de la ciudad, en el barrio de Jaffa, el corazón histórico de Tel Aviv y uno de los puertos más antiguos del mundo. La lluvia, aunque menos intensa que el día anterior, seguía presente con una llovizna suave que acompañaría gran parte de mi recorrido.

Jaffa (Yafo en hebreo) es una joya histórica cuyo origen se remonta a la Edad de Bronce, hace más de 4.000 años. Mencionada en textos bíblicos y egipcios antiguos, ha sido puerto estratégico para fenicios, romanos, bizantinos, árabes, cruzados, mamelucos, otomanos y británicos. Según la mitología griega, fue aquí donde Perseo rescató a Andrómeda; según la tradición cristiana, aquí desembarcó San Pedro antes de comenzar su misión evangelizadora; y según la tradición judía, fue por este puerto por donde llegó la madera del Líbano para construir el Templo de Salomón.

Me adentré en la ciudad vieja de Jaffa, un laberinto de callejuelas empedradas y edificios de piedra caliza de tonos dorados y ocres. Este barrio, exquisitamente restaurado, ha pasado de ser una zona degradada a convertirse en un enclave bohemio y artístico, repleto de galerías, tiendas de artesanía, cafés y restaurantes. Las callejuelas llevan nombres de signos del zodiaco, añadiendo un elemento místico al paseo.

La plaza Kedumim, corazón de la ciudad vieja, se abre entre edificios históricos y alberga el Centro de Visitantes de Jaffa, donde se exhiben restos arqueológicos que testimonian miles de años de historia. Muy cerca se encuentra la Iglesia de San Pedro, un edificio franciscano del siglo XIX construido sobre restos de una fortaleza cruzada, que destaca por su torre campanario visible desde gran parte de la ciudad.

Ciudad vieja de Jaffa Ciudad vieja de Jaffa Ciudad vieja de Jaffa Ciudad vieja de Jaffa Ciudad vieja de Jaffa Ciudad vieja de Jaffa Ciudad vieja de Jaffa Ciudad vieja de Jaffa
Ciudad vieja de Jaffa

Uno de los puntos más encantadores de Jaffa es sin duda el puerto antiguo. Abandonado durante décadas tras la creación del moderno puerto de Tel Aviv, ha sido recuperado como zona de ocio, con restaurantes de pescado y mariscos que se extienden a lo largo del paseo marítimo. A pesar de la lluvia, no pude resistirme a contemplar las pequeñas embarcaciones pesqueras meciéndose suavemente en las aguas del Mediterráneo, una estampa que ha permanecido casi inalterable durante milenios.

El Parque HaPisga (Colina de la Cumbre) me ofreció las mejores vistas panorámicas. Desde este punto elevado, dominado por el imponente arco napoleónico, se despliega ante los ojos el impresionante skyline de Tel Aviv: una sucesión de rascacielos y edificios modernos que contrasta radicalmente con las casas bajas de piedra de Jaffa. Dos mundos y dos épocas que conviven separados apenas por unos centenares de metros.

La ciudad vieja de Jaffa me pareció sencillamente increíble, un testimonio vivo de cómo un enclave histórico puede reinventarse sin perder su alma. La lluvia, que por momentos arreciaba, no lograba empañar la belleza del lugar, aunque sí me obligaba a buscar refugio ocasional en alguno de los numerosos cafés que salpican sus calles.

El impresionante skyline de Tel Aviv desde la ciudad vieja de Jaffa El impresionante skyline de Tel Aviv desde la ciudad vieja de Jaffa
El impresionante skyline de Tel Aviv desde la ciudad vieja de Jaffa

De Jaffa a Tel Aviv: un viaje en el tiempo junto al mar #

Desde Jaffa me dirigí hacia el norte siguiendo el paseo marítimo, observando cómo la arquitectura iba transformándose gradualmente. El contraste entre el antiguo puerto de Jaffa y el moderno Tel Aviv resulta fascinante, un viaje en el tiempo que se realiza simplemente caminando unos kilómetros.

Mi siguiente parada fue el pintoresco barrio de Neve Tzedek, considerado el primer barrio judío construido fuera de las murallas de Jaffa, en 1887, antes incluso de la fundación oficial de Tel Aviv. Sus estrechas callejuelas están flanqueadas por casas bajas restauradas con mimo, boutiques de diseño, cafés con encanto y pequeñas galerías de arte.

Zona del antiguo puerto de la ciudad vieja de Jaffa Zona del antiguo puerto de la ciudad vieja de Jaffa Zona del antiguo puerto de la ciudad vieja de Jaffa Zona del antiguo puerto de la ciudad vieja de Jaffa
Zona del antiguo puerto de la ciudad vieja de Jaffa

La calle Shabazi, arteria principal del barrio, despliega todo su encanto a pesar de la lluvia, que iba haciéndose cada vez más intensa. Tuve que refugiarme en varias tiendas y cafeterías mientras exploraba esta zona, lo que me dio la oportunidad de descubrir detalles que quizás habría pasado por alto en un recorrido más apresurado.

A medida que avanzaba hacia el norte, me encontré con el Carmel Market (Shuk HaCarmel), el mercado más grande y popular de Tel Aviv. Un festival de colores, olores y sabores que ni la lluvia conseguía apagar. Los puestos rebosaban de frutas exóticas, especias aromáticas, frutos secos, dulces tradicionales y todo tipo de productos frescos. Los vendedores pregonaban sus mercancías en una mezcla de hebreo y árabe, creando esa atmósfera bulliciosa tan característica de los mercados mediterráneos.

La lluvia se intensificaba por momentos, así que decidí buscar refugio en el Dizengoff Center, uno de los centros comerciales más antiguos de Israel, inaugurado en 1977. Este laberíntico edificio, con su peculiar diseño que a veces desconcierta incluso a los locales, me ofreció un respiro bienvenido del aguacero exterior. Aproveché para almorzar en su zona de restauración, donde probé un shawarma preparado al momento, acompañado de hummus cremoso y una ensalada de verduras frescas.

Carmel Market (Shuk HaCarmel) Carmel Market (Shuk HaCarmel) Carmel Market (Shuk HaCarmel) Carmel Market (Shuk HaCarmel)
Carmel Market (Shuk HaCarmel)

Tel Aviv moderna: arquitectura, playas y contrastes #

Cuando la lluvia amainó un poco, continué mi exploración por la Tel Aviv más moderna. A diferencia de muchas ciudades históricas, que deben su encanto a edificios de siglos pasados, Tel Aviv fascina precisamente por lo contrario: por ser una ciudad joven que ha sabido crear su propia identidad arquitectónica en apenas un siglo de existencia.

Recorrí algunas calles del llamado "Tel Aviv Blanco", un conjunto de más de 4.000 edificios de estilo Bauhaus o Movimiento Moderno, construidos en los años 30 y 40 por arquitectos judíos formados en Europa que huían del nazismo. Esta concentración única de edificios racionalistas, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, confiere a Tel Aviv un aspecto distintivo, con sus fachadas blancas o en tonos claros, sus formas geométricas puras y sus característicos balcones redondeados.

Buscando refugio de la lluvia en el Dizengoff Center Buscando refugio de la lluvia en el Dizengoff Center
Buscando refugio de la lluvia en el Dizengoff Center

La avenida Rothschild, con sus elegantes edificios, sus terrazas animadas y su bulevar central sombreado por ficus centenarios, es quizás el mejor ejemplo de esta arquitectura. En ella se encuentra la Independence Hall, un modesto edificio donde David Ben-Gurion proclamó la independencia del Estado de Israel en 1948.

Mi camino me llevó finalmente hasta la zona de la Marina de Tel Aviv, un área moderna donde los yates de lujo se balanceaban suavemente a pesar del tiempo revuelto. Desde allí, continué por el paseo marítimo hasta Gordon Beach, una de las playas más populares de la ciudad. Aunque evidentemente no era día de baño, la playa ofrecía un espectáculo peculiar con el oleaje embravecido por el temporal y las gaviotas desafiando el viento.

Me entretuve haciendo fotografías del impresionante skyline de Tel Aviv desde la costa, con sus rascacielos reflejándose ocasionalmente en los charcos dejados por la lluvia. La luz del atardecer, filtrándose entre nubes oscuras, confería a la escena un dramatismo especial, creando juegos de luces y sombras que cualquier fotógrafo apreciaría.

Paseando por Tel Aviv Paseando por Tel Aviv Paseando por Tel Aviv Paseando por Tel Aviv
Paseando por Tel Aviv

Atardecer y noche en la ciudad que nunca duerme #

Al caer la noche, la lluvia volvió a intensificarse. Busqué refugio en el centro comercial City Garden, donde aproveché para cenar algo ligero mientras contemplaba a través de los ventanales cómo la ciudad se iba iluminando bajo la lluvia. Tel Aviv, conocida como "la ciudad que nunca duerme", comenzaba su vida nocturna a pesar de la inclemencia meteorológica.

En circunstancias normales, habría aprovechado para explorar algunos de los bares y locales nocturnos por los que la ciudad es famosa, particularmente en zonas como Florentin o la calle Allenby. Sin embargo, la persistente lluvia y la previsión de madrugar al día siguiente para aprovechar mi última jornada en Tel Aviv antes de partir hacia Jerusalén me hicieron optar por regresar a mi alojamiento.

El trayecto de vuelta en autobús, observando la ciudad iluminada tras los cristales empapados por la lluvia, tenía algo de melancólico y cinematográfico a la vez. Tel Aviv, incluso bajo condiciones meteorológicas adversas, desprende una energía especial, una vitalidad contagiosa que la distingue de cualquier otra ciudad de Oriente Medio.

Paseando por Tel Aviv Paseando por Tel Aviv Paseando por Tel Aviv Paseando por Tel Aviv Paseando por Tel Aviv Paseando por Tel Aviv Paseando por Tel Aviv Paseando por Tel Aviv
Paseando por Tel Aviv

Reflexiones sobre una jornada bajo la lluvia #

Una vez en mi Airbnb, repasé mentalmente la jornada. El día había cundido menos de lo esperado, principalmente debido a las pocas horas de luz de enero y a la persistente lluvia que me había obligado a buscar refugio en más ocasiones de las deseadas. Sin embargo, había conseguido captar la esencia dual de Tel Aviv: por un lado, la histórica Jaffa, con sus miles de años de historia y su atmósfera mediterránea tradicional; por otro, la Tel Aviv moderna, vibrante y cosmopolita, con su arquitectura única y su ambiente desenfadado.

Me dormí con la satisfacción de haber descubierto una ciudad fascinante que rompe muchos de los estereotipos que tenemos sobre Oriente Medio. Tel Aviv es moderna, abierta, diversa y sorprendentemente verde para estar en una región semidesértica. Es una ciudad que mira al futuro sin olvidar su pasado, que celebra la vida de forma intensa y que ha sabido crear un espacio único donde conviven tradición e innovación, lo sagrado y lo profano, lo local y lo global.

Al día siguiente me quedaba una última mañana en Tel Aviv antes de poner rumbo a Jerusalén, la ciudad santa. De la metrópoli secular a la ciudad espiritual, un contraste que prometía ser tan fascinante como revelador sobre la compleja realidad israelí.

Foto de perfir de Juanjo Marcos

Juanjo Marcos

Desarrollador y diseñador web actualmente afincado en Bilbao. Desde que tengo uso de razón viajar es una de mis grandes pasiones, junto a la tecnología, la fotografía y los largos paseos sin rumbo definido.

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