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Día 6. Entre las copas de los árboles y el bullicio de Chinatown

19 enero 2018

Día 6. Entre las copas de los árboles y el bullicio de Chinatown

Singapur siempre sorprende por su capacidad para fusionar naturaleza y urbanismo de forma armoniosa. En mi sexto día en la isla, decidí experimentar esta dualidad en primera persona, con una jornada que comenzaría en plena selva tropical y terminaría en el corazón cultural de la ciudad.

La aventura del TreeTop Walk: un paseo entre las nubes #

La mañana empezó temprano, pues quería aprovechar las horas menos calurosas para adentrarme en una de las rutas de senderismo más especiales de Singapur: el famoso TreeTop Walk. Esta pasarela colgante se encuentra en la Reserva Natural de MacRitchie, el pulmón verde más importante de la isla y uno de los últimos reductos de selva tropical primaria que quedan en Singapur.

El TreeTop Walk es una pasarela suspendida a 25 metros de altura que se extiende por unos 250 metros, conectando las dos colinas más altas de la reserva. Lo que hace única esta experiencia es la perspectiva que ofrece: un recorrido a nivel de las copas de los árboles que permite observar la flora y fauna desde un ángulo privilegiado, inaccesible desde el suelo.

Llegué temprano al punto de entrada en Venus Drive, pues había leído que el camino hasta el puente colgante no es precisamente corto. Desde allí, hay que recorrer unos 4,5 kilómetros (aproximadamente una hora y media) hasta llegar a la pasarela. La ruta, perfectamente señalizada, atraviesa diferentes ecosistemas, bordeando en ocasiones el lago artificial de MacRitchie.

Recorrido por la Reserva Natural de MacRitchie hacia el TreeTop Walk Recorrido por la Reserva Natural de MacRitchie hacia el TreeTop Walk Recorrido por la Reserva Natural de MacRitchie hacia el TreeTop Walk Recorrido por la Reserva Natural de MacRitchie hacia el TreeTop Walk Recorrido por la Reserva Natural de MacRitchie hacia el TreeTop Walk Recorrido por la Reserva Natural de MacRitchie hacia el TreeTop Walk
Recorrido por la Reserva Natural de MacRitchie hacia el TreeTop Walk

Durante el trayecto, tuve varios encuentros con la fauna local. Los monos de hocico largo (macaques) son los habitantes más visibles y descarados, siempre atentos a cualquier posibilidad de conseguir comida de los visitantes –aunque alimentarlos está terminantemente prohibido y con buena razón–. También pude avistar ardillas, lagartos monitor y una increíble variedad de mariposas y aves tropicales.

Al llegar finalmente al TreeTop Walk, la vista compensó con creces el esfuerzo. La sensación de caminar a la altura de las copas de árboles centenarios, con el dosel verde extendiéndose hasta donde alcanza la vista, es indescriptible. El puente, de un solo sentido, tiene cierto movimiento que añade emoción a la experiencia, aunque está perfectamente asegurado. Desde allí, pude observar la densidad impresionante de la selva tropical y, con algo de suerte, columbré un tucán de pico anaranjado posado en una rama distante.

Cruzando la pasarela suspendida del TreeTop Walk Cruzando la pasarela suspendida del TreeTop Walk Cruzando la pasarela suspendida del TreeTop Walk Cruzando la pasarela suspendida del TreeTop Walk Cruzando la pasarela suspendida del TreeTop Walk Cruzando la pasarela suspendida del TreeTop Walk
Cruzando la pasarela suspendida del TreeTop Walk

Es importante mencionar que el TreeTop Walk cierra los lunes (excepto festivos) para mantenimiento, y su horario habitual es de 9:00 a 17:00, con último acceso a las 16:45. El acceso es gratuito, otro ejemplo más de cómo Singapur valora y promueve sus espacios verdes.

El recorrido completo, incluyendo la vuelta, me llevó unas cuatro horas, teniendo en cuenta las paradas para fotografías y observación. Recomiendo llevar agua suficiente, protector solar, repelente de insectos y, por supuesto, una cámara para capturar los momentos más especiales.

Recorrido de regreso junto al lago artificial de MacRitchie Recorrido de regreso junto al lago artificial de MacRitchie Recorrido de regreso junto al lago artificial de MacRitchie Recorrido de regreso junto al lago artificial de MacRitchie Recorrido de regreso junto al lago artificial de MacRitchie Recorrido de regreso junto al lago artificial de MacRitchie
Recorrido de regreso junto al lago artificial de MacRitchie

Un remanso de paz en los Jardines Botánicos #

Tras la aventura matutina, me dirigí a otro de los tesoros verdes de Singapur: los Botanic Gardens, declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2015. Este oasis de 82 hectáreas en plena ciudad es uno de los jardines tropicales más prestigiosos del mundo, con una historia que se remonta a 1859.

A diferencia de la selva exuberante y algo salvaje de MacRitchie, los Jardines Botánicos ofrecen una naturaleza cuidadosamente diseñada y mantenida. Comenzaba a recorrer el National Orchid Garden, que alberga la mayor colección de orquídeas del mundo con más de 1.000 especies y 2.000 híbridos, cuando el cielo empezó a oscurecerse de manera alarmante.

Singapore Botanic Gardens Singapore Botanic Gardens Singapore Botanic Gardens Singapore Botanic Gardens Singapore Botanic Gardens Singapore Botanic Gardens
Singapore Botanic Gardens

Según avanzaba la tarde, me vi sorprendido por una de esas lluvias tropicales tan características de Singapur: torrenciales, repentinas y, afortunadamente, de corta duración. Me refugié bajo el techado de una pequeña pérgola junto al Swan Lake, desde donde pude contemplar cómo el agua caía con una intensidad casi violenta, creando una cortina que desdibujaba el paisaje. El sonido era ensordecedor, pero había algo hipnótico en la fuerza de la naturaleza desplegándose ante mis ojos.

Como suele ocurrir en estas latitudes, menos de una hora después el diluvio cesó tan abruptamente como había comenzado. El jardín, recién lavado, brillaba con colores intensificados bajo el sol que volvía a asomar. El aire, purificado por la lluvia, traía consigo los aromas intensos de las flores tropicales. Esta pausa forzosa resultó ser un paréntesis de contemplación que enriqueció inesperadamente mi visita.

A resguardo de la tormenta tropical A resguardo de la tormenta tropical
A resguardo de la tormenta tropical

Del verde al rojo: inmersión en Chinatown #

Con la tarde ya avanzada, decidí cambiar completamente de registro y sumergirme en el bullicio cultural de Chinatown. Este barrio histórico, con sus casas de colores vibrantes y su ambiente festivo, representa otra faceta fundamental de la identidad singapurense.

Mi primer objetivo era puramente práctico: necesitaba cambiar dinero, y el People's Park Complex es conocido por ofrecer los mejores tipos de cambio de la ciudad. Este enorme edificio, inaugurado en 1973, fue uno de los primeros centros comerciales de estilo moderno en Singapur. Su estructura de hormigón, con fachada amarilla y verde, es un clásico ejemplo de la arquitectura brutalista que puede resultar discordante entre los edificios tradicionales, pero que forma parte indiscutible del paisaje urbano de Chinatown.

En la planta baja del complejo se encuentran numerosas casas de cambio que compiten entre sí, lo que se traduce en tipos de cambio muy favorables para los turistas. Tras comparar varias pizarras con las cotizaciones del día, conseguí cambiar mis euros a dólares singapurenses con una comisión mínima.

Completada esta gestión, me dediqué a perderme por las callejuelas abarrotadas de Chinatown, deambulando entre puestos que vendían desde souvenirs típicos hasta hierbas medicinales tradicionales chinas. El barrio estaba especialmente animado, con las luces rojas de las farolas ya encendidas mientras el sol comenzaba a ponerse.

Recorriendo People's Park Complex y las calles de Chinatown Recorriendo People's Park Complex y las calles de Chinatown Recorriendo People's Park Complex y las calles de Chinatown Recorriendo People's Park Complex y las calles de Chinatown Recorriendo People's Park Complex y las calles de Chinatown Recorriendo People's Park Complex y las calles de Chinatown
Recorriendo People's Park Complex y las calles de Chinatown

Festín final en Maxwell Food Centre #

No hay mejor manera de concluir un día en Singapur que con una visita a uno de sus legendarios hawker centres, los centros de comida callejera donde se concentra lo mejor de la gastronomía local a precios asequibles. El Maxwell Food Centre, situado en el borde de Chinatown, es uno de los más renombrados.

Este gran espacio cubierto alberga docenas de puestos de comida, cada uno especializado en uno o pocos platos que han ido perfeccionando durante generaciones. El sistema es sencillo: se elige el puesto, se pide, se paga, y luego se busca un sitio en las mesas compartidas.

Tras dar varias vueltas para absorber todas las posibilidades, me decidí por el popular Hong Xiang Hainanese Chicken Rice del puesto Tian Tian. La regla es básica: cuando no conoces un lugar de comida, déjate guiar por la población local y elije el puesto que tiene la cola más larga de habitantes de la zona. Si ellos están dispuestos a hacer cola en eso puesto y no en otros es señal de que la comida será buena.

Disfrutando una merecida cena en el Maxwell Food Centre Disfrutando una merecida cena en el Maxwell Food Centre Disfrutando una merecida cena en el Maxwell Food Centre Disfrutando una merecida cena en el Maxwell Food Centre
Disfrutando una merecida cena en el Maxwell Food Centre

El final de un día perfecto #

Mientras regresaba al hostel, no pude evitar reflexionar sobre lo perfectamente equilibrado que había resultado este sexto día en Singapur: naturaleza salvaje por la mañana, jardines cultivados al mediodía y inmersión cultural y gastronómica por la tarde y noche. Esta capacidad para ofrecer experiencias tan diversas en un espacio relativamente pequeño es, quizás, el mayor encanto de esta ciudad-estado que no deja de sorprender a cada paso.

Llegué a mi habitación con los pies cansados pero el espíritu renovado, listo para descansar y preparar las aventuras del día siguiente en esta fascinante isla donde tradición y modernidad, naturaleza y urbanismo, Oriente y Occidente, conviven en una armonía que pocos lugares en el mundo logran alcanzar.

Foto de perfir de Juanjo Marcos

Juanjo Marcos

Desarrollador y diseñador web actualmente afincado en Bilbao. Desde que tengo uso de razón viajar es una de mis grandes pasiones, junto a la tecnología, la fotografía y los largos paseos sin rumbo definido.

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